En Tucumán, la continuidad del juicio por asociación ilícita y lavado de activos que se sigue contra el clan Ale corre peligro, luego de que por segunda vez en una semana uno de los tres integrantes del Tribunal Federal que lleva adelante el debate fuera recusado por la UIF (Unidad de Información Financiera). En la tumultuosa audiencia del miércoles pasado, durante su declaración testimonial, Susana Trimarco había detallado que, antes de la desaparición de su hija, Marita Verón, vio al imputado Rubén “la Chancha” Ale –sindicado como cabecilla del clan, junto con su hermano Angel “el Mono”–, el por entonces gobernador Julio Miranda y quien era ministro de Gobierno, Antonio “Cabezón” Guerrero, comiendo un asado en casa del juez Carlos Jiménez Montilla, vocal del proceso que se lleva a cabo.
En aquella audiencia, el magistrado negó esa reunión, tras lo cual pidió que para hoy sean citados a declarar Miranda y Guerrero (algo a lo que se hizo lugar, por lo que en el día de hoy Trimarco podría ser careada con ellos en la sala de audiencias). Poco después, la UIF y la AFIP, ambos organismos querellantes, lo recusaron, algo que obtuvo resultado negativo; dos días después, la UIF insistió, al elevar una segunda recusación “por prejuzgamiento”, y pedir que Jiménez Montilla se aparte de la causa; este pedido debería tener respuesta hoy, ante el tribunal que se completa con Alicia Noli y Gabriel Casas.
Fuentes judiciales aseguraron a este diario que la presentación de la UIF, que impulsa la denuncia, pone en duda la imparcialidad del juez Jiménez Montilla en el caso, puesto que tildó públicamente de “falaz” la declaración de Trimarco, testigo en la causa. La recusación fue elevada el 6 de abril pasado el mediodía.
Trimarco contó que antes del secuestro de su hija mantenía relación personal con la familia Jiménez Montilla, por lo que solía frecuentar la casa. En una de esas ocasiones, contó la semana pasada en respuesta a una pregunta de la UIF acerca de “las vinculaciones y complicidades políticas de las que tenía conocimiento en relación a Rubén Eduardo ‘la Chancha’ Ale”, vio a la Chancha, Miranda y Guerrero en un asado. El juez aseguró que Trimarco “no se ajusta a la verdad”. Por eso, señaló la UIF en su presentación, quedó “expuesto entonces en forma palmaria el prejuzgamiento en el que ha incurrido el Dr. Jiménez Montilla, que no solo hace dudar de su imparcialidad en relación a ese pasaje de la declaración de Trimarco, sino a toda la valoración que podría realizar de la misma ante la eventualidad de tener que dictar sentencia. A mayor abundancia cabe señalar que han sido ofrecidos como testigos para el incidente de recusación los mismos Miranda y Guerrero, cuyo testimonio se intenta contraponer con el de Susana Trimarco. Como conclusión, no vemos otro camino que el del apartamiento del magistrado en forma inmediata del proceso, y así lo solicitamos”.
El organismo, además, evaluó que el juez “realizó en un estadio muy prematuro del debate afirmaciones que anticipan sin lugar a dudas cual será la valoración que podría realizar al momento de la sentencia sobre este fundamental elemento de prueba”.
La semana pasada, en la décima audiencia del debate oral que, junto a los hermanos Ale, juzga a otras 14 personas como integrantes del clan, Trimarco había reiterado que esa red criminal “no hubiera podido funcionar sin la complicidad de los poderes políticos judicial y policial; los tenían a todos comprados, por eso mi hija no está hoy acá”. Hacia fines de los años 90, “el poder político metió la mafia en la Casa de Gobierno (provincial), metió al Clan Ale. Y tenían relación con distintos funcionarios de la provincia, como el Cabezón Guerrero, Julio Miranda, comían asado en su casa. Yo una vez lo vi en su casa (N. de la R.: Trimarco dijo esto señalando hacia el juez presente en la audiencia), en la casa del doctor Jiménez Montilla. Un día fui con su mamá, antes que la llevaran a mi hija, año 99 más o menos, comiendo asado. Por eso digo que estas mafias ¿por qué han funcionado y se han movido como se mueven? Porque tienen complicidad con los tres poderes”, señaló durante el testimonio la presidenta de la Fundación María de los Ángeles.
Durante su declaración de la semana pasada, Trimarco también repasó algunas alternativas de la investigación por el secuestro de su hija y la red de encubrimiento que la obstaculizó. Esos detalles que recordó en voz alta, dijo, están “en la causa de mi hija”. Los imputados en la causa por asociación ilícita y lavado de activos “tienen gente con la mano negra que les hacen todas las cosas y siempre son inocentes. Pero acá hay personas desaparecidas en esta provincia, no solamente mi hija, esta gente prestamista, casa de juegos, toda esa mafia conexa con el poder político y judicial. En la provincia estaba Baclini”, añadió, en referencia a Ernesto Baclini, ex secretario de la Fiscalía VIII acusado de entorpecer la búsqueda de Marita y actual abogado defensor del imputado Roberto Dilascio. “Esta mafia del Clan Ale, los vínculos políticos que tenían los siguen teniendo. ¿Me entiende? Por eso hacen lo que hacen: desaparecen gente, venden droga, son narcotraficantes, tienen negocios sucios”, dijo Trimarco a la presidenta del tribunal, Alicia Noli. Trimarco también dijo que le resulta “muy importante” decirlo. “¿Sabe por qué? Porque en Tucumán de una vez por todas tiene que haber justicia, la sociedad tiene que estar a tranquila, caminar de una vez por las calles sin que nadie te secuestre, hagan lo que hacen. Y he sido perseguida. A mí no me importa lo que hace esta gente. A mí me han investigado todos. Este nuevo presidente de los argentinos me apoya y ha dicho que va a luchar contra el narcotráfico, la trata de personas, todo. Entonces, ese apoyo como tuve del gobierno anterior, lo tengo ahora”.