No hay caso. La semana pasada hubo una cumbre puso cara a cara a Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta, junto al resto de la cúpula de Juntos por el Cambio, para alinear a los distintos sectores y calmar internas. Esta semana hubo un Zoom que transcurrió relativamente bien. Se transitaba un clima de paz interna, aunque fuera momentánea, pero las discusiones del pasado y el presente parecen siempre alcanzar al espacio opositor. "Marcos Peña fue mi adversario durante cuatro años", admitió Emilio Monzó, ex presidente de la Cámara de Diputados. "Garavano es un imbécil. Macri tiene que explicar por qué lo apoyaba", lanzó Elisa Carrió, que no descartó ser candidata el año próximo. Las viejas heridas del pasado parecen no dejar descansar al conflomerado de radicales, lilitos y PRO.
Había sido, dentro de todo, una sucesión de días con un poco de paz. La cumbre del viernes pasado, que finalmente juntó presencialmente a las principales cabezas de Juntos por el Cambio (menos Vidal, que estuvo en forma virtual) había dejado una sensación de que, al menos, por el momento iban a amainar las internas. Si bien las causas objetivas seguían estando (la disputa por el liderazgo entre Macri y Larreta), los distintos sectores habían acordado concentrarse en cuestionar al gobierno de Alberto Fernández y en especial a su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, después de la carta que CFK le dedicó a la Corte. En un Zoom esta semana, con casi los mismos participantes, se había reiterado el mismo clima.
Larreta incluso tuvo la oportunidad de avanzar en su armado presidencial y junto a VIdal (esta vez, sí, en persona) se reunió con los intendentes PRO del Grupo Dorrego. Con ellos conversó estrictamente de política, sin el disfraz o la excusa de la gestión. Un Larreta cuya candidatura para 2023 va tomando forma. En esa foto no estuvo (porque ya lo ven afuera) Emilio Monzó, quien ya dijo que quiere ser gobernador bonaerense.
Monzó salió poco después a romper la pax macrista, una vez más. En una entrevista, le dedicó a su némesis, el ex jefe de Gabinete Marcos Peña, tanto elojos como puñaladas. "Es una persona inteligente, que pensó durante cuatro años lo contrario a lo que yo pensaba que había que hacer. Fue mi adversario durante ese tiempo, pero fue honesto intelectualmente", dijo Monzó. El ex titular de Diputados tampoco responsabilizó a Peña por los errores cometidos por Macri, como era deporte hacer en un momento sobre el final del mandato del ex presidente: "Marcos Peña fue el mejor ministro que tuvo Macri junto con Rogelio Frigerio. Él se llevó la marca pero fue quien mejoró muchísimo a Macri en muchas cosas. Fue la persona que llevó al presidente hacia el lugar de la prudencia".
A su vez, dejó en claro que con Macri lo separa una distancia muy grande a esta altura: "La relación con Macri no terminó de la mejor manera en lo personal, pero no siento que tenga algo que decirle si lo llamo". Hay lugares a los que no se vuelve: después de haber colaborado en el armado de Cambiemos y en la victoria de 2015, Monzó fue eyectado de la mesa chica de Gobierno tanto por Peña como por María Eugenia Vidal. Desde entonces, estuvo cada vez más lejos de Macri, aunque hubo un intento propagandístico de venderle a la prensa un retorno de Monzó a una mesa política en plena crisis económica de 2018. Ese retorno a la mesa chica nunca llegó a existir realmente.
Sobre el encuentro de Larreta y los intendentes PRO, Monzó consideró: "La foto de hoy es del PRO que está organizándose en Buenos Aires. La oposición está conformada por el PRO, Coalición Cívica, UCR y los apátridas, que no tenemos pertenencia política. Están trabajando los intendentes para el armado en la provincia. Salvo Vidal, los demás son todos intendentes". Monzó podría (o no) formar parte de la boleta el año que viene, aunque tiene la resistencia de algunos de los intendentes que oscilan entre la antipatía y el ninguneo hacia Monzó. Quien lo mira con cariño es Diego Valenzuela, que se sacó una foto con él hace un tiempo. Pero fue a titulo personal.
Las definiciones de Carrió
Para seguir agitando las aguas de Juntos por el Cambio, Elisa Carrió salió a hablar. En primer lugar, dejó en claro lo que muchos sospechaban: que no descarta ser candidata. "Yo no quiero cargos y menos obviamente ser legisladora, a mí me ha costado la salud, pero voy a hacer lo que sea necesario para que la república se estabilice, para que terminemos con la pobreza", se mostró estoica.
Luego volvió sobre viejas peleas durante el gobierno de Macri, al igual que Monzó. "Garavano es un imbécil. Macri debe responder por qué apoyaba a Garavano", fue una de sus frases. También vaticinó una hecatombe económica: "Vienen momentos más parecidos al Rodrigazo, en el sentido de un gobierno sin autoridad ninguna y una vicepresidenta que busca la venganza,
porque en realidad Cristina es más parecida a López Rega que a
Isabelita. Pero es una mujer que va a ir presa, seguramente con
domiciliaria porque la condena le va a llegar a los 70 años, pero va a ir presa", aseguró Carrió, como para no perder la costumbre. En los planes que tanto el ala de Macri como la de Larreta-Vidal trazan hacia el futuro, no harían mal en recordar que la líder de la Coalición Cívica también tallará en el futuro del espacio.