“Ni hombre ni mujer/ esa es la esencia de mi ser/ allí reside mi poder”, dice "Binario", uno de los cortes de difusión y sin dudas, también uno de los mayores hits de La Bestia Melancólica, el nuevo disco de Vale Cini. Los temas que componen a La Bestia repiten en número los de Buen gusto y malas costumbres, su trabajo anterior, y a su vez forman serie con el próximo que también se compondrá de siete tracks. No parece casual la elección de un número tan político, tan espiritual, tan liberador como el siete que es también el de los colores del arcoíris. Es que podríamos decir que más que un disco, La bestia melancólica es a su vez una suerte de salida del clóset: “En este disco decido presentarme cómo Vale Cini –dice-, asumirme de un modo no binario. El no sentirse ni hombre ni mujer creo que es algo que nos pasa a muches. No sé si conocés la historia del Antiguo Testamento, desde la Cábala en el judaísmo, se habla que el primer ser que nos creó era hombre y mujer, o sea, era no binarie”.
En la canción, Binario, decís: “Una gran elevación espiritual/ perdiendo el control/ podés encontrar/ Deja que te guíe tu corazón/ hacia la iluminación”, ¿cómo se inserta lo espiritual en este asumirte por fuera del binarismo?
Una revelación aparece a veces a través de los estados alterados de conciencia, puede ser una meditación o como hacía sus experimentos Aldous Huxley en Las puertas de la percepción a través de drogas, de la fiesta, de los rituales, de las meditaciones en movimiento. Creo que la pérdida de conciencia también es necesaria para que la revelación aparezca. A mí me surge el tema "Binario" de leer bastante Dionisio y Apolo e integrar estas dos caras de la moneda en mí misma y darme cuenta de que tenía que producirse esa integración. Yo siento que hay una emergencia de lo espiritual en la integración de las polarizaciones impuestas.
¿Me explicás mejor, Vale?
En la desintegración nos deconstruimos para volver al origen, a autopercibirnos sin imposiciones que aturden y confunden, y que son las verdaderas desviaciones. Yo no me considero disidencia. Somos existencia no disidencia. Y tomé una decisión que hace mucho sabía que era así, pero a la que no ponía palabras o que no sabía. Decidí hacer un vídeo también con el tema "Binario", con artistes y militantes no binaries. E incluso algunes me dijeron "gracias", porque no lo habían pensado así, pero sí se sentían no binaries. Me han hecho devoluciones muy emocionadas y muy emotivas de agradecimiento por sentirse nombrades. Algunas de las personas que participan son: Susy Shock, la Parker, Vicente y Sebas de Sudor Marika, Viole Dorati, Sasa Testa, Belén Gibre, entre otres.
Ni bien empieza el disco se escucha una voz que da la bienvenida a la energía escorpiana que guía, dice, el camino que recorren estos temas. Y Escorpio es precisamente el signo que trae al zodíaco la transformación…
Nada mejor para definir a La bestia melancólica que la intro que grabó un locutor, una persona alucinante que tiene un podcast donde relaciona astrología y astronomía con música y que me pareció perfecto para el disco que habla de una energía de Escorpio. A Nacho Gagliano le pedí que dijera la siguiente introducción: “Bienvenides al viaje, telúrico, psíquico y mitológico de La bestia melancólica. Escorpio será su guía, déjense llevar por su energía”.
Dejarte llevar no implicó descuidar la cuestión conceptual, que se observa fuertemente. O quizás dejarte llevar fue el secreto para que el disco se hiciera como lo hiciste…
Sí, de hecho están trabajadas las guitarras en dos afinaciones distintas, pero justamente estos temas están casi todos en la misma nota, en una afinación de sexta en re para que tuvieran una continuidad como si fuera un hilo que va uniéndolos. Así que puede haber diferencias estéticas, pero no conceptuales. La energía de Escorpio lleva al laberinto, a encontrar a la bestia. En este disco la bestia, el laberinto, el hilo de Ariadna, son lo mismo. Una búsqueda donde la sombra no está afuera, sino que es una búsqueda para iluminar esta sombra. Yo tengo la Luna en Escorpio, que es una luna que sale intensa y profunda.
Es un disco que te llevó más de dos años, ¿qué canciones marcaron momentos claves para vos durante este tiempo?
Hay una canción que escribí cuando estaba recuperándome de una operación de un cáncer de mama, así que fue de mucha introspección también. A otras, ya las venía trabajando. En este disco hay un homenaje a un artista que me inspira y me inspiró muchísimo, Johny Michel. En el disco anterior, Buen gusto y malas costumbres, hice un homenaje a Virginia Woolf, a Violeta Parra, Ana Cristina César, a Susana Thenon. En este el homenaje es más a mi mundo, a mi sangre familiar, a mi sombra. Grabé el disco con la banda con la que venía trabajando. Es un privilegio compartir y contar con tanto amor y con tanto talento. La producción artística y a los arreglos los hicimos el guitarrista, Gonzalo Gamallo, y yo.
Lo grabaste de un modo casi vintage, a la manera de las bandas de garaje de los ’70…
Sí. Yo tenía tomadas todas las decisiones estéticas asociadas a los arreglos antes de ir a grabar, por eso fue bastante fluido. Es un disco realmente que no tiene demasiada post-producción, hicimos lo que salía en las tomas. Estoy contenta porque lo que suena en vivo es lo que suena en este disco que atraviesa los ritmos y estilos musicales con los que vengo trabajando y profundizando en mi estética compositiva y musical. Son el indie rock, indie el folk, el Psycho folk. Y siempre poniendo mucha atención en la lírica, en la poesía de la letra... eso siento que es un poco mi marca.
Y se podría decir que es una alianza estética poderosa este disco porque en el arte visual trabajaste con Martín Churba…
Sí, quería que él trabajara la estética, las imágenes, el arte de tapa, porque siento que es un disco con texturas y tramas y él hace diseños de vestuario. Martín convocó a su marido Mauro Bernardini que me propuso hacer fotos y como nos agarró la pandemia, lo que hicimos fueron fotos en videollamada para las que él me guiaba cómo posar. Hicimos de todo, desde primeros planos, planos cortos, desnudos. Se generó una relación muy íntima de trabajo conjunto. Y me dejé llevar porque sentí que habían entendido perfecto lo que contaba La bestia melancólica guiada por Escorpio.