Tim Burgess acaba de publicar el EP Ascent of the Ascended, que tuvo a la balada acústica “Yours to Be” como primer single. “Las canciones giran en torno a un tiempo. Se trata de aprovechar al máximo los momentos, a medida que ocurren”, explica el icono del pop inglés, que reparte su obra entre sus trabajos solistas y The Charlatans, la banda con la que se dio a conocer. “Es casi como un sentimiento instantáneo que tenés en una época muy rara de tu vida”. La noticia del EP sorprendió a sus fans, quienes aún disfrutan de su último álbum, I Love the New Sky, lanzado a fines de mayo. “Había muchos planes para tocar en vivo este año, pero no sucedió”, se lamenta el músico. “Grabamos el álbum con una banda tan brillante que no quería que esa energía se terminara. Tenía ganas de hacer una obra maestra, y así fue como llegó Ascent of the Ascended. Siempre me rondó la idea de trabajar con Charles Hayward (baterista de la legendaria agrupación de post punk This Heat). Se lo propuse y me dijo que sí”.
-A pesar de la ciclotimia que generó la pandemia, este año te encontró muy activo.
-Algunos han sobrevivido y otros no. Ese tipo de cosas son las que estamos viviendo en este momento. Creo que en lo que respecta a la música, la gente sigue emocionándose con ella. Necesitamos hacer y seguir escuchando canciones, y más en esta época en la que estamos sobreinformados y flasheando con los titulares. Por el momento, estoy escuchando muchos discos, leyendo un montón y tocando bastante con mi guitarra.
-Debido a que Inglaterra superó el millón de casos de Covid-19, decretaron una nueva cuarentena. ¿Cómo convivís con la idea de que esto los desborde? Damon Albarn dijo que es “mejor vivir en South Park” que allá.
-Estoy triste y molesto de ver a las personas y a sus familias sufriendo, pero nunca sentí miedo por este virus. Obviamente, todos los festivales fueron pospuestos o cancelados, lo que me pone a pensar que la industria de la música invirtió mucho dinero por eventos que nunca ocurrieron. No habrá ingresos económicos dignos por un buen tiempo.
A dos años de la aparición de su cuarto álbum, As I Was Now, el líder de The Charlatans, banda fundamental del rock británico desde fines de los '80, volvió al ruedo en mayo con su trabajo más conmovedor y reconfortante hasta la fecha. Grabado en una campiña británica, I Love the New Sky explora experiencias compartidas, amor, ira, pérdida y pertenencia, sobre la base de paisajes sonoros y arreglos musicales impactantes. “Quería dedicar un año a escribir, grabar, divertirme y hacer un disco con el que me sienta representado”, explica Burgess. “Es como una especie de diario en el que comparto cosas ordinarias y rutinarias, otras divertidas y algunas inspiradoras. Escribí todo y lo hice en una esquina del estudio. Fui haciendo demos y de esa manera el álbum tomó forma. Estar inspirado es algo maravilloso y me mantuve en ese estado hasta en las cosas más sencillas que hice”.
Burgess debutó en solitario en 2003 con I Believe. A partir de aquel entonces, el músico de 53 años se caracterizó por convocar a otros colegas para componer a cuatro manos. Eso quedó en evidencia en Oh No I Love You (2012), donde sumó a Kurt Wagner, del grupo Lambchop, o Same Language, Different Worlds (2016), para el que llamó a Peter Gordon (colaborador de Arthur Russell). Pero I Love the New Sky se transformó en la excepción al ser el primer trabajo unipersonal cuyo repertorio fue firmado íntegramente por él. “Si bien disfruto esa conexión que significa compartir y colaborar, en esta ocasión quería encararlo por mí mismo”, confiesa el artista, que se encontraba escuchando a Isaac Hayes, Carole King, Todd Rundgren, Olivia Tremor Control y Weyes Blood al momento de hacer este álbum. “Supe que era el momento de hacerlo solo. Me refiero a la escritura, no a la grabación, porque esto no podría haberlo sin la ayuda de todos los músicos que participaron”.
-Desde el tema que abre el álbum, “Empathy for the Devil”, como el que lo cierra, “Laurie”, ofrece todo un viaje a un universo cancionero reluciente y optimista. ¿Te sorprende que se destaquen esos rasgos?
-Estoy muy orgulloso de este álbum. Antes producía mis discos en medio de los de The Charlatans, pero esta vez necesitaba tomar más distancia para disfrutar del proceso. Y noto que la gente se dio cuenta de eso. “Empathy for the Devil” es una invitación a cantar y sonreír. Por más que la imposición y las imperfecciones te afecten, todo saldrá bien. De eso trata la letra. “Laurie” es como empezar un nuevo día, una cosa religiosa o una oportunidad que le sienta bien a esta pandemia.
-¿Qué opinión te merece la canción como género hoy en día?
-Artistas como Weyes Blood o Julia Holter, cuyos discos escuché mucho en los últimos años, son dos buenos ejemplos de la evolución que tuvo la manera clásica de componer, de esa forma tan familiar de entender la canción. La gente piensa que tenés que deconstruir la canción, tirarla a la basura y encontrar una nueva forma de escribir por completo, pero creo que hay más para explorar.
-Estás muy activo en Twitter gracias a tu conversatorio Listening Party, donde desempolvás discos e invitás al público a interactuar con sus creadores. ¿Cómo surgió la idea?
-A raíz del encierro, me cautivó la idea de poder hablar con otros músicos sobre la historia de sus álbumes. Me pareció lindo mezclar a diferentes personas, en distintas partes del mundo, y escuchar la música al mismo momento. Antes de comenzar la emisión, siento la adrenalina de un show. Algunas personas me dijeron que volvieron a escuchar discos completos a partir de esto.
-Además de tu emprendimiento en Twitter, de tu marca de café (Tim Peaks) y de tu sello discográfico, publicaste tres libros. El último de ellos, One, Two, Three, salió el año pasado. ¿Por qué te convertiste en escritor?
-Como leí muchos libros, eso inspiró mi propia experiencia. La realidad es que un agente me dijo que tenía buenas historias y que valía la pena contarlas, pero la propuesta era que otro las escribiera. Al principio no estaba seguro y me invitaron a cenar para contarme la propuesta. Luego de conocer a varios ghost writers, me decidí a hacerlo yo mismo.