El nombre de Florencia Romano se sumó esta semana a la larga y trágica lista de femicidios que tienen lugar en la Argentina. La adolescente de 14 años desaparecida desde el sábado pasado apareció asesinada el jueves en la ciudad mendocina de Maipú. La autopsia determinó que su atacante la golpeó, le provocó lesiones cortantes y también la quemó parcialmente quemada. Pero hay otro dato: en el momento del ataque Florencia pidió ayuda a los gritos y un vecino llamó al 911 y no obtuvo respuesta.
El llamado de auxilio fue atendido por una policía de Mendoza llamada Soledad Herrero, ya desplazada de su cargo por no haberle dado curso. “911 emergencias, buenas tardes”, se la escucha decir”, en el arranque de la comunicación. “Le estoy diciendo que hay violencia de género”, le explica del otro lado de la línea quien pide ayuda y le pasa los datos del lugar del hecho.
El vecino de Florencia le da las indicaciones precisas pero la respuesta que obtiene de quien lo atiende en el 911 es “no me figura la calle”. Sin perder la calma el hombre le pregunta “¿usted es policía o no?” y en ese momento su interlocutora da por finalizada la llamada. “Hasta luego señor, buenas tardes”, dice antes de cortar.
La comunicación se produjo el sábado pasado a las 18.58 y en forma paralela a la investigación del crimen se abrió otra para determinar el motivo por el cual Herrero no le dio curso. La policía fue citada a declarar por la Justicia para dar las explicaciones del caso. Herrero llevaba cuatro años como operadora del CEO y 13 en la policía.
Los imputados por el crimen
El cadáver de Florencia fue encontrado a las 18.30 del jueves por personal de la Policía Científica y de la Unidad Fiscal de Homicidios en un cauce de riego cercano a un frigorífico en Maipú. El cuerpo estaba envuelto en mantas y parcialmente calcinada. Según los resultados preliminares de la autopsia, fue golpeada en gran parte del cuerpo –los peritos confirmaron que presentaba fractura nasal y de cráneo-- con un objeto contundente y con puños.
Por el crimen de la joven fue detenida una pareja a la que la víctima había conocido por la red social Instagram. Pablo Arancibia (33) y Micaela Méndez (27) fueron arrestados antes del hallazgo de cadáver de Florencia, quien se había dirigido a la casa de ambos la noche del sábado 12 de diciembre, momento desde el cual nada más se supo de ella. Una vez encontrado el cuerpo fueron imputados por el delito de femicidio en grado de coautoría, que prevé una pena de prisión perpetua.