Al velorio de mi abuela Titi llegué tarde, con un pañuelo verde de dos metros atado a la mochila. Era
el 13 de junio de 2018 y en la Cámara de Diputados se estaba debatiendo la legalización del aborto.
--¡Ay, no! ¿De verdad estás a favor de que le hagan eso a criaturitas? --me había preguntado mi abuela semanas atrás con la cabeza entre las manos.
--Y sí, gorda, ¿no ves que las mujeres se mueren por eso? --le respondió mi abuelo antes de que yo lo asimilara.
Una hora antes del entierro, en el Congreso diputados lograba la media sanción de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Y ese diálogo volvía a mi mente, mientras sonreía con mi abuelo frente al cementerio de San Fernando. Las mismas palabras resonaron en mi memoria un mes después, cuando empezamos a vaciar algunos placares y encontré un recorte de diario entre sus documentos.
FALSO MÉDICO CONDENADO: Provocó la Muerte de una Joven y Luego Tiró su cuerpo al Río
Nelly del Valle Diaz Amaya había llegado a Buenos Aires desde algún lugar de Formosa donde nadie esperaba su regreso. Tenía unos ojos grandes y redondos que en todas las fotos la hacen parecer asustada. Era tímida, educada, trabajadora y caderona. Así la recuerdan lxs que llegaron a conocerla, aunque solo la última de estas características se reflejó en los medios cuando publicaron las fotos de su cuerpo desnudo y sin vida junto a un río.
El 16 de mayo de 1964, fue hallado bajo un puente de Arrecifes el cadáver de una mujer. El
cuerpo no se había descompuesto aún, pero las yemas de los dedos habían sido seccionadas para
evitar la identificación. La extinta estaba sin ropas y el caso se presentó rodeado de un singular
misterio. Cuando practicaron la autopsia, comprobaron que la extinta había sido sometida a una
intervención para abortar
Diario Crónica 23 de [] de 1967.
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En enero de 2010 mi amiga Florencia tenía 22 años, la misma edad que Nelly 46 años atrás. Estaba por anotarse en la universidad y acababa de conseguir un trabajo. En ese momento vivía con sus dos padres, que son sordxs y hasta hoy dependen mucho de ella. De Flor puedo hablar en tiempo presente porque tuvo la suerte de que no la tiraran muerta en un descampado, aunque pasó una noche drogada y sangrando en la camilla de un hospital público.
El 07 de diciembre de 2009 se enteró de que estaba embarazada. Hacía 10 días que había tomado una pastilla de emergencia y tenía un atraso de 08. Estaba de novia desde hacía dos años y medio, pero en cuanto se empezó a descomponer decidió que lo mejor era pedir ayuda a una amiga más grande.
WhatsApp Audio - Flor … - 09/11/2020 14:46 (…) Cuando vimos que era positivo llamé al que era mi novio. El pibe se quedó paralizado, no sabía qué decirme y a partir de ese momento se transformó en una persona que yo no conocía. Me dijo que no sabía qué íbamos a hacer y yo le pedí que nos juntáramos para hablarlo, porque estaba muy dudosa. Cuando corté el teléfono me quedé con esta amiga y me dijo: “Vos todavía no tenés una carrera universitaria, pensalo, vas a tener mi apoyo siempre”. Yo no tenía ni obra social, porque trabajaba en negro. (…)
Ese mismo día Flor se juntó con su novio y se dio cuenta de que estaba sola. Durante toda la conversación él se mostró distante y las siguientes dos semanas desapareció. Ella se sentía cada vez peor, no podía estar parada y tuvo que renunciar a su trabajo. Él no atendía sus llamados. Para cuando reapareció tenía una actitud diferente. Esas últimas semanas de diciembre y durante todo enero Flor vivió en la casa de él y su mamá, para evitar que sus padres se enteraran.
WhatsApp - Flor … 09/11/2020 15:04 (2 mensajes) Cuando vuelve sus padres le dan dinero para que yo me hiciera controles y automáticamente me dieron ácido fólico para empezar cuidados prenatales. O sea, no me preguntaron si quería o no ser madre y cuando yo veía a la ginecóloga a la que me mandaron, ella se limitaba a recetarme cosas. Nunca me contestaba las preguntas.
En el medio yo estaba con que no sabía bien qué decisión tomar, porque el progenitor automáticamente había cambiado su postura. Entonces la madre lo mandó a trabajar limpiando baños de 09 a 17, diciéndole que si quería ser padre se iba a tener que hacer cargo.
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El 14 de enero de 1964, Titi, mi abuela, cumplía 15 años. Esa tarde, desde el tercer piso de su casa, los ojos de Nelly observaban a lxs vecinxs ingresar al jardín. Vivía con lxs padres de mi abuela en San Fernando desde hacía un año, pero era tan tímida que solamente bajaba a las reuniones cuando la casa estaba lo suficientemente llena como para que no la notaran. En las fotos siempre aparece rodeada de mujeres y es del rollo de esa fiesta de donde los medios recortaron su figura para ilustrar las noticias sobre su muerte.
Dos meses después de aquella fiesta Nelly se mudó, pero nadie supo muy bien a dónde. De esas semanas quedan tres cartas dirigidas a “Tity” o “Negra”, como ella le decía a mi abuela. En todas excusaba su ausencia con un trabajo que había conseguido y Titi parecía reclamarle su regreso. La única que está fechada venía en un sobre con dirección de Arenales 1357 y de remitente: Nelly del Valle, Díaz Amaya de Reboreda.
Domingo 8
Mi querida “Tity”
No creas que me olvidé de vos, cómo puedes pensar eso. Lo que pasa es que no tuve tiempo. Trabajo desde las 6 hasta las 2, tengo horario corrido, es un kilo. Yo también te extraño aunque digas que […] no importa, pero es verdad que la Sra es muy buena. […] Dile a Dorita si quiere puede venir, vos también. En otra te diré algo más porque enseguida voy a [?] Me contaron que te sacaron el yeso, cuánto me alegro, así estás más tranquila. Contestame pronto, contestame pronto mi Negra querida, no demores. Saludos a Rafa y Don Jenzo, y para todos los que pregunten de mí. […] Negra mía, portate bien[…] Contame algo bueno. Un beso grandote de tu hermanita que te quiere mucho. Chau, mi amor, mi cielo, mi vida. En fin, sos todo para mí, mirá qué amorosa que soy. Que sea hasta prontito. Nelly
Dorita, que hoy tiene 72 años, era la mejor amiga de mi abuela. La única que estuvo lo suficientemente cerca de ellas en aquel momento como para recordarlo.
--Estaba con un flaco alto que la engañó completamente, porque ella creía que era su novia pero no.
Cuando la llamé me aclaró que no sabía los detalles del asunto, porque todxs se enteraron de la muerte por los medios de comunicación. Recuerda que la primera vez que fue a dormir a la casa de mi abuela después de la noticia no pegó un ojo en toda la noche imaginando que el médico o el novio de Nelly entraban a matarlas.
Mi abuelo, que se acababa de poner de novio con mi abuela, recuerda que ella le había pedido a Nelly que no se fuera de la casa, pero Nelly prefirió mudarse más al centro de San Fernando, supuestamente por un nuevo trabajo. Él coincide con Dorita en que se fue con su “novio” y desde allí envió las cartas.
--Un día tu abuela me mostró el diario y me dijo: “la mataron a Nelly, yo le dije que no se fuera de acá, que no se lo sacara”.
Según mi abuelo, Nelly le había dicho a mi abuela que quería seguir adelante con el embarazo y juntas decidieron que iban a convencer al novio. Dorita recuerda a mi bisabuela diciendo que Nelly le había querido contar algo y ella no le prestó atención. Lo que se sabe concretamente es que entre el 09 de abril y el 16 de mayo de 1964 a Nelly la borraron del mapa.
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Un día de enero de 2010 la mamá del novio de Flor entró en la habitación a los gritos.
WhatsApp Audio - Flor … - 09/11/2020 15:12 (…) Yo estaba acostada durmiendo y abrió la puerta y empezó: “Vos estás embarazada, no lo podés tener, tenés que abortar”... Todo a los gritos. Y el progenitor (su novio) le decía: “Bueno, pará, no te metas en la opinión de ella. Los que decidimos somos nosotros”. Era gente con una buena posición, intelectuales, y no podían creer la que se había mandado el hijo. (…)
Cuando la familia de su novio decidió obligarla a interrumpir su embarazo, Flor ya había decidido hacerlo. Recuerda que cuando preguntaba por abortos en su entorno, solo le respondían que podía ir presa por asesinato. Días antes de que los gritos la arrinconaran, la mamá de una de sus amigas la había llamado para ayudarla.
WhatsApp Audio - Flor … - 09/11/2020 15:12 (…) Me dijo que para ella era un procedimiento súper común y que conocía a un montón de personas que habían abortado y hoy tenían hijos. Porque la gran disyuntiva era: ¿si yo me practico un aborto qué pasa si quiero ser madre después? No tenía información. No conocía los pro y los contra de decidir. Me dijo que para ella lo mejor era que lo interrumpa porque era chica, no tenía obra social y caer con una criatura en mi casa iba a ser conflictivo, porque mis padres dependen mucho de mí. La mina me contaba lo que me podía pasar y me decía que estaba bueno si quería afrontarlo, pero que no estaba mal si no quería ser madre. (…)
Por esos días el papá de su novio se enteró del embarazo y los contactó con el director de un hospital público importante de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ahí la atendió un obstetra que le recetó Oxaprost (pastillas abortivas) para que tomara una parte e introdujera la otra en su vagina por los siguientes 7 días. Después de que se agravaran las náuseas, soportara contracciones y muchas pérdidas, volvió al hospital sola, porque los médicos no la dejaban ir acompañada, y confirmó que seguía embarazada.
WhatsApp Audio - Flor … - 09/11/2020 15:25 (…) El obstetra me empezó a preguntar si quería escuchar los latidos. Me decía que eran fuertes y me quería persuadir, pero yo sentía que ya estaba todo muy dañado como para seguir el embarazo. Él tenía una frase que repetía: “Yo traigo niños al mundo, pero también los evito”. Al final me dijo que me iba a tener que hacer un legrado (raspaje del útero para efectuar el aborto), pero que lo iba a hacer por succión para que no me quedaran marcas, y que tenía que pagarle 5 mil pesos que en 2010 era mucha plata.
Entonces, el médico le pasó su número de teléfono, le indicó un procedimiento a seguir y le dijo que la esperaba en el hospital ese mismo día, 17 de enero, a las 3 de la mañana.
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Las fotos del cuerpo de Nelly fueron publicadas el 16 de mayo de 1964 por Crónica y la revista ASÍ. Según figura en el recorte de diario alguien la reconoció y se comunicó con la comisaría de San Fernando. La persona, que no reveló su identidad, informó a la policía que la pareja de Nelly era Domingo Enrique Rébora --no Reboreda, como firmó ella en su carta-- y dijo que ambos vivían en una dirección distinta a la del remitente: Constitución 2480. Rébora/Reboreda tenía 18 años y era de “una familia rica de España”. Su declaración dirigió a la policía hacia el consultorio de Contardo José Colombi, un médico de 31 años muy conocido en San Fernando que atendía a 9 cuadras de Arenales 1357, la dirección de las cartas.
Cuando esto salió a la luz hubo vecinxs que contaron haber visto cómo dos hombres la metían a la fuerza en el consultorio. Otrxs aseguraron haber escuchado los gritos de dolor. Nadie hizo nada.
En la declaración de Rébora/Reboreda publicada en el diario el joven dijo haber llevado a su novia a un consultorio donde ella pagó 3500 pesos de entonces por un aborto. Luego le comunicaron que ella había muerto y el médico se haría cargo del sepelio. Lo cierto es que Contardo José Colombi estaba en el séptimo año de medicina cuando mató a Nelly. Al ser interrogado admitió toda la culpa y contó el detalle de la intervención, no sin antes aclarar que era ella quien quería abortar, porque su familia no aceptaba que se casara. De esa supuesta familia solo se supo que un hermano vino a Buenos Aires para reconocer el cuerpo y la enterró ahí, en el cementerio más cercano. Un año después mi abuela supo dónde estaban los restos y le llevó una placa.
Su estado se agravó y debió hacerle transfusiones de sangre, incluso con su propio plasma,
tratando de salvarla. Pidió al novio que se fuera y le dijo que la podría internar en un sanatorio.
Pero ya había fallecido. En el baúl de su propio automóvil la cargó después de cortarle las yemas de
los dedos y la arrojó en un paraje desierto junto al río
Diario Crónica 23 de [] de 1967.
Estos intentos por humanizar al médico junto a la alta influencia de la familia española y la idea de que la culpa de las muertes por abortos es de las mujeres, lograron que el fiscal pidiera solo 4 años y 6 meses de prisión para el falso médico. El juez Pedro Heguy, por su parte, consideró que la amplia declaración, sus conocimientos en medicina y las maniobras para desaparecer el cuerpo merecían una pena mayor: 6 años.
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WhatsApp - Flor … 09/11/2020 15:34 - (1 mensaje) Como el obstetra me indicó llegué a las 03 de la mañana y dije en mesa de entrada que había tenido pérdidas. Le avisé por teléfono y me buscó en la guardia. Ahí me sacó sangre de los brazos, me la tiró en la vagina y me cubrió con algodones, para disimular por si pasaba alguien. Me ingresó como si lo hubiese perdido para poder hacerme el legrado.
Mientras me contaba esta parte de su historia, Flor se detuvo a aclararme: “Tengo algunos baches por el trauma”. Una vez que montaron la escena de las pérdidas le pusieron un camisolín y la llevaron a una sala que estaba dividida en dos. De un lado había camillas con mujeres en la misma situación que ella, abortando; frente a ellas había otras camillas, también con mujeres, pero pariendo. En ese lugar le aplicaron un suero con “anestesia”, que le provocó mareos y vómitos. Las enfermeras le dieron una palangana y le dijeron que se las arregle con eso.
WhatsApp Audio - Flor … - 09/11/2020 15:36 Cuando supuestamente me hace efecto viene el tipo, me abre las piernas para empezar y me agarran unas contracciones muy fuertes. Nunca sentí tanto dolor en mi vida, no podía parar de gritar. Claramente no me había anestesiado, sino que me había dado algo para inducir el parto. Cuando terminó me hicieron salir de la sala como si fuese la nada misma. Me pusieron un apósito y una bombacha y me dejaron tirada en una camilla un par de horas, hasta que se me pasara el efecto. Lo único que veía eran los bebés de las que estaban pariendo, que pasaban por al lado mío.
Durante todo ese tiempo las enfermeras la ignoraron mientras que atendían a las mamás. Su única compañía era una chica que estaba en la camilla de al lado, en el mismo estado que ella.
Cuando salió tuvo sangrados durante 40 días y moretones en ambos brazos, por haber recibido tantos pinchazos. Pudo ocultar las marcas ante sus padres porque se habían ido de viaje, pero tuvo que soportar a su pareja quien le exigía que superara el trauma: “Ya está, ya pasó. Yo también aborté”.
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Entre 1965 y 1967, mi abuela escribió un diario íntimo de 315 hojas donde relataba su vida. Dos veces por mes, cuando se cumplía una fecha más de la última vez que había visto a Nelly y del día en el que encontraron su cuerpo, Titi prendía una vela y lo anotaba.
“El sábado 15 (de abril de 1967) se cumplieron tres tristes años que falleció mi tan querida hermanita Neli: su recuerdo lo tengo tan presente que todavía a pesar del tiempo no puedo creer que sea cierto que ella la amorosa alla terminado así.
Yo le prendí una vela para que su cuerpo y alma descansen en paz.
Lo único que le ruego a Dios que todos los que de una manera u otra provocaron la tremenda desgracia, sufran tanto o más de lo que ella sufrió toda su vida y hasta el momento de su horrible muerte. Y también después, su cuerpo sin vida fue sacrificado”.
A pesar de los 6 años de sentencia que dictó el juez (3 años después del hecho) Contardo José Colombi siguió trabajando como médico por el resto de su vida. El obstetra que atendió a Flor, por su parte, debe seguir practicando los mismos procedimientos a diario. De Domingo Enrique Rébora/Reboreda no se sabe nada, porque su familia lo subió en un avión con rumbo a España y nunca más apareció. El novio de Flor se cansó de su trauma y, si bien no se fue del país, la volvió a dejar sola. El nombre de Nelly del Valle Díaz Amaya es una página en blanco para internet. A Flor, por suerte, le quedan muchas páginas por escribir.
A 56 años de la muerte de Nelly pocas cosas cambiaron. Debido a que el aborto sigue siendo
clandestino, las personas que se ven obligadas a abortar no tienen acceso a un profesional de la salud
que pueda ayudarlas y garantizar su derecho a decidir. En este momento, en Argentina, hay mujeres,
varones trans, personas no binarias e intersex abortando con médicxs, curanderxs e incluso en
soledad, utilizando perchas y elementos contundentes. Si este 29 de diciembre el Senado vuelve a
rechazar la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, las muertes no serán evitables, y los traumas
tampoco. El pedido de las Nellys y las Florencias es único e histórico: Que sea ley.