Échale la culpa a Fariña. Tras de esa producción sobre el modus operandi del narcotráfico en la costa cantábrica de los ‘80, surgieron varias ficciones (O sabor das margaridas y la inédita 3Caminos) con historias ásperas y el escenario gallego. El desorden que dejas (Netflix) es un thriller que sigue a Raquel (Inma Cuesta), una docente que arriba como sustituta al instituto Novariz. Que el colegio quede en el pueblo de donde es oriundo su marido– y con el cual atraviesa un presente espinoso- no es un problema. Atando cabos comienza a sospechar que le toca ocupar el puesto de una docente que pudo haber sido asesinada por los alumnos que la maltratan.
En sus ocho episodios, la miniserie juega al suspense y también con los tiempos narrativos. Le da mucho metraje a la historia de la maltrecha Viruca (Bárbara Lennie) generando un juego de espejos entre los personajes, al estilo Rebecca. La ficción está basada en el libro que publicara el propio showrunner de la serie, Carlos Montero (Elite). “Con la novela me había quedado con ganas de contar cosas que no había podido desarrollar del todo y con la serie he podido hacerlo”, explicó el autor y realizador. Otro punto clave es el paisaje rural, condición sine qua non del Galician Noir. “El clima ayuda mucho. Esa lluvia constante, esa niebla. Esas cosas que nos recuerdan al policial sueco o inglés también están en Galicia”, graficó Montero.