Los comandantes están curtidos. Aunque Aerolíneas Argentinas no es una empresa de carga, 45 vuelos a China para transportar insumos vinculados a la pandemia hicieron que el personal de la aerolínea de bandera adquiriera la experiencia necesaria para encarar éste, un vuelo de enorme complejidad por distintos motivos: se trata de traer desde Rusia la vacuna contra el coronavirus; es un destino nuevo, existe la barrera idiomática y también el lobby, mucho lobby cruzado de distintos actores que rezan y operan para que esta operación fracase.
Sin embargo, a pesar de que el escenario es dinámico y está sujeto a modificaciones, a las 19:30 de este martes despegó el vuelo que con 10 pilotos en total (tres tripulaciones completas y uno extra) volarán 16 horas y media hasta Moscú para traer las 300.000 dosis de la Sputnik V desde la Federación Rusa para que se pueda empezar a vacunar a la población argentina de riesgo cuanto antes.
"Hay nervios, hay ansiedad, hay lobby, mucho lobby para que no salga bien, pero también mucho profesionalismo y voluntad de que la operación sea exitosa", dijo a PáginaI12 una fuente implicada directamente en el operativo.
Los detalles del vuelo
La aeronave, un Airbus 330, permanecerá durante cuatro horas y media en el aeropuerto internacional de Moscú-Sheremétievo para cargar en bodega los 300.000 dosis, que está en condiciones de mantener la cadena de frío durante bastante más tiempo del que el que dura el vuelo ida y vuelta. Es decir, hasta que la carga pueda ser descargada en su totalidad.
Las vacunas serán almacenadas en unos embalajes fabricados por la empresa alemana DHL, llamados Thermo Box, que mantendrán la temperatura de los medicamentos a 18 grados bajo cero durante todo el viaje y unas horas más.
La tripulación total de este vuelo está conformada por tres tripulaciones completas "normales", cada una integrada por un comandante y dos copilotos, más un piloto de refuerzo. En total, el viaje se hará con 10 pilotos. De esta manera, cada tripulación se encargará de una fase del vuelo.
La aeronave también traslada un despachante de carga, que coordinará la estiba y realizará los trámites pertinentes en la terminal y un despachante operativo, responsable de la planificación del vuelo, de controlar el peso de la aeronave y de supervisar la carga de combustible. La comitiva que viaja está integrada por seis personas. A falta de representantes en Rusia, Aerolíneas Argentinas envía además dos técnicos de vuelo para solventar cualquier incidencia.
En el vuelo también viajan varios tripulantes de cabina, quienes durante el regreso se ocuparán de atender a la comitiva del Gobierno argentino que se encuentra en Moscú y que regresará con el mismo avión.
El Gobierno argentino firmó hace dos semanas un contrato con el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF, por sus siglas en inglés) para inmunizar a 10 millones de personas entre enero y febrero, que contempla una primera remesa de 300.000 antídotos, la que transportará Aerolíneas Argentinas.
La delegación oficial del Gobierno que se encuentra trabajando en Moscú para interiorizarse sobre el desarrollo de la vacuna está integrada por la viceministra de Salud, Carla Vizzotti, la asesora presidencial Cecilia Nicolini y cuatro técnicas de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), organismo que deberá aprobar el medicamento.
La vacuna Sputnik V ha sido elaborada por el Centro de Epidemiología y Microbiología Nikolái Gamaleya. El contrato del Ejecutivo argentino con el fondo ruso es el tercero que suscribe Argentina.
El primero fue con la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca, y el segundo con el mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud, que se propone establecer una cooperación multilateral para facilitar el acceso equitativo a las vacunas disponibles.
Argentina, que tiene una población de 45,4 millones de habitantes, acumula más de 1,5 millones de casos de COVID-19 y registra más de 41.800 fallecimientos.