Los gremios aceiteros, que ayer cumplieron 15 días ininterrumpidos de huelga en reclamo de recomposición salarial, denunciaron a las patronales agroexportadoras de querer "disciplinar a los trabajadores y desestabilizar al gobierno". Las cámaras aceiteras acercaron una nueva propuesta que fue rechazada ayer por el Sindicato Aceitero de San Lorenzo (SOEA), la Unión de Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina (URGARA) y la Federación Aceitera. Los gremios recibieron la adhesión a la medida de la recientemente creada Intersindical Marítima Portuaria del Cordón Industrial, paralizando totalmente la actividad. A través de un comunicado titulado "Navidad en huelga" los gremios señalaron: "Hace 15 días ininterrumpidos los aceiteros, aceiteras y recibidores de granos del país estamos en huelga por la intransigencia de las patronales agroexportadoras que se niegan a completar la pauta salarial del 2020 y dar un aumento digno para el 2021".
La medida, que se profundizó por la adhesión el pasado martes de las entidades que integran la Intersindical Marítima Portuaria y Afines del Cordón Industrial (Impaci) del Gran Rosario, decretando un paro de 36 horas, afecta a la totalidad de puertos agroexportadores del país de las empresas Cargill, Bunge, ADM, Dreyfus, Glencore, COFCO, Terminal 6, Molinos Río de La Plata y Aceitera General Deheza (AGD), como así también a las plantas que proveen el mercado interno, todas empresas agrupadas en la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) y en la Cámara de Puertos Privados Comerciales (CPCC).
Para los gremios aceiteros, "a esta altura del conflicto, no nos caben dudas de que la intransigencia patronal tiene dos objetivos directos. Por un lado, disciplinar a los trabajadores y conjuntamente enviar un mensaje para el resto del empresariado y la clase trabajadora: la reactivación económica que se espera para el 2021 se la quedarán las empresas, en este caso tres o cuatro vivos que forman un oligopolio, y la salida de la pandemia tan esperada no traerá alivio para las familias que viven de su trabajo, sino que irá a engrosar las ganancias del capital concentrado".
En otro tramo del comunicado, desde los gremios advirtieron que "el otro objetivo es extorsionar al Gobierno Nacional, e inclusive desestabilizarlo. No sólo buscan la aprobación de su proyecto de ley presentado por el Consejo Agroindustrial que ellos mismos crearon y presiden, que implica nuevas rebajas de retenciones para las agroexportadoras y otros beneficios fiscales, sino que al no liquidar divisas continúan apostando a una nueva devaluación del peso argentino que también redundaría en una nueva recomposición de sus extraordinarias ganancias".
Los gremios explicaron que el aumento que les propusieron -que no recompone el salario del 2020 y se escalona hasta dentro de 8 meses- sería “no remunerativo”. "Esto quiere decir que las empresas que más ganan no piensan pagar las cargas y contribuciones patronales correspondientes, desfinanciando al Estado nacional en un momento crítico como el que atravesamos desde la llegada de la pandemia. La quieren todas para ellos", remarcaron.
“Es poco seria. No hace otra cosa que calentar a la gente. Es una propuesta que hacen para no arreglar”, resaltó ayer el secretario General del SOEA, Pablo Reguera, en declaraciones radiales. El dirigente gremial sostuvo que las empresas, a pesar de la pandemia, “duplicaron sus ganancias”. Por su parte, el titular de la Federación Aceitera y Desmotadora de Algodón, Daniel Yofra, denunció que las empresas aceiteras “provocaron" la huelga del sector que ya lleva 15 días para "presionar al Gobierno y generar una devaluación o rebaja de retenciones" ya que "durante el macrismo nunca tuvieron problemas”.
"Creemos que están buscando algún tipo de devaluación para incrementar ganancias, porque no se entiende la intransigencia. Ellos dijeron que pierden 100 millones de dólares por día por el paro, quiere decir que con un solo día de paro nos pagaban el sueldo anual de todos los trabajadores aceiteros”, indicó Yofra, para finalmente agregar: "Hemos sido declarado esenciales y nunca dejamos de trabajar, por lo que esto es una extorsión no solamente al Gobierno, sino a quienes hemos sido esenciales durante toda la pandemia y ahora nos quieren reducir el salario un 25 por ciento".