“Quiero morir cuando termine este verano”, tuiteó Santiago Motorizado horas después de la doble tanda de recitales que llevó adelante en el patio de la Ciudad Cultural Konex. Como viene la mano, es incierta la continuidad de los shows con público en la Argentina. Sin embargo, el frontman de El mató a un policía motorizado hizo historia al encarar una gira “apocalíptica”, tal cual adjetivó él mismo, en medio de una pandemia. Lo que no es poco. Luego de hacer Córdoba y Rosario, ciudades en las que debió postergar sus performances en marzo a causa de la cuarentena, el miércoles le tocó el turno a Buenos Aires (repite el 8 de enero en el mismo lugar). Si bien esta serie de presentaciones, que continúan el domingo en San Miguel, arrancaban en la capital argentina el pasado 12 de diciembre, una amenaza de tormenta obligó a reprogramarla. Pero bien que le vino la contingencia porque el alba del estío recibió al artista platense más que dispuesto, al igual que el público. A pesar del distanciamiento y del recato al que obligaba el protocolo del predio erigido en el Abasto.
A contramano de lo que sucedió con su grupo, que tras su Malvinas Argentinas de diciembre del año pasado no volvió a ofrecer un recital con audiencia en Buenos Aires (aunque sí lo hizo en el Cosquín Rock y hasta encaró un tour por España en febrero), Santiago Motorizado comenzó el 2020 en Niceto Club con un show en plan solista. Si en aquella ocasión alternó las canciones de su obra unipersonal, entre las que destacaron las de la banda de sonido de la película La muerte no existe y el amor tampoco (2019), con las de El mató a un policía motorizado y algunos covers, esta vez el repertorio fue diferente. Y es que, aparte de lo propio, primaron las versiones de algunos de sus artistas “favoritos” y temas icónicos del sexteto platense. Justamente con uno de ellos, “El magnetismo”, inauguró el segundo de sus shows en el Konex. En tanto el cantautor seguía con la guitarra en la mano (su instrumento habitual es el bajo), aparecieron por el escenario los hermanos Quintans, Tom (batería) y Felipe (teclados), para tocar algo de su cosecha en solitario: “El camino de piedra” y “El pastor me dio su mano”.
“Gracias por venir a esta hermosa noche de verano”, saludó posteriormente el músico, que junto a Zoe Gotusso preparó un cover de “11 y 6” para el especial que el programa La Viola realizó a mediados de diciembre sobre los 35 años de Giros (álbum emblemático de Fito Páez), antes de consumar una versión guitarrera de “Yoni B”, de El mató a un policía motorizado, al que le secundó “No me trates mal”, de su carrera solista. Entonces invitó a Chicho para que se cuelgue el bajo. Con todo su grupo reunido, Santiago Motorizado hizo “Google Earth”, también de su obra unipersonal, seguida por una de sus “canciones favoritas de todos los tiempos”: “Europa”, de Las Ligas Menores. Ahí vinieron “El día del huracán”, tema emblemático de El mató…, y otra de sus “canciones favoritas de todos los tiempos”, “Domingo”, de Niña Lobo, banda uruguaya para la que el artista prestó su voz en su más reciente single, “Fin de año”. Lo que allanó el terreno para un cover con el que el público, hasta ese momento quieto en sus sillas, estuvo tentado a revolear lo que tenía a mano: “Jazmín chino”, de sus paisanos 107 Faunos.
Inmediatamente, al mejor estilo de Vicentico, en cuyo recital en Mandarine Park estuvo la noche anterior, Santiago se atavió de baladista latino para interpretar “Soy rebelde”, canción de Manuel Alejandro inmortalizada en 1971 por la cantante hispano-británica Jeanette (y en la Argentina por Attaque 77). En esa noche de villancicos indie, una vez que fueron invocados “Chica con rencor” y “Quería vivir en otra casa”, de la carrera solista del músico platense, vino la pregunta: “¿Les gusta estar así?” (en referencia al formato de show que impuso el coronavirus). A lo que las poco más de 300 personas que asistieron a la segunda función, que se podía ver en simultáneo por streaming, respondieron negativamente. Aunque el artista retrucó: “No se puede de otra forma”, e intentó remontarla con “Vamos a ver si esta canción levanta un poco”. Luego de empezar a tocar “Pienso en vos”, el frontman detuvo el tema para explicar que el pasaje que habla de Hechizo del tiempo, título que se le dio en la Argentina a la película El día de la marmota.
Apenas terminó “La revolución”, otra de las canciones de su carrera solista (salvo por la banda de sonido de La muerte no existe y el amor tampoco, Santiago Motorizado no editó aún un disco en solitario), el artista manifestó: “Son tiempos difíciles para pagar una entrada como ésta (la presencial costaba 1400 pesos). Pero el futuro es peor. Aprovechemos”. Y a continuación propuso: “¿Les parece si toco unos temas más?”. Así aparecieron una terna de canciones emblemáticas de El mató a un policía motorizado: “El tesoro”, “La noche eterna” y “Chica de oro”. A las que se sumó el apoteósico “Mi último movimiento”, luego de que el cantautor invitara a la gente a descargar su euforia sin salirse del espacio que se le asignó. “Se pueden parar ahí”, advirtió. Cuando terminaron el tema, los músicos abandonaron el escenario, con excepción del tecladista. Y es que todavía quedaba una más, para además “cumplir un sueño”. Ahí desenfundó “You Are So Beautiful”, de Joe Cocker, con la euforia del público de fondo y la anécdota para muchos de que quizá éste haya sido el recital más singular de sus vidas.