Alberto Oviedo Garay permaneció sus últimos días internado en la Unidad de Terapia Intensiva del Sanatorio Migone por complicaciones en varios órganos. A raíz del veneno del arácnido, el paciente sufrió severos daños renales y tuvieron que realizarle una cirugía de urgencia para extirparle el brazo.
Oviedo murió a la espera de un antídoto que por no encontrarse a la venta en Paraguay debía trasladarse desde Argentina, pero que no llegó a tiempo.
La noticia tomó estado público luego de la publicación que realizó en sus redes sociales Gabriela Oviedo, hija del fallecido, en donde le pidió a las autoridades del ministerio de Salud paraguayo que colaboren en la gestión para obtener el fármaco necesario para salvarle la vida de su padre. "Era un hombre sano y sin enfermedades de base", explicó Gabriela después del fallecimiento.
La picadura de este tipo de arácnido tiene acciones neurotóxicas y, entre otras cosas, se dan manifestaciones cardiovasculares, intenso dolor, enfermedad renal e inflamación de músculos.
En es sentido, el doctor Salvador González resaltó que la única forma de evitar ser víctimas de algún insecto venenoso es tener en cuenta que puede estar presente, más en días de intenso calor donde buscan lugares húmedos y frescos. “Si van a realizar cualquier trabajo o limpieza, portar siempre guantes y estar precavidos de que puede aparecer cualquier tipo de insecto venenoso”, señaló.
Según el médico, los casos letales en este tipo de situaciones "no son muy frecuentes, pero pueden ocurrir". "La mortalidad puede ser de 1 a 6 de cada cien picaduras”, agregó.