El asesinato 209° del año en el departamento Rosario puede virar en la investigación desde un crimen mafioso más como los que caracterizan la violencia armada de esta ciudad hacia la posibilidad de un femicidio encargado desde la cárcel. Esta es una hipótesis que maneja la policía para indagar en el homicidio de Micaela Ledesma, de 26 años, el domingo a la tarde, en Flammarión al 4800, un precario asentamiento junto a la vía del ferrocarril, a la altura del barrio Tiro Suizo. en ese mismo ataque anónimo a balazos resultó herida la hija de la víctima -y del presunto instigador del atentado-, una niña de 3 años que debió ser hospitalizada.
Faltaban minutos para las cinco de la tarde en el estrecho callejón de ese asentamiento precario, y Micaela Ledesma, con su hija Melody sobre las piernas, mateaba con vecinos bajo la sombra de un árbol, detrás de los monoblocks. Entonces apareció una moto ajena al barrio con dos hombres a bordo. El que iba detrás bajó con una pistola en el puño y disparó varias veces. Desbande, gritos, pánico, y el auto -al parecer, un VW Gol- que se esfumó. Ledesma quedó malherida junto a la calle, con cuatro balazos en el vientre y otro en una pierna. Su hija también, atravesada por un disparo en la cintura.
Alguien llevó a Micaela hasta el hospital Roque Sáenz Peña, pero la joven murió al llegar. La niña, en cambio, anoche se recuperaba en el Hospital Vilela, acompañada por una tía. Su herida no era grave.
La investigación corre por cuenta del fiscal Alejandro Ferlazzo y la Agencia de Investigación Criminal. Los pesquisas ataron cabos al advertir que Micaela Ledesma había sido blanco de amenazas anteriores por parte de un hombre, Alejandro N., ex pareja y padre de la niña baleada ayer. Este hombre se encuentra detenido en el penal de Piñero, bajo condena por un homicidio cometido en 2015. La familia Ledesma refirió en ocasiones anteriores mensajes amenazantes del convicto hacia Micaela y su entorno para forzarla a ceder la tenencia de la niña a su familia, y porque la joven había iniciado otra relación amorosa.
El fiscal Ferlazzo admitió que esa hipótesis es una de las líneas de investigación del crimen. Y barajan la posibilidad de que desde allí haya partido la orden de consumar el ataque a balazos que acabó con la vida de Micaela y casi lo hace con la vida de la niña.