Pese a la descomunal campaña contra la vacunación que lanzaron la oposición y los medios alineados con Cambiemos, siete de cada diez argentinos están dispuestos a vacunarse. Hay un porcentaje importante que cree que es un paso adelante en la normalización de las cosas -por ejemplo, en el regreso a las clases presenciales en los colegios-, lo que le da el tono a todas las opiniones: la vacuna marca cierta esperanza de un año mejor. La sórdida guerra entre las vacunas tampoco parece haber pegado mucho: no existe una marcada preferencia por tal o cual vacuna y la gente está dispuesta a vacunarse con la que esté disponible. Las opiniones respecto de la obligatoriedad están divididas en porcentajes iguales, a favor y en contra de que sea obligatoria, en tanto que una amplia mayoría respalda que sea gratuita. Como en otros temas, hay cerca de un cuarto de la población crítica que dice que el gobierno hizo las cosas peor de lo que se esperaba, pero la mayoría, tres de cada cuatro personas, da el visto bueno a lo hecho por el Poder Ejecutivo.
Las conclusiones surgen de una encuesta realizada por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que lidera el sociólogo Roberto Bacman. En total se entrevistaron 1269 personas, respetándose las proporciones por edad, sexo, nivel económico-social y lugares de residencia. Las entrevistas se hicieron de manera telefónica.
A la usual presencia de anti-vacunas en la Argentina y en el mundo, se suma la ferocidad específica porque en el país se aplicará inicialmente la Sputnik-V, de origen ruso. Es decir que se agregó un ingrediente geopolítico y de guerra comercial que no es menor: hay una parte de la población -y de la estructura política y mediática- que se referencia en Estados Unidos y en menor medida en Europa y que de ninguna manera admite que se profundicen relaciones que puedan ser estratégicas con China o Rusia. Todo esto hace que sectores políticos y mediáticos le impriman a sus discursos un tono dramático, de catástrofe inminente.
“Esta encuesta demuestra que los argentinos se resisten a creer en muchas cosas que escuchan, leen o ven -analiza Bacman-. Y, por el contrario, resisten con la esperanza que empiece, tras el proceso de vacunación, una etapa para erradicar esta maldita pandemia. La vacuna para la gente es importante. Y tal importancia se demuestra en algunos datos que se desprenden de esta encuesta. El primero: es muy fuerte la tendencia a vacunarse, ya que tres de cada cuatro así lo afirman. Se echan por tierra especulaciones, operaciones y campañas de distinto tipo y tenor. Otro mito que se intentó instalar es que la vacuna rusa no sirve. Los resultados parecen dejar al descubierto una realidad muy diferente: la vacuna Sputnik V obtiene valores de aceptación tan significativos (incluso algunos puntos más) que la de AstraZeneca y la desarrollada por Pfizer”.
Hay temas que siguen más o menos en debate. En la encuesta se ve una abrumadora mayoría a favor de que la vacuna sea gratuita, algo que existe en casi todo el mundo, aunque se afirma que en Estados Unidos se venderá en farmacias en breve. El estudio de CEOP indica que el 75 por ciento de las personas está a favor de la gratuidad. Más asombrosa es la paridad de porcentajes respecto de la obligatoriedad: 41 por ciento dice que debe ser obligatoria y 45 por ciento afirma que tiene que ser voluntaria. Está presente el concepto de que la covid es un problema social y no individual, mientras que del otro lado se ubican los que piensan que habrá que convencer más que obligar. En la mayoría de los países optaron por no obligar, al menos hasta ahora.
Desde el principio de la pandemia, hay buena valoración de lo hecho por el gobierno en el terreno de la salud. Una clarísima mayoría opina que la cuarentena de los primeros tiempos fue imprescindible para regenar el aparato de salud y también hay acuerdo en que el Ejecutivo mantuvo altos de niveles de consenso con la oposición y con los gobernadores en cada paso que se dio. Respecto de la vacuna, también hay mayoritaria aprobación de lo que se está haciendo. Bacman afirma que “no podemos pasar por alto que seis de cada diez argentinos entienden que el gobierno está haciendo las cosas mejor o igual a lo esperado. Es un valor más que alentador y de alguna manera expresa el tenor de las opiniones que se traducen en la encuesta: hay esperanza, hay necesidad de que las cosas anden bien en el año que se inicia”.