El narrador y poeta Ciro Korol y la ilustradora María Victoria Rodríguez entrelazan texto e imágenes como partes vivas de un mismo ecosistema para concretar Monte, bellísimo libro-álbum de la editorial rosarina Libros Silvestres que fue premiado en la categoría Editorial Provincial de la edición 2019 del programa Espacio Santafesino y que, por las demoras de la pandemia, recién a fines de 2020 pudo salir de imprenta con su mensaje urgente para la preservación de la naturaleza. El relato de Korol se basa libremente en leyendas de pueblos originarios y en cierta literatura moderna para crear una realidad fantástica pero verosímil donde los árboles tiene voz y emprenden una lucha política.
La perspectiva que adopta el joven autor es la de las especies vegetales autóctonas, a las que no sólo dota de voz e individualiza como personajes sino que sitúa en un mundo cultural imaginario donde los humanos son el otro: "los árboles con pies y manos", los llama el Higuerón en una asamblea a distancia. Una sauce llamada Aura, un algarrobo chaqueño de nombre Taku que viene a alertar del desmonte de su zona, y también el Timbó, el Chañar, el Espinillo, el Cina Cina, el Ñandubay, el Ombú y muchos más son sus compañeros, comunicándose a través de la tierra mediante sus raíces. Estos árboles tienen memoria y con ella recuerdan un tiempo en que los humanos eran sus aliados y no sus depredadores. El tono del relato es de leyenda, salpicado con extensos pasajes dramáticos de ameno diálogo coloquial cómico, y se sitúa en la tradición moderna de los Cuentos de la Selva de Horacio Quiroga. Como aquellos, supone un público de diversas edades. Los mayores pescarán los guiños que constituyen una de las marcas del estilo de Korol. Por ejemplo, que "Aura" sea el nombre propio de la sauce es un homenaje al título de la obra reunida del poeta entrerriano Juan L. Ortiz, En el aura del sauce, obra cuya primera edición por la Editorial Biblioteca Vigil la dictadura destruyó.
La prosa es rica en logradas imágenes poéticas ("El viento como un animal invisible", empieza) y el lenguaje se nutre de vocablos de lenguas originarias, cuyo significado se traduce. Se trata de los primeros nombres que tuvieron esos árboles. Dar a conocer el sentido que tenían y tienen para los pobladores originarios es una manera de recobrar, a través de la literatura, aquel vínculo perdido con todo lo viviente, cuya pérdida sirve de fundamento cultural para la depredación económica que está arruinando el planeta del cual somos parte indisociable. "Desde el Urunday del norte al Tala de la pampa, del Chañar hasta la laguna de Aura, no hubo árbol que no hundiera sus raíces para captar las emisiones de sus coterráneos. En la sobre-explotada tierra santafesina se abrían paso las voces de los árboles, como lombrices largúisimas de aire", escribe el narrador. La poesía es otro de los lenguajes que Korol despliega con destreza, imbuyéndola de la musicalidad del canto. La crónica cantada La Forestal, de Quique Llopis y Emilio Lenski, antecede sin dudas a "la maciza voz del Quebracho Colorado" que se alza contra más de cien años de explotación forestal con unas coplas políticas contundentes. Ciro Korol tiene andado lo que dice, y le puso el cuerpo a la lucha de la Multisectorial Humedales.
Los dibujos de Rodríguez, en una paleta de colores reducida y muy adecuada al tema, donde predominan los verdes, rojos y marrones, envuelven el texto en un clima visual, más que simplemente ilustrarlo. En ese mundo tienen rostro los personajes principales de la naturaleza, árboles y pájaros, mientras que a los secundarios humanos se los ve pasar de lejos como siluetas remotas con sus vehículos y máquinas; donde no podía faltar (otra marca de estilo de Korol) el chiste ingenioso pegado en la ventanilla, que en este contexto funciona como catalizador del cinismo del camionero del libro: "Amo mi tierra/ por eso no lavo mi camión". No todos los humanos son tan indiferentes. También hay una mochilera que viene de reforestar en el norte. Pero nada de esto se enfatiza, ya que aquí todos los recursos plásticos y literarios están puestos al servicio de la idea de que no es la especie humana la única protagonista de esta obra llamada Planeta Tierra.
Korol (Rosario, 1989) colabora en la sección contratapa de Rosario/12, donde bajo el título de Aislamiento publicó en capítulos su novela distópica El anuncio, próxima a constituir en 2021 el primer título de la editorial rosarina Aguapey. Formado en la escuela Nigelia Soria, en el taller literario de Juan Forn y en la Fundación Antonio Gala (Córdoba, España), ha colaborado como cronista en diversos medios y participado en proyectos teatrales y de cine animación.
Rodríguez (Rosario, 1989) es licenciada en Bellas Artes de la UNR y egresada de la Escuela para Animadores de Rosario. Es co-fundadora e integrante del Festival Furioso de Dibujo, del colectivo de artistas y trabajadoras gráficas Cuadrilla Feminista y de la Red de Animación Rosarina. Publicó varios libros y participa en proyectos editoriales y de cine animación. Ilustró Historia de terror escrito por Lara Grezzana (Colección Infantil de Cuento, EMR, 2014).