Con el sol a pleno, la Campaña por el Aborto Legal Seguro y Gratuito abrió la tarde en el escenario frente al Congreso minutos antes de que sonara el himno nacional que dio comienzo a la sesión en la que senadores y senadoras empezarían el debate sobre el proyecto de Ley para despenalizar y regular la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Fuera del recinto, la calle, del lado verde, ya estaba cargada de pibas, pibis, mujeres y varones, y sonaba intermitente el ya clásico canto colectivo "aborto legal en el Hospital".
La marea verde se instaló temprano sobre las avenidas Rivadavia y Callao con cientos de carpas de organizaciones sociales, agrupaciones feministas, espacios sindicales y también las ferias, puestos de hidratación y vendedoras de pañuelos, pins, aros, y medias con el dibujo del pañuelo verde de la Campaña. Del otro lado de la plaza, llegando desde la avenida Entre Ríos, lo primero que se podía ver entre banderas celestes era una especie de escultura de unos dos metros de alto que representaba a un feto, manchado de sangre, y una bandera que flameaba “viva Cristo Rey”. Detrás, mientras en las pantallas comenzaba la sesión en el recinto, unas veinte personas participaban de una misa.
Del otro lado el clima era de fiesta. Mariela Berria es de General Pico, en la provincia La Pampa, y es parte de las Socorristas en Red, una agrupación que asiste a personas gestantes de todo el país que necesitan abortar. Lo primero que Mariela sintió al llegar a las inmediaciones del Congreso fue emoción, "porque es algo por lo que venimos luchando hace tanto tiempo". Según la activista, la Ley "va a facilitar el acceso al aborto, pero vamos a seguir estando porque las barreras van a seguir existiendo". Este año, por la pandemia y el aislamiento obligatorio, se volvió más complejo el acceso a la interrupción legal del embarazo (ILE): "cuando las provincias empezaron a cerrar los accesos y las fronteras se nos complicó bastante, tuvimos que pelear un montón para que las mujeres y niñas accedan a un derecho que está reconocido hace 100 años", señaló Mariela, antes de seguir recorriendo las calles junto a sus compañeras de pelucas fucsia, el objeto que identifica a las Socorristas en las marchas y en los encuentros nacionales de mujeres.
En medio de avenida Callao, Rocío, de 13 años, se saca una foto con sus amigas. Una de ellas sostiene un cartel donde se lee "niñas no madres". "No queremos que mueran más mujeres, ni tampoco los bebés", explicó Rocío, que vive en el Barrio Mugica -ex Villa 31- y relató que fue su mamá, hace unos dos años, quien le explicó lo que era el aborto. Lo mismo piensa Ayelén, que está embarazada y llegó a la concentración desde la localidad bonaerense de Coronel Suárez. “Es malo abortar pero es importante que cada una pueda decidir sobre su propio cuerpo, que no venga nadie, ni un doctor, a decirte lo que tenés que hacer”, señaló la mujer y remarcó que “no siempre una quiere tener el bebé, a veces no podés, por la economía o por tu propia salud, y tenés que poder elegir”.
Mientras Ana Claudia Almirón, senadora por la provincia de Corrientes, que se autodenomina “provincia provida”, recordaba el caso de la niña de Monte Caseros que fue madre a los 11 años, afuera, en la calle, dos amigas de 13 y 10 años repartían folletos mientras conversaban y se reían. En el papelito se leía: “que sea Ley”. Según señaló Almirón, este año las Socorristas de Corrientes acompañaron a abortar a 250 mujeres y niñas en la provincia. “Cuando las niñas son abusadas sufren los embarazos. En Bolivia yo veía que pasaba mucho esto, por eso yo digo que el Estado tiene que pensar en esas niñas y adolescentes que sufren abusos”, señaló María, vecina de Villa Soldati, que llegó desde Bolivia hace ocho años y está a cargo de un merendero en el barrio. María, que es parte de la organización social La Poderosa, lleva un sombrero para refugiarse del sol, y en una de sus manos se asoma un pequeño pañuelo verde, que aprieta dentro del puño cuando le toca hablar.
A diferencia de la avenida Callao, donde cerca de las cinco de la tarde la sombra alivió la temperatura, en Rivadavia todavía pegaba el sol de frente, un calor intenso que no alcanzó para detener el partido del clásico fútbol abortero: una canchita improvisada y dos equipos de pibas que se armaron en el momento. "Volver a la calle es como volver a casa", afirmó Simona Suarez, estudiante del colegio Nacional Buenos Aires y advirtió que "el aborto ya se aceptó socialmente, ahora los políticos tienen que responder ante toda la sociedad argentina, y en especial ante les jóvenes, que estamos luchando desde 2018 para que el aborto sea legal".
Alrededor de cada pantalla, con la concentración de quien mira su película preferida, grupos de más de treinta personas miraban el debate de la Cámara Alta. Brenda y Melany llegaron al Congreso desde el partido de San Martín, en la provincia de Buenos Aires. “Vine a movilizarme porque el aborto es un derecho de las mujeres. Nos ven como una cosa, que tenemos que tener hijos y estar en la casa”, señaló Brenda, que es madre de un hijo de cuatro años, y agregó: “si yo no quiero ser madre quiero que se me permita no serlo y que alguien me apoye. Poder ir a un hospital público y no tener que preguntarle a una amiga, a una vecina, cómo es que tengo que hacer”.
Juliana Alessandro, docente de La Plata y referente de SUTEBA, conversaba con sus compañeras en la carpa del sindicato. “Como docentes nos mueve la esperanza. La educación es clave en la prevención de los abusos, por eso la Ley habla de Educación Sexual Integral (ESI)”, afirmó Alessandro y reclamó que los senadores y senadoras "hagan su trabajo y dejen de decidir sobre nuestros cuerpos”.
A las siete de la tarde, como estaba previsto, la Campaña subió al escenario para convocar, a través de las voces de referentes de distintas provincias, al masivo pañuelazo verde. “Para mi es emocionante escuchar hoy las voces que hemos llamado desde el comienzo de la Campaña a expresarse, a unirse, a juntar las fuerzas para conseguir que el aborto sea un derecho de todas y todes”, señaló la histórica activista por el aborto legal Martha Rosemberg y advirtió que hoy “se termina un hito muy importante de nuestra Campaña y se inaugura otro hito de nuestra Historia”.
Los pañuelos verdes, en lo alto, pintaron de verde las calles alrededor del Congreso, y una decena de drones sobrevolaron la zona para capturar el momento. En el escenario, Nina Brugo también levantó su pañuelo. “Traemos la voz de las Belén, de las Ana María Acevedo, de todas las que tuvieron que abortar en la clandestinidad. Hoy es el día: aborto legal ya”, señalaron las referentes de la Campaña. Durante el resto de la tarde siguió la música: un toque de tambores, un dúo de mujeres que tocaban el saxo y el contrabajo, y varios parlantes desde los que sonaban cumbias. Las bandas en el escenario empezaron después de las nueve de la noche, cuando se habían ido muches de les niñes que en medio de la marea verde, de las banderas, de los carteles, jugaban como marcando la dirección hacia donde apunta la brújula de la lucha feminista. el cura calificó al proyecto de ley de IVE como un "proyecto diabólico"