“Es un tema de salud pública. El Estado tiene que estar presente. Hay que visibilizar esta problemática. El aborto sucede. Nada hace modificar esa decisión cuando la mujer la tomó. Es mejor que se sientan acompañadas”, dice la senadora Eugenia Catalfamo del Frente de Todos a Página 12. Dos horas antes del inicio de la sesión histórica en el Senado, empezó a recibir una catarata de mensajes intimidatorios por WhatsApp en su celular con el mensaje: “Asesina, que Dios te perdone”. Seguramente no fue la única. “No se cómo se ha viralizado mi teléfono de esta manera. Me parece un poco irrespetuoso”, dice a Página 12 poco antes del comienzo del debate en la cámara Alta. Con un pañuelo verde anudado en la muñeca, cuando le tocó la palabra, poco después de las 18.30, mostró en el recinto decenas de hojas impresas con los ataques que sufrió en Twitter por parte de sectores “celestes” por su apoyo a la Ley de Regulación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo. En el debate del 2018 se abstuvo: no pudo viajar porque estaba embarazada, a pocos días de la fecha de parto, con reposo por riesgo de parto prematuro, un cuadro que se agudizó por las intimidaciones que le llegaron en aquella oportunidad, reveló a este diario.“Me hicieron muy mal todos los mensajes que recibí en aquel momento. Los tomé muy en serio. Hoy ya no, hoy aprendí, con terapia de por medio”, cuenta a este diario.
Catalfamo vive en la localidad de Juana Koslay, pegada a la capital puntana. Viajó este lunes desde San Luis en auto junto con Ayelén Mazzina, secretaria de la Mujer, Diversidad e Igualdad de la provincia, para estar presente en el Senado. Es madre de una hija, proviene de un hogar conservador y fue a un colegio católico. Es la única senadora de la provincia de San Luis que vota a favor de la despenalización y legalización del aborto. Es también, la más joven de la Cámara alta: ingresó en 2017 con 30 años, la edad mínima para acceder a una banca en ese cuerpo, cuya edad promedio entre los 44 varones que la integran es 60 años y entre las 28 mujeres, 53. Apenas hay un senador y tres senadoras sub 40. En una entrevista con este diario, Catalfamo fundamentó su postura a favor de la ley que despenaliza y legaliza el aborto en las primeras 14 semanas de gestación.
--¿Por qué vota a favor de la ley de IVE?
--San Luis es una provincia históricamente con una sociedad tiene sus valores muy arraigados, un poco conservadora en algún sentido, católica, cristiana. Hay una especie de mandato cultural que hace que las cosas se den de esta manera. Pero también hay en esta sociedad un montón de personas y organizaciones que están a favor de la interrupción voluntaria del embarazo y también merecen su representación. El proceso para poder decidir, para poder estar realmente convencida, comenzó en 2018: fue necesario el debate de aquel momento para que hoy se salde la discusión, para que se pongan sobre la mesa los distintos argumentos, no solo entre quienes somos legisladoras y legisladores, sino también en el seno de la sociedad argentina. Muchas veces el tema del aborto lo hemos sancionado como un tabú. Se nos dificulta hasta mencionar la palabra. Decir aborto es como que estamos diciendo algo que está mal. Y sinceramente pienso que no, que tenemos que desmitificar algunas cosas. Tenemos que conocer un poco más la realidad en la que vivimos. Esta decisión la tomamos más allá de nuestras creencias personales. Tenemos que darnos cuenta que así sea una la mujer que muere por aborto mal practicado, esa mujer debe ser atendida por un Estado presente. Al entender cada una de estas circunstancias es que llegué a la conclusión de que debía estar a favor de esta iniciativa, más allá de los que puedan pensar la mayor cantidad de ciudadanos y ciudadanas puntanas. Con el tiempo lo van a entender porque esta ley no los va a obligar a abortar. Es una cuestión de respetar decisiones.
--¿Recibió presiones o mensajes amenazantes por su posición?
--Me acaban de mandar un mensaje que dice: “Asesina, que Dios te perdone”. Hace aproximadamente dos horas que no paro de recibir mensajes similares por WhatsApp. No se cómo se ha viralizado mi teléfono de esta manera. Me parece un poco irrespetuoso.
--¿La afectan ese tipo de mensajes intimidatorios?
--En 2018 me afectó muchísimo. Estaba embarazada de mi hija. Mi hija nació el 18 de agosto y la ley se votó el 8 de agosto. Estuve dos meses sin poder moverme de mi cama en reposo absoluto por complicaciones y el riesgo de un parto prematuro porque me hizo muy mal todos los mensajes que recibí en aquel momento. Los tomé muy en serio. Hoy ya no, hoy aprendí, con terapia de por medio.
--¿Cómo fue la discusión en el bloque del Frente de Todos, donde el presidente José Mayans, es un ferviente defensor del voto celeste?
--Por suerte no hubo una reunión de bloque en la que expusiéramos nuestros argumentos. Los únicos encuentros que tuvimos fueron en las reuniones plenarias de comisiones, donde cada uno pudo expresar sus puntos de vista, y donde respetamos a los oradores que pasaron en esos días a favor y en contra de la ley. Lo fundamental en este sentido es que esta es una temática que nos atraviesa a todos, que no tiene que ver con banderías políticas, de hecho muchos de quienes están a favor son de Juntos por el Cambio, y trabajamos muy bien en conjunto el tema con ellos. Respecto de los que están en contra, mientras que prevalezca el respeto... esta es solo una ley, tiene que prevalecer la unidad del bloque.
--¿Alguna vez atravesó una situación de aborto?
--No. Nunca pasé por esa situación. Vengo de una familia muy conservadora, mis padres no están de acuerdo pero me acompañan. Vengo de una escuela católica, cristiana. Por ahí a uno no le puede pasar, pero el tema es empatizar, porque a otras les sucede.