Del otro lado de la Plaza del Congreso que fue colmado por la marea verde desde temprano en la jornada, los manifestantes que se oponen al derecho al aborto legal, seguro y gratuito se congregaron en una convocatoria igual de escasa que la que supieron realizar el pasado 10 de diciembre, cuando la Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Con una impronta aún más religiosa y virulenta, con fotos de senadoras y senadores bañados en pintura roja que simulaba ser sangre, los celestes apuntaron a presionar a los y las legisladoras de cara a una votación que recién llegará en horas de la madrugada.

A diferencia de lo ocurrido el 10 de diciembre, esta vez hizo su aparición en escena el famoso feto gigante de papel maché, ahora salpicado con pintura roja. Minutos antes de que comenzara el acto central de la organización Unidad Provida, que inició a las 18.30, el feto ocupaba en soledad la plazoleta ubicada en el cruce entre la Avenida Entre Ríos e Hipólito Yrigoyen, frente a la cual se erigía el escenario principal.

Debajo del feto, se observaban cartulinas con los nombres de los senadores "indecisos" con un signo de pregunta, mientras que los nombres de los que ya habían adelantado su voto a favor del proyecto también tenían pintura roja y un cartel en el medio que decía: "senadores manchados con sangre de inocentes". En el mismo tono, sobre el vallado que dividía a un sector del otro, colgaba un gran afiche que rezaba "políticos genocidas", con fotos de senadores y senadoras, diputados y diputadas, y en el centro la imagen del presidente Alberto Fernández, todos manchados con pintura roja.

Los primeros chiflidos de la tarde llegaron cuando en la pantalla que transmitía la sesión apareció la senadora del Frente de Todos, Nancy González, quien se preguntó: "¿Quieren decirnos a los que vamos a apoyar el proyecto que somos asesinos?". Delante del escenario, una mujer respondió, sin dudar, "sí, son asesinos", al tiempo que Malena Maldonado, una joven militante de pañuelo celeste, intentaba un tono tranquilizador al decirle a Página/12 que "es nada más que una forma de hacerles ver que están convalidando la muerte".

Apoyada en la valla, la joven aseguró que, aunque le había llegado información de que la votación podría resultar desfavorable para los celestes, igual tenía confianza: "Me voy a quedar hasta el final, con estas cosas nunca se sabe y lo último que perdemos es la fe", sostuvo. Además, tal como planteó dentro del recinto Silvia Elías de Pérez, senadora de Juntos por el Cambio, Maldonado afirmó que "la ley va en contra de la Constitución, así que si la votan va a tener que decidir la Justicia".

Al iniciar el acto con el himno nacional, la plazoleta se empezó a llenar y comenzaron a arribar grupos caracterizados de agrupaciones políticas, como cuatro militantes hombres con bandera del Frente NOS -- frente liderado por Juan José Gómez Centurión -- que cargaban en sus hombros una cruz y la imagen de la Virgen. Detrás de ellos, llegaban también tres mujeres vestidas de monjas. Al detenerse, todos gritaron al unísono: "viva la patria".

A pesar de la escasa convocatoria, que a ese momento no llegaba a ocupar media cuadra, uno de los presentadores comenzó el acto diciendo al público que "este es el gigante celeste", para luego agregar que "el 80 por ciento de la Argentina es provida, la mayoría celeste". Tanto los presentadores como los manifestantes hicieron hincapié en las movilizaciones realizadas en el interior del país con mayor convocatoria, como las llevadas a cabo el pasado sábado. En este sentido, desde el escenario se leyeron adhesiones de otras provincias y celebraron, por ejemplo, la de Tucumán, provincia del caso Lucía y el caso Belén. "Tucumán, provincia provida", festejó el presentador.

También las imágenes religiosas aumentaron en relación a la jornada de tratamiento de la ley en Diputados. Siete estatuillas de vírgenes rodearon durante toda la jornada el espacio reservado para los celestes, mientras que se realizaron dos misas, una a continuación de la otra. "Viva Cristo Rey", rezaba un largo pasacalles blanco con letra negra colgado sobre la reja de la plaza, mientras varias personas oraban frente al "cementerio de los inocentes", elaborado con pequeñas cruces de madera clavadas en el césped de la plaza, que ya había dicho presente en el tratamiento en Diputados.

"Nos arruinaron la Navidad", sentenció a este diario Teresa Quiroga, que de rodillas rezaba frente a un altar de la Virgen María, mientras de fondo el villancico "Noche de paz" cerraba una de las misas para dar paso a la siguiente, desde la que el cura invitaba a "participar de la santa misa" y gritaba "viva la vida, viva los niños por nacer". Al iniciar la misa, el cura calificó al proyecto de ley de IVE como un "proyecto diabólico". Consultada sobre esta calificación, Quiroga opinó que "ninguna persona que vaya a matar a un niño por nacer puede hacerlo en nombre de Dios", por lo que "el diablo tiene que tener algo que ver".

"Se escucha hablar tantas pavadas en el Congreso de la Nación ¿Cómo se llama a una persona que es asesina? Asesina", agregó entonces el cura, en una nueva referencia al discurso de la senadora González. Además, el hombre se quejó de que el proyecto fuera tratado "un día después del Día de los Santos Inocentes", día que el propio arzobispo de Buenos Aires Mario Poli había aprovechado para calificar a la IVE como una "febril obsesión" para "legalizar la muerte de los niños y niñas inocentes". Para finalizar, el cura a cargo de la segunda misa de la Plaza del Congreso se encargó de citar al papa Francisco, al señalar que "la solución nunca será contratar a un sicario".

Entrada la tarde, cerca de las 19 horas, mientras la sesión avanzaba dentro del Congreso, los celestes aún ocupaban su espacio y algunos pocos todavía llegaban a la plaza. A diferencia del pasado 10 de diciembre, cuando la desconcentración fue rápida, esta vez buena parte de los manifestantes aseguraban que se quedarían hasta el final de la votación. Desde el escenario, el presentador llamaba a no retirarse y avisaba que "viene para largo, amanecemos acá".