El laboratorio chino Sinopharm anunció que una de sus vacunas contra la covid-19 tiene una eficacia del 79 por ciento y envió de manera oficial un pedido de aprobación a la administración de Pekín para que las autoridades sanitarias den luz verde a la comercialización en el país donde se desató la pandemia.
Si bien el porcentaje de efectividad es inferior al inicial que habían difundido el Instituto Gamaleya para la Sputnik V (91,4 por ciento), Pfizer/BioNTech (95) y Moderna (94,1), no se descarta que estudios posteriores den cuenta de mejoras en ese punto. El británico Astrazeneca, asociado a la Universidad de Oxford, afirmó por su parte que su vacuna tiene una eficacia del 70 por ciento pero que podría alcanzar el 100 por ciento con dos dosis.
De todas maneras, el laboratorio chino cuenta con dos vacunas en desarrollo junto a la producida con el Instituto de Productos Biológicos de Wuhan, la ciudad donde se detectó el primer brote de coronavirus y es el primer grupo farmacéutico chino que comunica datos sobre la eficacia de una vacuna en preparación.
Sinopharm hizo pruebas en distintos países latinoamericanos, entre ellos Argentina y Perú. Se trata de una vacuna denominada "inactivada", es decir que utiliza un método muy clásico que recurre a un virus "muerto" para desencadenar una reacción inmunitaria en la persona.
"El efecto protector de la vacuna contra el covid-19 es del 79,34 por ciento", indicó Instituto de Productos Biológicos de Pekín, una filial de Sinopharm. En su página web, la entidad informó que los resultados de la fase 3 de pruebas muestran que los niveles de seguridad son "buenos", y que todos los participantes desarrollaron altos niveles de anticuerpos tras recibir las dos dosis.
Lo insólito del caso es que las autoridades de Emiratos Árabes Unidos (EAU), uno de los países que participaron en las pruebas, habían indicado a principios de mes que este producto contaba con una eficacia del 86 por ciento.
Actualmente, cuatro vacunas desarrolladas en China han alcanzado la fase 3 de pruebas clínicas: dos de Sinopharm y una de Sinovac se basan en versiones inactivadas del agente infeccioso, mientras que la impulsada por CanSino Biologics emplea un vector de adenovirus para producir anticuerpos específicos contra el SARS-CoV-2.
Si bien el pedido de aprobación fue presentado al gobierno chino, las autoridades todavía no autorizaron ninguna vacuna para ser lanzada al mercado. Sí lo hicieron para ser utilizadas en caso de necesidad "urgente".
De hecho, al menos un millón de miembros de personal sanitario, empleados en trabajos considerados de riesgo, y estudiantes y diplomáticos que tienen que viajar al extranjero ya recibieron una vacuna experimental.
Las autoridades sanitarias chinas reiteraron en los últimos meses que no se detectaron efectos adversos graves durante los ensayos con las diferentes candidatas a vacuna desarrolladas en el país.
Hace poco más de un mes, el presidente de Sinopharm, Liu Jingzhen, había afirmado que casi un millón de personas en China habían recibido ya una de estas vacunas "de emergencia" y que solo un pequeño número había presentado efectos adversos leves.