Como la mayoría de los discos, el amor no siempre se crea de la noche a la mañana. Algunas relaciones son de composición lenta. Nota a nota, mirada a mirada. Así dibuja y escribe la japonesa Natsuki Kizu el vínculo profundo entre Ritsuka Uenoyama y Mafuyu Satō en el manga Given. Ritsuka es un adolescente de 17 años que pierde el interés en las cosas que más ama: la música y el basquet. Aplasta su cara contra el pupitre del aula para apagar la cabeza y, cuando nadie se da cuenta, se escabulle a dormir la siesta en un lugar secreto que nadie conoce. Una mañana cualquiera Ritsuka descubre a un chico usurpando su escondite. Es Mafuyu, un alumno introvertido de la clase de al lado que duerme sobre un escalón abrazando una guitarra eléctrica Gibson ES-330. Sin planearlo, ahora comparten un secreto. Ritsuka se pregunta por qué este chico enigmático duerme apretujando el cuerpo de un instrumento. Y, sobre todo, por qué este tiene todas las cuerdas oxidadas.
“¿Qué hace alguien como vos, que no le preocupa el mantenimiento de su guitarra, con una Gibson Semipro?”, le pregunta curioso. Mafuyu se queda en silencio pero acerca su cara a la de Ritsuka para pedirle si puede arreglar las cuerdas. Ritsuka se inquieta cuando siente el aliento de Mafuyu tan cerca de su boca. La relación entre los dos nace desde la música, porque Given es un drama que retrata, además de una historia de amor gay, la intimidad de una banda adolescente: The Seasons. Las discusiones, la intimidad de los ensayos y las charlas sobre los arreglos perfectos para una canción.
Given es un manga que pertenece al género shōnen-ai: historias donde la temática principal se apoya en el romance entre dos personajes masculinos. El shōnen-ai tiene un código narrativo pausado, de acciones chiquitas, y sin contenido sexual explícito como suele caracterizar a su género opuesto: el yaoi. Donde las relaciones se basan en la posesión del otro, en los juegos de poder. Given narra cómo cambia la vida de Ritsuka desde el día que se topa con Mafuyu en la escalera de la escuela. Cómo una persona que no tenía en el radar, que jamás vio antes, puede ocupar la superficie de todos sus pensamientos. El manga de Natsuki Kizu de 6 volúmenes no es un relato naif, al contrario: no teme a los rincones oscuros, hablar de la depresión y el suicidio. Fue tan exitoso el manga en el país del sol naciente que Given tuvo su propio radioteatro, fue adaptado al animé y salió un EP con las canciones del grupo musical. Como si no tuviera techo, ahora se espera un largometraje. Uno de los detalles más lindos del manga es que incluye entrevistas a los integrantes de la banda ficticia y hasta el paso a paso para aprender a dibujar a cada personaje. Given es una historia de metejón adolescente que no necesita tener sonido para que escuchemos la música que suena en la cabeza de sus protagonistas.