Desde Roma
Recordando la Jornada Mundial de la paz que se conmemora cada primero de enero, el papa Francisco volvió este viernes sobre el tema subrayando que la paz se logra en parte educando el corazón al cuidado y valoración de las personas y de la creación. En tiempos de pandemia se espera “una recuperación y nuevos tratamientos”, dijo, pero no sólo se necesita “la vacuna para el cuerpo” sino también “la vacuna para el corazón” y ésta última “es el cuidado” de los demás.
Y tácitamente aludiendo a los efectos que la gente del mundo se espera de las vacunas anticovid en 2021, en la homilía de la misa que se celebró en la basílica de San Pedro, el Papa dijo además: “Será un buen año si cuidamos a los otros”.
Las palabras de Francisco fueron leídas por el cardenal secretario de estado vaticano, Pietro Parolin, quien tuvo a cargo la celebración de la misa a causa de una “dolorosa ciática” que afectó a Francisco y que según un comunicado oficial de la Sala de Prensa vaticana, le impidió presidir la celebración. En un día de viento y lluvias, y una plaza de San Pedro completamente desierta, a la misa asistieron menos de 100 personas, al menos 22 de ellas cardenales, todas debidamente separadas y con barbijos.
En la homilía, dedicada a la Virgen María, Francisco también tuvo palabras de elogio para las mujeres en su rol reproductivo. “Las mujeres son concretas y saben tejer con paciencia los hilos de la vida. Cuántas mujeres, cuántas madres, hacen nacer y renacer la vida, dando un porvenir al mundo”. Los hombres en cambio “somos frecuentemente más abstractos y queremos las cosas inmediatamente”, indicó.
A medio día del viernes, la televisión vaticana transmitió el mensaje del Papa para el Angelus en el que se lo veía solo, leyendo de pie, en la Biblioteca del Palacio Apostólico, el lugar donde generalmente recibe a autoridades o embajadores para encuentros oficiales. No parecía muy debilitado lo que hizo pensar que el mensaje puede haber sido filmado varios días antes de su dolor en el ciático.
En el Angelus el Papa hizo específica referencia a su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz que el Vaticano difundió hace unos diez días. “Es precisamente al cuidado del prójimo y de la creación que he dedicado el mensaje de la Jornada Mundial de la Paz que hoy celebramos - recordó Francisco -. La cultura del cuidado como sendero de paz. Los dolorosos eventos que están marcando el camino de la humanidad en el año que ha terminado, especialmente la pandemia, nos enseñan cuánto es necesario interesarse en los problemas de los otros y condividir sus preocupaciones. Esta actitud representa el camino que conduce a la paz, porque favorece la construcción de una sociedad fundada en las relaciones de fraternidad. Cada uno de nosotros estamos llamados a realizar la paz, y realizarla cada día, en cada ambiente, tendiendo la mano al hermano que tiene necesidad de una palabra de consuelo, de un gesto de ternura, de una ayuda solidaria”.
Según Francisco se trata de desarrollar una mentalidad y una cultura del “hacerse cargo”, a fin de derrotar la indiferencia, el descarte, la rivalidad, “que lamentablemente prevalecen”. Porque la paz en la vida “no es sólo ausencia de guerra sino una vida rica de sentido, impuesta y vivida en la realización personal y en la condivisión fraterna con los otros (…) Una paz siempre puesta en peligro por la violencia, el egoísmo, la maldad”, añadió. Conforme a Francisco, para conseguir la paz, además de rezar, hace falta hacer un “diálogo paciente y respetuoso, construido en una abierta colaboración con la verdad y la justicia y atento a las legítimas aspiraciones de las personas y de los pueblos”. El Papa concluyó dirigiendo al mundo un “cordial augurio de un feliz y sereno 2021. Cada uno de nosotros trate de hacer que sea un año de fraterna solidaridad, de paz para todos, un año cargado de esperanzas”.
En sus saludos finales el pontífice expresó “dolor y preocupación” por la agudización de los conflictos en Yemen, donde están pagando con la vida muchos inocentes, incluso niños. Y también en Nigeria, donde hace pocos días fue secuestrado un obispo de la Iglesia católica y el conductor de su auto y de los que poco se sabe hasta ahora.
En el mensaje original para la Jornada Mundial de la paz, difundido el pasado 17 de diciembre, Francisco se había planteado además otros dos temas fundamentales: las desigualdades sociales existentes en el mundo y el dinero destinado a los armamentos.
“Frente al agravamiento de las desigualdades dentro de las naciones y entre ellas, quisiera por tanto invitar a los responsables de las organizaciones internacionales y de los gobiernos, del sector económico y científico, de la comunicación social y de las instituciones educativas a tomar en mano la “brújula” de los principios mencionados (paz, justicia y conservación de la creación), para dar un rumbo común al proceso de globalización, un rumbo realmente humano» y que todo esto será posible sólo con un “fuerte y amplio protagonismo de las mujeres”.
Y respecto a los conflictos el Papa se había preguntado: “¿qué ha llevado a la normalización de los conflictos en el mundo? (...) Las causas de los conflictos son muchas pero el resultado es siempre el mismo: destrucción y crisis humanitaria (…) ¿Cuánto derroche de recursos hay para las armas, en particular para las nucleares, recursos que podrían utilizarse para prioridades más importantes a fin de garantizar la seguridad de las personas, como la promoción de la paz y del desarrollo humano integral, la lucha contra la pobreza y la satisfacción de las necesidades de salud? (…) Qué valiente decisión sería constituir con el dinero que se usa en armas y otros gastos militares “un Fondo mundial” para poder derrotar definitivamente el hambre y ayudar al desarrollo de los países más pobres".