Luego de atravesar una de las etapas más oscuras de su historia, Bolivia se encamina a sus segundos comicios consecutivos en pocos meses. Entre la falta de renovación generacional y algunas rupturas llamativas, partidos políticos y agrupaciones registraron a sus candidatos para las elecciones regionales que se celebrarán el próximo siete de marzo.
Las luchas internas por las candidaturas del Movimiento al Socialismo (MAS) fueron una constante en las últimas semanas. La expresidenta del Senado, Eva Copa, rompió con el oficialismo para ir por la alcaldía de la ciudad de El Alto, vecina de La Paz y bastión de Evo Morales. Pese a algunos cortocircuitos, el MAS se mantiene como la única organización política con representación en todos los municipios del país. Las candidaturas más resonantes del partido son las de la exsenadora Adriana Salvatierra y el exgerente de la empresa estatal Mi Teleférico, César Dockweiler, que irán por las alcaldías de Santa Cruz y La Paz respectivamente.
Por su parte, la oposición llega nuevamente fragmentada a los comicios y apenas logró algunas alianzas locales con el fin de arrebatarle algo de territorio al oficialismo. Uno de los casos más llamativos es el de la expresidenta de facto, Jeanine Áñez, quien será candidata a gobernadora por el departamento amazónico de Beni, su tierra natal.ez-renuncio-al-partido-democratas-cans"> Áñez se alejó sorpresivamente del partido Demócratas, que había apoyado con firmeza su gobierno transitorio. Otros postulantes opositores que se destacan son el exrector de la Universidad de La Paz, Waldo Albarracín, y el líder cruceño Luis Fernando Camacho. Ambos fueron protagonistas del golpe contra Morales.
Analistas consultados por Página/12 coinciden en la falta de recambio expresada en las candidaturas. "Sin duda estas elecciones no van a ser el ámbito de la renovación que se está esperando en los frentes políticos", aseguró el director del Centro de Estudios Geopolíticos de Bolivia, Gabriel Villalba. Vale destacar, sin embargo, la "democratización" de los espacios de debate. "Se ha ampliado mucho más la confrontación en la izquierda boliviana, aún con sus múltiples contradicciones", advirtió Villalba.
El analista Marcelo Arequipa consideró que las organizaciones antimasistas concentran por el momento su actividad en las ciudades más importantes del país. "El MAS es el único partido que tiene estructura nacional, el resto de las organizaciones políticas no necesariamente no tienen estructura, sino que no tienen intención de expandirse territorialmente, están recluidas a aquellos espacios donde creen que son más fuertes", remarcó.
El partido gobernante le confió su liderazgo a Evo Morales, quien tras regresar a Bolivia tuvo en la designación de candidatos su primer gran reto. El proceso no estuvo exento de incidentes como aquel acto en la localidad de Lauka Ñ que se vio interrumpido por una silla que voló por el aire. El MAS y Morales se inclinaron por nominar a Zacarías Maquera a la alcaldía de El Alto, lo que provocó el alejamiento de Eva Copa, histórica dirigente masista que terminó cerrando filas con la agrupación Jallalla La Paz. Para Villalba, Copa se podría haber construido como una figura "para pugnar por la presidencia o vicepresidencia de acá a cinco años, pero mató su chance histórica y eso le cobrará factura a futuro".
Si la derecha se halla relativamente unida en Santa Cruz, no pasa lo mismo en el resto del país donde múltiples candidaturas opositoras compiten entre sí. En La Paz, por ejemplo, 17 frentes se enfrentan para convertirse en la mejor opción frente al MAS. "No se puede decir mucho sobre el abanico de partidos antimasistas que participan y que en definitiva tienen todos dueños de partido o cúpulas que eligen e invitan a sus candidatos, pues en su mayoría carecen de militancia", sostuvo el sociólogo Juan Carlos Pinto en diálogo con este diario.
La expresidenta transitoria Jeanine Áñez fue inscripta como candidata a gobernadora por el departamento de Beni. Previamente Áñez había hecho pública su renuncia a Demócratas con fuertes críticas a los dirigentes locales. La exsenadora se sumó a la alianza Ahora, impulsada por Unidad Nacional, agrupación liderada por el empresario Samuel Doria Medina. Cabe recordar que Beni fue uno de los más castigados por la pandemia de coronavirus durante su gestión interina.
No fue esa la única fractura dentro de Demócratas, uno de los principales espacios de la oposición boliviana. El gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, rompió una lanza por el líder cívico Luis Fernando Camacho, quien buscará sucederlo en el cargo. En tanto la agrupación Comunidad Ciudadana, liderada por el expresidente Carlos Mesa, optó por rearticular a la derecha en el departamento de Pando de la mano de la exsenadora de Unidad Demócrata, Carmen Eva Gonzales. En abril de 2019 Gonzales había pedido la intervención de Estados Unidos para tumbar al gobierno del entonces presidente Evo Morales.
El próximo siete de marzo más de siete millones de bolivianos irán a las urnas para elegir a nueve gobernadores, 339 alcaldes y sus respectivos asambleístas departamentales y concejales. Con buenas perspectivas y más allá de algunas disputas internas, el MAS buscará afianzar su liderazgo a nivel nacional.