En Tucumán, el juez Carlos Jiménez Montilla se excusó de seguir integrando el Tribunal Federal que juzga a Rubén “la Chancha”, su hermano Angel “el Mono” Ale y otras 14 personas por asociación ilícita y lavado de activos, luego de que la UIF (Unidad de Información Financiera) lo recusara porque, al brindar su testimonio en el juicio, Susana Trimarco contó que había visto a “la Chancha”, el ex gobernador Julio Miranda y el entonces ministro de Gobierno, Antonio “Cabezón” Guerrero en casa del magistrado, durante un asado. Tras el “voluntario alejamiento” de Jiménez Montilla –concretado mediante un escrito en el que alegó “violencia moral”—, asumió su lugar el jujeño Domingo José Batule, con lo que la audiencia del proceso ayer continuó normalmente y se extendió durante toda la jornada, a lo largo de la cual declararon los imputados María Jesús Rivero, Fabián González y Ernesto Cátulo.
El tribunal, integrado por Noli, Batule y Gabriel Casas concedió arresto domiciliario a los 16 imputados, en consideración de que llevan detenidos tres años y cuatro meses –casi todos, en realidad, porque Dilascio permaneció prófugo hasta enero del año pasado, y “la Chancha” goza de arresto domiciliario desde diciembre de 2014– y el proceso demandará todavía algunos meses.
Durante la audiencia, además, el abogado defensor del policía provincial imputado, Hernán Lazarte, adelantó que presentarán pedidos de recusación a la presidenta del tribunal, Alicia Noli, porque su hermana, Elizabeth, años atrás fue socia de uno de los abogados allegados a Trimarco y la Fundación María de los Ángeles, Carlos Garmendia. En otra jornada tumultuosa, en la que, de a ratos, los defensores de los imputados demandaban de viva voz intervenciones que la presidencia del tribunal no otorgaba, el defensor del imputado José Augusto Lucero, Juan Roberto Robles, solicitó que Trimarco fuera imputada por falso testimonio.
El miércoles de la semana pasada, cuando, en tren de ejemplificar cómo “la mafia de los Ale” mantenía vínculos estrechos con distintos poderes legítimos de la provincia, Trimarco aseguró haber visto alrededor de 1999 a “la Chancha”, Miranda y Guerrero en casa de Jiménez Montilla, el magistrado negó el episodio. Ayer finalmente se apartó.