Ya con dos días superados en el 2021, y tal como se esperaba, más allá de las esperanzas que da comenzar un nuevo año, no parece haber grandes cambios con respecto a una semana atrás. 

En pos de de resaltar cosas positivas: seguimos sin sufrir una invasión extraterrestre, no se activó ninguna profecía apocalíptica de alguna civilización pasada, todavía tenemos un par de semanas hasta que se disponga alguna nueva medida restrictiva por el aumento de los contagios de coronavirus.

Aunque parezca un juego de palabras una cosa es tener mala suerte y otra es no tener suerte. Y al gobierno salteño le pasa lo segundo, porque hay que reconocer que desde que asumió prácticamente no pudo esquivarle ni una vez a Ley de Murphy (todo lo que puede salir mal, sale mal). O sea no tuvo la fortuna para poder pasar desapercibido con cuestiones en las que venía rengo desde antes.

Hace un año, apenas asumido, tuvo que lidiar con una serie de muertes por desnutrición o deshidratación de chicos de comunidades wichi, producto de una histórica estructura sanitaria deficitaria en el norte y una transición de gestión muy desprolija que desactivó algunas áreas que hubiesen aminorado el terrible impacto de los fallecimientos.

En medio de eso estaba, cuando llegó el coronavirus, que dejó al descubierto que la deficitaria estructura sanitaria no se limitaba al norte, y para una situación extraordinaria como la pandemia apenas tenía capacidad de respuestas, tanto desde los equipamientos, como desde los recursos humanos.

En ambos casos el argumento de la herencia recibida fue un atenuante válido para la crisis en ciernes, algo a lo que no podrá recurrir si la historia se vuelve a repetir este verano con las comunidades originarias.

Pero la poca fortuna otra vez dejó desnudo al rey. El 2020 terminó con cuestionamientos de referentas de organismos y organizaciones de mujeres que se dedican a diseñar políticas o acciones con perspectivas de género y que remarcaron que en el presupuesto provincial 2021 solo se incluían partidas inferiores a 15 millones de pesos para esta temática.

No pasaron ni doce horas del comienzo del año y Salta ya tiene que lamentar un femicidio, que vuelve a poner en el centro de la escena el papel que juega el Estado en la prevención de la violencia contra la mujer.

Claro está que los femicidios no se evitan solamente con plata, pero tampoco se puede esperar mucho si las leyes y los programas, que necesitan de recursos para ejecutarse, después se las tienen que arreglar con chauchas y palitos.

Un refugio para mujeres víctimas de violencia requiere presupuesto; las tareas de contención y seguimiento ejecutadas por equipos de profesionales, requiere presupuesto; la eventual contención económica que se debe otorgar a una mujer que siendo víctima de violencia depende de su marido para su subsistencia, requiere presupuesto; garantizar el funcionamiento de las ONG que se dedican al tema, requiere presupuesto. Por nombrar solo cuatro de las acciones más comunes en cualquier programa de gobierno tiene si quiere abordar seriamente el tema.

La emergencia social por violencia de género está vigente, existen las leyes necesarias provinciales y nacionales, los programas adecuados ya fueron creados, las ong especializadas en la materia trabajan desde hace rato. De ahí que quede evidencia la escasa asignación de partidas este año.

Así como pasó con las crisis sociosanitaria y luego con la Covid, la llave para destrabar el asunto en la provincia parece que llegará nuevamente prendiéndole una vela a la billetera de San Nación, ya que el ministerio de las Mujeres que dirige Elizabeth Gómez Alcorta, contará nada menos que con 1.280 millones de pesos.

Estas grietas que nunca se acaban

Definitivamente los argentinos de tanto escuchar la grieta esto, la grieta lo otro, terminamos cayendo en un maniqueísmo permanente que divide las aguas en todos los temas posibles. En la política no es nada nuevo, desde la génesis misma del país cuando la sociedad se dividió en revolucionarios y colonialistas, pasando por unitarios y federales. El peronismo introdujo una variante al crear los anti: peronistas y anti peronistas. Que ahora que derivó en la actual K – Anti K, que ya lleva 20 años.

Esas posiciones absolutas contrapuestas se fueron extendiendo a todo ámbito: el fútbol (Boca – River), la música (Soda – Los Redondos), hasta el Pan dulce (con frutas abrillantadas o sin).

Pero hasta un par de meses atrás resultaba impensado e insólito que se iba a aplicar a... una vacuna. Es verdad que los anti vacunas existen hace rato, pero es una postura absoluta con respecto a todos los jeringazos.

La particularidad de esta nueva grieta es que se desató en base a una sola vacuna, llamada casi despectivamente “La rusa”. El término ruso/a en Argentina generalmente no fue asociado a connotaciones positivas y estuvo siempre al borde de la discriminación, cuando no era lisa y llanamente una discriminación.

Igualmente es verdad que el nombre de Sputnik V elegido por los rusos no es el más marketinero, ya que remite directamente al primer satélite que lanzó la Unión Soviética en plena guerra fría con fines de espionaje. Si la idea era romper las barreras ideológicas e imponer la vacuna a nivel mundial, Putin y compañía no arrancaron de la mejor manera.

Sin embargo la vacuna hasta el momento despejó las dudas sobre los efectos adversos,  más allá de las fake news que andan dando vueltas y de las personas dispuestas a creer que hay vacunados a los que le salió un helecho en la cabeza y ahora se los utiliza de decoración en algún programa de cable. Oficialmente el porcentaje de vacunados que tuvieron algún tipo de reacción a la Sputnik V fue del 1 por ciento, la mayoría leves.

Superada esa primera prueba ahora deberá demostrar ser efectiva contra el coronavirus. El efecto de un contagio masivo del personal de la salud vacunado, sería un golpe terrible para la confiabilidad de cualquier otra política pública de vacunación. Más considerando que la campaña recién está comenzando.

En Salta la grieta quedó personificada en dos de los médicos de referencia que tiene el sistema de salud de Salta: Marcelo Nallar (en contra) y Francisco Aguilar (a favor).

La velocidad con la que se desarrolló la vacuna fue el argumento que esgrimió el gerente del hospital Oñativia, que prefirió no ponérsela hasta tanto complete el circuito de autorizaciones pendiente como la FDA y la ANMAT.

Por otro lado los profesionales de la salud que recibieron la vacuna, con Aguilar a la cabeza, dijeron confiar en su efectividad y destacaron al instituto ruso Gamaleya, como un centro con los pergaminos suficientes como para disipar cualquier duda y desestimar que al vacunado se le vaya a llenar el cuerpo de manchas con forma de hoz y martillo.

Por lo pronto la primera línea de profesionales de la salud ya fue vacunada y en 20 días recibirán la segunda dosis. Alea jacta est, diría Julio César mientras cruzaba el Rubicón en armas.

¿La corte define?

La otra grieta que se manifestó fuerte esta semana fue la que desembocó en la sanción de la ley de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Verdes y celestes, olfatearon que, a diferencia del 2018, esta vez el proyecto reunía los votos necesarios, y no se anduvieron con sutilezas.

Si no que lo diga el Oso Leavy, que intentó plantear una duda cartesiana en su postura, y fue sacudido por ambos colores para “convencerlo” acerca de su voto. La mejor imagen para definir lo difícil que estaba para Leavy su indefinida postura, fue que la primera parte de su discurso de 6 minutos, lo hizo bajo el abucheo de las militantes a favor del aborto que lo escuchaban en la Legislatura. Solamente cuando hizo explícito su voto afirmativo, trocó los silbidos por aplausos.

Pero automáticamente se generó el odio de los anti aborto que confiaba en que repita su voto en contra del 2018 . Por lo que no dudaron en viralizar un espantoso meme de una foto de Leavy con sus manos ensangrentadas y al que califican de traidor.

Ya sancionada la Ley, desde los grupos Provida adelantaron que recurrirán a la Justicia pidiendo su inconstitucionalidad. De esta manera se podría dar el circuito habitual en las últimas leyes trascendentes que se aprobaron en el país: El Ejecutivo la propone,  diputados y senadores la sancionan, la Justicia define si es válida o no. Billetera mata galán, Corte Suprema mata Congreso.

Por lo pronto ya hubo un adelanto con la presentación que se hizo en la Justicia Federal salteña contra el protocolo de la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), firmada entre otros por Cristina Fiore, Gladys Moisés y Andrés Suriani.

Capaz esta presentación pueda servir como borrador para la demanda posterior, porque es probable que con la entrada en vigencia de la nueva ley, la ILE sea reemplazada por un nuevo protocolo y la causa caiga en abstracto.

De paso, capaz puedan pulir algunos argumentos utilizados, como por ejemplo señalar que la ILE facilita que las mujeres vayan abortar de forma gratuita y no denuncien la violación, lo cual derivará en más violaciones. 

Básicamente están diciendo que la mujer violada y embarazada de su violador, posiblemente además sea la culpable de que la violen de nuevo o que violen a otras mujeres por no hacer la denuncia. Y después nos escandaliza que los rusos le pongan Sputnik a una vacuna.... comparado con esto, lo de Putin es sutileza en estado puro.