El tribunal londinense de Old Bailey decidirá este lunes si extradita a Estados Unidos al fundador de WikiLeaks, Julian Assange. El periodista australiano está acusado de espionaje por difundir documentos confidenciales bajo la Ley de Espionaje de 1917, algo que constituye un caso sin precedentes en la historia. El activista de 49 años fue arrestado en abril de 2019 en la Embajada de Ecuador en Londres, donde se le concedió asilo en 2012. Permanece detenido en la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh, situada al sudeste de la capital inglesa.
A pesar de las restricciones impuestas para frenar la pandemia de coronavirus, está prevista una manifestación frente al Old Bailey, donde se desarrollará la audiencia judicial. La pareja de Assange, Stella Morris, con quien comparte dos hijos pequeños, estará presente en el lugar acompañada de su equipo legal. En un artículo publicado en el Mail on Sunday, Morris señaló que si el tribunal falla en contra de Assange, el dictamen "sería un desastre para el Reino Unido, tanto política como legalmente".
Durante las cuatro semanas de juicio prestaron su testimonio varios psiquiatras, que aseguraron que el periodista padece "un trastorno del espectro autista" y presenta "riesgo de suicidio" si es entregado a Estados Unidos, algo que ha tratado de evitar desde que fue detenido en Londres en 2010 a petición de Suecia por presuntos delitos sexuales que ya fueron archivados.
Muchos académicos consideran que la Ley de Espionaje, que nunca se utilizó para enjuiciar a un periodista hasta ahora, plantea problemas constitucionales preocupantes porque infringe los derechos de la Primera Enmienda a recibir y publicar información. En una carta abierta al presidente Donald Trump, un experto independiente en derechos humanos de la ONU le pidió al mandatario que perdone a Assange en la víspera del fallo del tribunal de Old Bailey.
"El señor Assange ha sido privado arbitrariamente de su libertad durante los últimos diez años", escribió Nils Melzer, relator especial sobre tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes. "Este es un alto precio a pagar por el coraje de publicar información veraz sobre la mala conducta del gobierno en todo el mundo", indicó.
La plataforma WikiLeaks se sumó al reclamo y le pidió a las autoridades de Estados Unidos que retiren los cargos contra su fundador. "El mero hecho de que este caso haya llegado a los tribunales, por no decir que se haya dilatado tanto, supone un ataque histórico, a gran escala, contra la libertad de expresión", subrayó Kristinn Hrafnsson, directora de WikiLeaks. Hrafnsson recordó que "esta es una lucha que afecta al derecho a saber de todas las personas y se está combatiendo de manera colectiva".
En las últimas horas Assange fue nominado a la edición 2021 del Premio Nobel de la Paz por la activista irlandesa Mairead Maguire, también galardonada con esa distinción por su contribución al cese de la violencia en Irlanda del Norte.
Maguire, fundadora del Movimiento de la Paz, agrupó en la propuesta para el Nobel de la Paz al fundador de WikiLeaks, a la exsoldado estadounidense Chelsea Manning y su compatriota y también exanalista de Inteligencia, Edward Snowden. En la carta enviada al comité del Nobel, Maguire destaca el ejemplo que ha sentado "cada candidato" exponiendo "individualmente" la "verdad de acciones ilegales de los gobiernos" a un alto "coste para su propia libertad y su vida".
Assange conocerá el lunes la decisión de la jueza Baraitser sobre el pedido de extradición a Estados Unidos por cargos relacionados con la publicación de informes confidenciales militares y diplomáticos. Assange carga en sus espaldas 18 cargos por espionaje y hackeo de información, y podría ser condenado por hasta 175 años de prisión bajo "Medidas Administrativas Especiales", una versión particularmente dura del confinamiento solitario.
Se espera que WikiLeaks apele una posible extradición de Assange, lo que significa que su traslado a Estados Unidos podría prolongarse por tiempo indeterminado. Ambas partes tienen derecho a recurrir la decisión que tome Baraitser en este caso excepcional que podría llegar hasta el Supremo británico y la Corte de Derechos Humanos de Estrasburgo.