El viernes 11 de diciembre falleció a los 83 años, de un paro cardiorrespiratorio, el pintor y dibujante Juan Campodónico, en el Hospital Tornú, según contó su hijo Hernán, que vive en México.
Juan Campodónico se definía a sí mismo como un “surrealista místico” y pensaba que “ciertos artistas hacen de sus obras oraciones del alma para que otras almas entren en oración”.
Se había formado en las escuelas nacionales de Bellas Artes Manuel Belgrano y Prilidiano Pueyrredón. Su obra fue expuesta en numerosas salas y galería nacionales (como Rubbers y Centoira) e internacionales (como Trench Gallery y Brickell Callery, ambas de EE.UU). Se destacan sus exhibiciones en el Museo Nacional de Bellas Artes, el Centro Cultural Borges y su participación en la Bienal de San Pablo.
Desde su concepción espiritual y religiosa del arte, el pintor y dibujante afirmaba que “No podemos ni debemos ignorar el carácter alquímico que tiene el arte para ciertos artistas. La realización de la obra debe operar transformación. Ciertas sutilezas del alma deben aspirar a fusionarse con lo sagrado. En esas cumbres, la profusión de belleza, las emociones exaltadas, son momentos culminantes de la perfección humana. Aunque todo esto no sea sino una expresión de deseo”.
En una de las publicaciones más recientes sobre su obra, el crítico y poeta Raúl Santana (ex director del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires) escribió: “La obra de Juan Campodónico es, ante todo, expresión de una honda individualidad que recorre intrincados y misteriosos caminos donde el alma ocupa un lugar privilegiado: es el invisible punto de partida para sus imponderables figuraciones”.