Cuando la indignación se hizo movimiento y el movimiento pobló las plazas de España, el mundo giró la cabeza para ver qué pasaba aquí. Lo hizo la prensa internacional para llevarlo a sus portadas, y también lo hicieron los espías de Estados Unidos para reflejarlo en sus informes. Así se desprendía de una de las primeras exclusivas ofrecidas por Público en España sobre los cables de Wikileaks que, de una forma u otra, hablaban de este país.

Entre marzo de 2012 y diciembre de 2015, Público dio a conocer cerca de 40 informaciones construidas gracias a los archivos de la organización dirigida por Julian Assange. Una de ellas, difundida el 23 de marzo de 2012, revelaba precisamente que la compañía privada de espionaje Stratfor, conocida como la CIA en la sombra, había dirigido su mirada hacia el 15-M.

En un cruce de mensajes con sus agentes, Rheva Bhalla, directora de Inteligencia Geopolítica de Stratfor, escribió: "Creo que de verdad tenemos que estar vigilando a los líderes emergentes de estas protestas, los que pueden jugar la carta populista y presentarse como los salvadores frente a las élites [políticas]. Éste es el entorno ideal para que nazcan nuevas ideologías y dirigentes".

Los cables de Wikileaks que Público difundió en exclusiva en España también aportaron datos sobre el ahora rey emérito y sus relaciones con las estructuras de poder de Estados Unidos. Este periódico dio a conocer, entre otras cosas, que la diplomacia estadounidense apostaba por Juan Carlos de Borbón como sucesor de Franco pese a que la monarquía no contaba con apoyo popular en España. Así constaba en un documento secreto del Departamento de Estado fechado el 23 de octubre de 1975, con Francisco Franco cerca de su muerte.

A través de distintos informes secretos revelados por Wikileaks fue posible saber que el entonces príncipe –que ya había sido elegido por Franco como su sucesor– actuaba como confidente de la Casa Blanca en las fechas previas al fallecimiento del dictador, convirtiéndose en la gran apuesta de EEUU para la España posfranquista.

Según señalaban aquellos documentos, el aprecio entre la administración estadounidense y el rey de España era mutuo. En 1976, cuando Juan Carlos ya había ascendido al trono, el entonces secretario de Estado de EEUU, Henry Kissinger, sentenció: "El rey no debería dudar nunca en hacerme saber si desea que EEUU diga o haga algo específico". Las informaciones publicadas por este periódico remarcaron además que tanto Kissinger como el rey Juan Carlos callaron ante los últimos fusilamientos decretados por Franco.

Suárez y Fraga contra el PCE

Los archivos de Wikileaks difundidos en España por Público también permitieron conocer que EEUU había realizado un pormenorizado seguimiento de la actividad del Partido Comunista de España antes de su legalización. "Compartimos el escepticismo del Gobierno sobre que el PCE no es digno de confianza y que su legalización en este momento sería arriesgada", decía un cable de la diplomacia estadounidense fechado el 12 de marzo de 1976.

En ese contexto, Wikileaks recogió un cable en el que se destacaba que tanto el ministro Manuel Fraga como el presidente Adolfo Suárez habían prometido al embajador de EEUU, Well Stabler, que "los comunistas no serán legalizados ni se les permitirá tener un papel en este proceso evolutivo".

Los manuales de la CIA

Las exclusivas de Público sobre los papeles de Wikileaks también trajeron otras historias, como la guía secreta que empleaban los agentes de la CIA para infiltrarse en Europa bajo identidades falsas. Allí se detallaba cómo traspasar las fronteras de España, remarcando que se trataba de uno de los países que "puede requerir datos biométricos" a los ciudadanos estadounidenses a la hora de obtener pasaportes especiales para representantes gubernamentales o personas que viajan en misión oficial.

De hecho, Wikileaks descubrió además que los espías de EEUU manejaban el manual de control de fronteras de la Unión Europea (UE). Tales datos figuraban en uno de los informes del programa 'Checkpoint' de la CIA filtrados por Wikileaks y a los que tuvo acceso este periódico.

TiSA, el tratado secreto

Asimismo, los archivos obtenidos por esa organización dejaron al descubierto el denominado Trade in Services Agreement (TiSA), un acuerdo de intercambio de servicios entre 50 países, incluida España, que se negociaba bajo absoluto secreto.

Los documentos de la negociación secreta del TiSA apuntaban hacia la eliminación de controles y obstáculos para favorecer la liberalización global de los mismos servicios financieros "innovadores" que provocaron la crisis global de 2007-2008, al tiempo que se buscaba condicionar a los estados firmantes a la hora de efectuar regulaciones o aprobar leyes que afecten a empresas multinacionales. Wikileaks reveló además que el tratado permitirá a las corporaciones financieras exportar los datos sensibles de los consumidores. 

Tal como destacó entonces Público, se trataba de "un complejo entramado de normas y reglas diseñadas para evadir las regulaciones estatales y burlar los controles parlamentarios sobre el mercado global".

@danialri

Especial de Público para PáginaI12