Claudio "Chiqui" Tapia inicia la primera semana de 2021 con una sonrisa colgada de oreja a oreja. Mas fuerte que nunca en su rol de presidente de la AFA. Boca y River en la Copa Libertadores y Lanús, Vélez y Defensa y Justicia en la Sudamericana inician la disputa de las semifinales ratificando una competitividad que ni siquiera afectó el receso de seis meses que forzó la pandemia en 2020. Y acaba de conseguir 45 millones de dólares a repartir entre los clubes, producto del acuerdo que firmó con Disney Latinoamérica para seguir transmitiendo hasta 2030 el campeonato de Primera A por Fox Sports o una señal similar.
Pero este arreglo, anticipo de otro similar que se negocia con TNT Sports para extender hasta ese mismo año, los derechos de televisación que tiene hasta 2027, pone en cuestión los planes de los dirigentes de llevar a 30 el número de equipos en la máxima categoría. Diego Lerner, el poderoso CEO de Disney Latinoamérica, reclamó no más de 22 equipos en Primera para 2023, dos menos de los que hay en en este momento y cuatro menos de los que habrá a fin de mes, cuando se registren los dos ascensos desde la Primera Nacional.
Sin contar que los popes de esa categoría, alentados por Tapia, pretenden cuatro ascensos más en 2021 para llegar en 2022 a la misma cantidad de clubes que Julio Grondona impulsó en una de las últimas medidas de su gestión y de su vida. Recién el año próximo se reinstaurarían los descensos. Pero si los efectos nocivos de la pandemia se extendieran y se siguiera jugando sin público, no sería extraño que a mitad de año se levantaran voces reclamando dejar todo como está y continuar sin descensos hasta que soplen vientos más convenientes.
Con el dinero de la televisión asegurado, las tribunas en silencio forzoso y una gran cantidad de jugadores juveniles asomando en los planteles, los dirigentes están cómodos y no quieren moverse demasiado. Nicolás Russo, el astuto presidente de Lanús, lo expresó la semana pasada: "Tenemos que olvidarnos por un tiempo más de las grandes compras y seguir así, con los chicos y sin descensos, que vamos bien" dijo. La idea es la de siempre: ir pasando el tiempo, adaptarse a las circunstancias y privilegiar las propias conveniencias. Sobrevivir a la espera de tiempos mejores.
Los torneos felices, sin tribunas rugientes ni descensos y con muchas chances de ascensos y clasificación a copas, han sido la respuesta que Tapia y Marcelo Tinelli, como cabeza de la nueva Liga Profesional, encontraron para seguir jugando en medio de la pandemia. Los campeonatos para 2021 estaban casi definidos. Hasta llegó un CEO, puso la plata y fijó condiciones. Y es posible entonces que todo cambie: desde los tiempos lejanos en los que Carlos Avila y Torneos y Competencias hacían y deshacían a su antojo, ya se sabe como responde la AFA cuando pasa algo así.