En un escándalo que sigue sumando nuevos capítulos, el secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, dijo que el presidente Donald Trump lo presionó para que acepte una llamada "inapropiada" en la que le exigía al estado a que anulara su derrota en las elecciones de noviembre. "Recibimos el llamado y tuvimos una conversación. Pero le dejé claro que los datos que tiene son simplemente incorrectos", aseguró Raffensperger en declaraciones a la cadena ABC. En paralelo, dos congresistas demócratas le exigieron al FBI que investigue la conversación telefónica bajo la sospecha de haber cometido "varios delitos electorales".

Tanto Trump como el mandatario electo, Joe Biden, viajaron el lunes a Georgia para apoyar a sus candidatos en una elección clave para el control del Senado. Este martes se celebrará la segunda vuelta por el control de dos de las tres bancas que el estado sureño tiene en la Cámara Alta del Congreso. Si los demócratas se hacen con los dos asientos en disputa, le arrebatarían el control del Senado a los republicanos. Si bien las encuestas favorecen a estos últimos, el escenario parece abierto.

"Luchando contra los rumores"

"Nunca creí que fuera apropiado hablar con el presidente, pero él presionó. Supongo que hizo que su personal nos presionara. Querían una llamada", advirtió el secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger. Repitiendo sus acusaciones de fraude sin pruebas, Trump le dijo a Raffensperger que le habían "robado" las elecciones. Sin embargo, el funcionario también republicano no cedió frente al tono amenazante del mandatario saliente.

"Pensamos que nuestras cifras son correctas. Durante los últimos dos meses, hemos estado luchando contra los rumores", reiteró Raffensperger. "Desde el principio desacreditamos cada una de esas teorías que han estado ahí afuera, pero que el presidente Trump continúa creyendo", agregó al tiempo que deslizó que el mandatario podría enfrentar una investigación del fiscal de distrito del condado de Fulton.

En la polémica llamada que hizo pública el Washington Post este domingo, el presidente presionó al alto cargo para que "buscara" los votos suficientes para dar vuelta el resultado electoral. "La gente de Georgia está enfadada, la gente del país está enfadada. Y no hay nada malo en decirlo, ¿sabes? Creo que te han fallado los cálculos", se le oye decir a Trump en una de esas grabaciones.

Dos congresistas demócratas salieron al cruce del mandatario saliente y le pidieron al director del FBI, Christopher Wray, que analice la conversación telefónica. "Creemos que Donald Trump se involucró en una conspiración para cometer varios delitos electorales. Le pedimos que abra una investigación criminal inmediata sobre el presidente", expresaron Ted Lieu y Kathleen Rice en un comunicado.

Como un "abuso de poder descarado" valoró el episodio la vicepresidenta electa, Kamala Harris, mientras que entre los republicanos Trump todavía disfruta de un relativo apoyo. Kevin McCarthy, líder del partido en el Senado, le dijo a Fox News: "El presidente siempre ha estado preocupado por la integridad de la elección, y el presidente cree que hay cosas que sucedieron en Georgia por las que quiere que se rinda cuentas".

Georgia on my mind

Georgia, estado tradicionalmente conservador, se convirtió en un territorio clave para los resultados de las elecciones del pasado tres de noviembre. Trump lo perdió por menos de 13 mil votos, siendo la primera vez que los electores del estado se inclinaron por un candidato demócrata en casi 30 años. Según las reglas de ese estado, para que un candidato a senador sea declarado ganador necesita el 50 por ciento de los votos, pero ninguno los consiguió. Por eso, los dos aspirantes de cada partido que obtuvieron más votos pasaron a una segunda vuelta que se celebra este martes.

El resultado acapara la atención porque determinará si Biden, cuyo partido vio mermar su dominio de la Cámara de Representantes en los comicios, contará con una mayoría también en el Senado que le permita llevar adelante su agenda de gobierno, incluyendo la ratificación de sus nominados a cubrir puestos de gabinete. Hace 20 años que Georgia no elige a un demócrata para el Senado. De conseguirlo, el Senado quedaría con 50 escaños para cada fuerza, por lo que la vicepresidenta Harris tendría el voto decisivo.

Para apoyar a los candidatos republicanos David Perdue y Kelly Loeffler, el mandatario saliente organizó este lunes una de sus últimas apariciones públicas antes de abandonar la Casa Blanca el 20 de enero. Con ese fin se dirigió a Dalton, una ciudad rural y conservadora del noroeste de Georgia. 

Por su parte Joe Biden llevó su campaña a Atlanta, la capital estatal. Desde allí defendió a los candidatos demócratas al decir que aprobarán la legislación para ofrecer cheques de estímulo de dos mil dólares para todos los estadounidenses que están atravesando la crisis del coronavirus. "Son talentosos, tienen principios, están calificados, son decentes, son honorables, quieren decir lo que dicen", dijo Biden sobre los candidatos Jon Ossoff y Raphael Warnock.

Los sondeos muestran a los candidatos muy parejos. Los republicanos parten como favoritos, pero los demócratas se apoyan en la histórica victoria de Biden en noviembre pasado. Casi tres millones de votantes votaron de forma anticipada, lo que constituye una cifra récord. El voto anticipado suele beneficiar a los demócratas ya que es una opción más elegida entre las minorías y su base electoral, mientras que los republicanos prefieren votar en persona el día de las elecciones debido, entre otros motivos, a las infundadas campañas de Trump contra el voto por correo.