Fue una de las primeras mujeres en estudiar arte en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid (al mismo tiempo que Federico García Lorca y Luis Buñuel, entre otros); el bordado y la costura, por legado de una de sus abuelas, la motivaron a pintar; admiraba a Pablo Picasso y era una geómetra innata; republicana, debió huir de Barcelona hacia París en 1937; años después, con los nazis pisándoles los talones, ella y su pareja de entonces, el poeta francés Benjamin Péret, se instalaron en México.
En Barcelona había quedado su primera pareja, el pintor Gerardo Lizarraga, que la había ayudado a escapar de la atmósfera conservadora en la que había crecido. Siempre le interesaron las ciencias ocultas (en las que incluía el psicoanálisis, además de la alquimia, la brujería, la magia y el tarot); sus obras inspiraron a escritores y artistas tan disímiles como su amiga Leonora Carrington, el pintor Marc Chagall, la escritora Zoé Valdés (que le dedicó una novela: La cazadora de astros), y las cantantes Thalía y Madonna. Si hubiera residido en España por más tiempo, su obra acaso hubiera eclipsado la de Salvador Dalí. Pero tuvo el destino de una surrealista latinoamericana, en México, donde murió muy joven, antes de cumplir los 55 años.
Remedios Varo (1908-1963), tocada por el “rayo de la creación” sobre el que versaron Gurdjief y Ouspensky (dos de sus influencias), está de visita en la Argentina, más precisamente en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), hasta el 15 de febrero. Biógrafa de sí misma (en clave de fantasía poética) y animadora de enigmas visuales, Varo rehúye las categorizaciones y las ideologías. En su obra conviven tradiciones pictóricas medievales con el surrealismo parisino, fantasías maquínicas con exploraciones de una naturalista alucinada (durante una breve estadía en Venezuela, se dedicó a estudiar y dibujar insectos, que luego reaparecerían en sus grandes óleos). Hija de un ingeniero español y de una argentina de ascendencia vasca, Varo fusionó corrientes estéticas en un marco de imaginación y espiritualidad alejada de la religión católica.
"Remedios Varo. Constelaciones", exposición al cuidado de Victoria Giraudo, jefa de Curaduría del Malba, y Carlos Molina, curador en jefe del Museo de Arte Moderno de México, desanda el recorrido artístico de una mujer que escapó en su juventud de una Europa amenazada por los totalitarismos hasta el período de esplendor en México, que tan poco pudo disfrutar. A Diego Rivera, tal vez la personalidad más influyente del arte mexicano en su momento, le llevó varios años reconocer el talento de Varo, pero una vez que lo hizo (en 1955) fue determinante. Octavio Paz definió su pintura como especulativa y espejeante, “no el mundo al revés, el revés del mundo”.
En el Malba se reúnen 35 pinturas de la artista, además de once dibujos, sesenta bocetos y un conjunto de manuscritos (Varo escribía cuentos y cartas), fotografías, talismanes y catálogos. Los dibujos y pinturas de Varo casi siempre tienen como protagonista a una aislada figura femenina, vestida como una mannequin del trasmundo y rodeada de animales. Puede ser una mujer lechuza que da origen a especies de pájaros, un flautista andrógino que con el poder de la música rehace ruinas, una dama que se mimetiza con el tapizado de los muebles, la niña que atiende una charla sentada en el regazo de una jirafa, una psicoanalizada que deja caer máscaras (mientras resguarda otras) a la salida de su terapia o la mujer que alimenta a una enjaulada luna menguante con “papilla estelar”.
Otras son, como ella, viajeras: se desplazan en carricoches, naves astrales, paraguas invertidos que operan como embarcaciones que atraviesan dorados ríos de lava (como en la magistral pintura "La huida", de 1961) o las aguas del Orinoco. Su último trabajo, de 1963, lleva un título profético (como no podía ser de otro modo en su caso), "Naturaleza muerta resucitando", que funciona como descripción de su fulgurante obra.
Remedios Varo. Constelaciones
Malba (Av. Pres. Figueroa Alcorta 3415) La reserva y compra de entradas se debe hacer en la página web del museo (www.malba.org.ar), donde hay más información sobre la muestra.