La legisladora bonaerense Carolina Píparo declarará esta tarde, como testigo, ante la fiscal María Eugenia Di Lorenzo. La convocatoria es polémica porque si bien ella no manejaba el vehículo que atropelló una moto en la que circulaban dos jóvenes, parece evidente que tuvo cierta participación, no fue una simple testigo. Buena parte del aparato judicial-municipal que interviene en el caso parece muy cercano al macrismo y su actuación resultó más que dudosa, empezando por el hecho de que no se le hicieron las pruebas de alcoholemia ni a Píparo, ni a su marido, Juan Ignacio Buzalli, y luego se editaron los videos sin los tres momentos claves del hecho: el robo, el atropellamiento y el posterior arrastre de la moto.
En la noche del martes, la jueza Marcela Garmendia rechazó la recusación presentada por el abogado Martín de Vargas, representante de uno de los atropellados, Luis Lavalle. El letrado argumentó que el hijo de Garmendia tiene un cargo en la Municipalidad de La Plata, gobernada por Cambiemos, justamente donde también está el secretario de Seguridad, Darío Ganduglia, que no hizo la alcoholemia y apareció sorpresivamente defendiendo a Píparo en el lugar de los hechos. Respecto de la fiscal Di Lorenzo, es cercana al procurador Julio Conte Grand, otro funcionario judicial alineado con el macrismo.
La convocatoria de Píparo como testigo llama la atención:
*Para la fiscal está claro que fue víctima de un robo y quiere conocer los detalles. Según trascendió, hay una cámara privada del lugar donde ocurrió el ataque, pero dicen que las imágenes son muy malas y casi no se ve nada.
*Hay una duda relevante. En la cuadra donde se produjo el robo, ningún testigo vio ni escuchó nada. Es cierto que era el 1 de enero a las 2 de la mañana. Pero existe la hipótesis de que Píparo mintió sobre las características de lo ocurrido. Tal vez no fueron seis motochorros, armados, como relató la legisladora, sino un arrebato de los habituales que se viven en CABA y Gran Buenos Aires. La diputada habría agrandado los hechos después para justificar lo ocurrido y, de paso, volver a alinearse con los reclamos del macrismo en materia de inseguridad. De hecho se despachó contra Axel Kicillof y Sergio Berni, es decir, rápidamente politizó el caso.
*En la secuencia posterior al robo está el atropellamiento de los motociclistas. Es cierto que manejaba su marido, pero ¿Píparo fue sólo testigo como tácitamente concede la fiscal?
*Tampoco hubo asistencia a los atropellados y seguramente en eso no se puede alegar que la diputada fue sólo testigo. Más aún, ostenta el cargo de Secretaria de Asistencia a la Víctima de la Municipalidad de La Plata y no hizo nada. Alegó que tuvieron miedo porque pensaban que eran los delincuentes, conclusión a la que llegaron porque -según ellos- tenían ropa similar.
*La moto fue arrastrada a lo largo de varias cuadras, algo que Píparo debió evitar.
En las últimas 48 horas se percibió la estrategia de desvincular a la legisladora de su marido. El abogado Fernando Burlando insistió varias veces con ese punto. Tal vez en la mira esté la idea de que Píparo apuntaba a ser la cabeza de la lista de diputados de Juntos por el Cambio en la Provincia de Buenos Aires y están tratando de instalar que ella fue como una especie de observadora pasiva, que no tuvo ninguna responsabilidad.
Este miércoles van a volver a declarar los policías de la Comisaría 1ª que atendieron a Buzalli y a Píparo y que ya dijeron ante la Departamental de Investigaciones que la diputada y su marido fueron varias veces al baño de la comisaría a vomitar y que tenían un fuerte olor a alcohol. En eso coinciden con lo señalado por la testigo, Sara, que también manifestó que se percibía un fuerte olor etílico. Un indicio adicional es que Buzalli y su esposa chocaron otros tres autos en su carrera enloquecida y hasta condujeron el vehículo, a gran velocidad y de contramano, frente a la comisaría 4ª. Ellos alegan que perseguían a los motochorros, tal vez guiados por el programa de recuperación del celular.
Transcurridos cinco días, la fiscal Di Lorenzo aún no imputó a nadie por ningún delito. Es cierto que no tiene definidas las lesiones, si son leves o graves, pero a esta altura podría haber formulado una imputación por lesiones y también podría haber acusado a los funcionarios que no hicieron el test de alcoholemia, al menos por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público. Todo suena demasiado a protección de Píparo y su entorno.