El ministro de Economía, Martín Guzmán, consideró que es necesario recortar el poder los grandes acreedores de deuda soberana globales. "Es necesario instituir un marco internacional que reduzca los desequilibrios de poder económico que tan a menudo empeoran la situación de los países endeudados", afirmó Guzmán.
El titular del Palacio de Hacienda sostuvo que "cuando la economía política de un país tiene problemas sin resolver, ni siquiera una mejora de los marcos permitirá superarlos". Lo planteó en su última columna de opinión en el portal Project Syndicate.
Mencionó que “los acreedores privados conservan mucho poder y pueden generar una intensa presión de lobby para promover sus intereses, con gran capacidad para debilitar los esfuerzos y la legitimidad no sólo de las autoridades del gobierno en cuestión sino también de los funcionarios del Fondo Monetario Internacional".
Guzmán apuntó que "en Argentina, la pandemia llegó en un momento en que el país no tenía acceso al crédito". "En este contexto, iniciamos y concluimos una reestructuración de deuda soberana en la que por primera vez se probaron las cláusulas de acción colectiva (CAC) que se adoptaron como nuevo estándar para los mercados en 2014", destacó el ministro.
El titular del Palacio de Hacienda señaló que "tras unos pocos meses de intensas negociaciones, Argentina y sus acreedores llegaron a una solución. Puntualizó además que los acuerdos permitirán a la Argentina un ahorro de más de 37 mil millones de dólares en pagos de la deuda en el transcurso de la próxima década, con la reducción del tipo de interés promedio en dólares desde alrededor del 7 a casi 3 por ciento.
En tanto, destacó que "al activarse las cláusulas de acción colectiva, la proporción de deuda reestructurada se amplió desde una alta tasa de aceptación del 93,5 hasta 99 por ciento, y 100 por ciento para el stock de bonos emitidos conforme a las CAC después de 2014".
Guzmán sostuvo que "de este proceso surgen varias enseñanzas para futuras reestructuraciones de deuda soberana", y remarcó que "en primer lugar, el papel (positivo o negativo) del FMI es fundamental".
Sobre este punto afirmó que "hay un amplio consenso entre los analistas en el sentido de que muchas veces en las últimas cuatro décadas, el Fondo demoró y dificultó reestructuraciones de deuda". Aunque argumentó que "esta vez, sus contribuciones ayudaron a que nuestra deuda volviera a ser sostenible".
El ministro de Economía evaluó además que "tener CAC mejoradas ayuda, pero no es suficiente", advirtiendo que "las diferencias de opinión entre acreedores y deudores todavía pueden generar procesos de resolución prolongados con consecuencias económicas y sociales peligrosas".
Por eso consideró que "es necesario complementar las nuevas CAC con una mejora de la arquitectura internacional de reestructuración de deudas soberanas, tarea que el G20 asumió en el contexto de la pandemia".