Productores y empresarios cinematográficos se expresaron a favor del renunciado titular del Incaa, Alejandro Cacetta, cuya salida de ese cargo abrió una grieta entre los macristas. El ministro de Cultura, Pablo Avelluto, ratificó que decidió apartar a Cacetta por “manejos pocos claros” en las finanzas del organismo sobre los cuales, añadió, tiene pruebas. “Hay expedientes, hay números, los tuve en mis manos, no me lo contaron”, aseveró el funcionario. Respondió así a las acusaciones del director de cine y simpatizante del oficialismo Juan Campanella, quien había dicho que la decisión de echar a Cacetta fue parte de una “torpe opereta”. Representantes de la industria audiovisual realizaron ayer a la tarde una asamblea pública en el cine Gaumont en defensa del Incaa y de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc).
El apartamiento de Cacetta de la conducción del Instituto Nacional de Cine provovó ruido dentro del macrismo. Esta mañana, Avelluto salió a ratificar su decisión de removerlo “por sospechas de corrupción”. Según dijo, las "irregularidades" no están relacionadas con el fomento a la industria cinematográfica sino "con gastos en hoteles, reformas en la Escuela de Cine, compras de mobiliario por montos que no se sostienen con la realidad del mercado", entre otros puntos.
La primera voz disonante que surgió de entre quienes apoyan al Gobierno fue la del director Campanella, quien a través de su cuenta de Twitter apuntó contra Avelluto, aunque sin mencionarlo: “No hay una persona en la industria del cine, ni una, que tenga dudas sobre la honestidad de Alejandro Cacetta. Horrible y torpe opereta.”
La respuesta del ministro no se hizo esperar. “No actuamos en función de operetas” sino “porque hay cosas que no son claras”. “Si se compra un sillón por 300 mil pesos, ningún vecino tiene en su casa un sillón que vale ese dinero", ejemplificó. Dijo haber presentado pruebas de ello ante la Oficina Anticorrupción (OA), tal como lo consignó Página/12 en su edición de hoy.
La titular de la OA, Laura Alonso, salió en defensa de Avelluto. En diálogo con Radio Nacional dijo que el ministro “ya venía haciendo algunas consultas” y aseguró que van a “analizar” la documentación para luego “recomendar o no una denuncia penal” contra Cacetta, o bien “algún tipo de rediseño administrativo” en el organismo para el fomento de la producción audiovisual. Luego en su cuenta de Twitter expresó: “Estamos deseosos de trabajar en un plan de transparencia para el Incaa.”
También en respuesta a Campanella, Avelluto señaló durante una entrevista con radio Continental que el apartamiento de Cacetta no tuvo que ver con que “no sea una persona honesta o sea una persona corrupta", lo que ocurre es que "eso no alcanza para gestionar".
"Si hubo transparencia, fue en esta gestion; las explicaciones están todas, esto no tiene que ver con las explicaciones que se den", reaccionó Cacetta ante las acusaciones de Avelluto y contraatacó: "Tal vez yo no acepté algún manejo espurio que me proponían y pagué las consecuencias."
El director de El secreto de sus ojos sumó a su voz de queja a los empresarios y se hizo eco de un comunicado de la Cámara Argentina de la Industria Cinematográfica (CAIC), que cuestionó a Avelluto. En el texto recordaron que Cacetta “llegó al cargo a partir de un consenso general de toda la industria” y sostuvieron que su pedido de renuncia “supone un cambio en el concepto de institucionalidad y transparencia” en el Ministerio de Cultura.
Además, rechazaron “las imputaciones de supuestas irregularidades o hechos de corrupción” contra el ex funcionario y sostuvieron que las denuncias en su contra fueron hechas “con absoluta liviandad y falta de rigor”. “ La toma de decisiones sin consenso ni diálogo no hacen más que replicar las prácticas que necesitamos abolir de una vez y para siempre”, concluyeron los empresarios.
El apartamiento de Cacetta “por sospechas de corrupción” fue anunciado por la cartera de Cultura luego de que se difundiera por TV un confuso informe que daba cuenta de supuestas irregularidades en el Incaa y en la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc). Sobre este organismo se denunció un gasto de 8 millones de dólares que no habrían sido justificados y presuntas compras irregulares, como la adquisición de “dos sillas por 233 mil pesos a una empresa que no vende muebles”, entre otras cuestiones.
El ex funcionario dijo a este diario que él no tuvo nada que ver con esas denuncias y negó la vinculación de ese informe con su expulsión. Si hubiese sido por ello, adujo, “pensaría que estamos en un lugar complicado”.
En la asamblea que representantes de la industria audiovisual realizada en el cine Gaumont hubo un pronunciamiento contra del vaciamiento del cine argentino y la intervención del Instituto que lo regula. También se respaldó a la Escuela Nacional de Cine.