Cuatro muertos y 52 detenidos es el saldo provisorio del asalto de ayer al Capitolio por parte de fanáticos arengados por el presidente Donald Trump. En las reyertas quedaron, además, 14 policías heridos y se supo que la mujer que falleció después de agonizar en las escalinatas internas del Congreso norteamericano fue baleada por un policía.
La imagen de la mujer que recibió con un disparo en el pecho en momentos del desmadre y ante las cámaras de televisión recorrió el mundo. Se llamaba Ashli Babbitt, vivía en San Diego, al sur de California, y era una exmilitar a la que su marido la describió como una "gran seguidora del presidente Trump".
Durante su carrera militar realizó cuatro despliegues con la Fuerza Aérea de Estados Unidos y en su cuenta de Twitter, Babbitt se presentaba como "excombatiente" y "libertaria". El martes pasado, Babbitt respondió a alguien: "Nada nos detendrá (...) Ellos pueden intentar, intentar e intentar pero la tormenta está aquí y está descendiendo sobre (Washington) DC en menos de 24 horas".
Su marido no viajó a Washington para participar en la protesta, mientras que su suegra, que también fue entrevistada por la TV, reconoció: "Realmente no sé por qué decidió" irrumpir en el Capitolio.
Durante una conferencia de prensa, el jefe de ese cuerpo, Robert Contee, declaró: "Agentes uniformados de la policía del Capitolio los enfrentaron, y en un momento, uno de ellos hizo uso de su arma de servicio" y la alcanzó con un disparo. El momento en que Babbitt fue baleada fue registrada en un video filmado por uno de los fanáticos que la acompañaba.
Además de ella, otra mujer y dos hombres murieron en los alrededores del Capitolio "por emergencias médicas". Contee no precisó si se trataba de manifestantes.
Detenciones, armas y bombas
En tanto, las autoridades precisaron que 52 fueron los detenidos, 26 de ellos adentro del Capitolio y el resto en distintos puntos de Washington durante violaciones del toque de queda que impuso la Alcaldía de la capital estadounidense, a partir de las 18, hora local.
La alcaldesa Muriel Bowser extendió durante quince días más el estado de emergencia pública, hasta después de la investidura del presidente electo, Joe Biden, prevista para el 20 de enero.
Por su parte, Contee aseguró que las autoridades encontraron y desactivaron dos bombas caseras en las inmediaciones de las sedes de los comités nacionales (secretariados) de los partidos Demócrata y Republicano.
También hallaron un vehículo en el terreno del Capitolio donde había un rifle y hasta diez cócteles molotov, informó la cadena CNN.
El asalto al Congreso se produjo cuando ambas cámaras celebraban una sesión para corroborar la victoria electoral de Biden en las elecciones de noviembre pasado, un hecho que finalmente ocurrió en las últimas horas.
El saliente Trump había instado a sus aliados a interferir en ese proceso y a su vicepresidente, Mike Pence, a arrogarse un poder que no le otorga la Constitución. Entonces arengó a sus simpatizantes a que siguieran luchando durante un mitin por la mañana en Washington.
Primero, los fanáticos se dirigieron luego al Capitolio y entraron por la fuerza en el edificio, hasta que las autoridades consiguieron desalojarlos más de tres horas después, en las que vandalizaron el lugar.