En las declaraciones que hizo Carolina Píparo ante la fiscal María Eugenia Di Lorenzo, durante más de cuatro horas este miércoles por la noche, no solo entró en contradicción con las declaraciones policiales, e imprecisiones respecto al recorrido que efectivamente realizó, sino que además fue una declaración que no contó con la presencia de los abogados de las víctimas. La propia fiscal Di Lorenzo rechazó su participación pese a que el abogado Martín De Vargas lo había solicitado, justificada en que se trataba de declaraciones sobre el robo, en el que los motociclistas atropellados no eran parte.
Pero buena parte de la declaración transcurre con preguntas y respuestas sobre el atropellamiento. Incluso, en esa parte se llega a una discriminación grosera cuando el propio abogado de Píparo, Fernando Burlando, le hace preguntas a su representada sobre la causa del atropellamiento, pese a que la fiscal le había negado la presencia a las víctimas.
Di Lorenzo dividió el caso Carolina Píparo en dos investigaciones separadas: la 21/21, que es la causa en la que se investiga el robo, y la 26/21, en la que se investiga el atropellamiento. En la 21 es damnificada y en la 26 ocupa el polémico lugar de testigo, siendo que su marido es quien conducía y el único imputado.
Píparo empieza su declaración situándose como víctima ("Soy víctima de autos", es lo primero que dice) y empieza a responder sobre el robo. La declaración consta de 16 páginas y un párrafo, de los cuales, la primera está prácticamente dedicada a la presentación de identidad y demás, con lo que las declaraciones ocupan 15 páginas y un párrafo. Lo curioso es que la fiscal negó la presencia a De Vargas por no ser parte en la causa del robo, pero 9 de las 15 páginas están dedicadas al atropellamiento, y durante ese recorrido los abogados de Píparo sí estuvieron habilitados y le hicieron preguntas, con lo que resultó en una grosera discriminación en la que Píparo resulta ampliamente favorecida por la fiscal.
En la declaración que la tiene como damnificada (21/21) Píparo desarrolla la escena de la reunión familiar en su casa en Gran Bell, describe quienes participaron de la reunión, el marido (Juan Ignacio Buzali) y sus hijos, además de su suegro, su cuñada y su hijo, el hermano de Píparo y su esposa con la hija de ambos, y la madre de la diputada. Apenas comienza, en la línea 12ª, Píparo ya introduce un dato que no tiene la menor importancia en la causa del robo y sí es determinante en la del atropellamiento: "Mi esposo es una persona que por lo general toma cerveza pero esa noche como mi cuñada no consiguió un Uber para que se lleve a mi suegro, mi cuñada y su hijo, mi marido no pudo tomar nada cuando se enteró que tenía que llevarlos él".
Y la primera pregunta de la fiscal Di Lorenzo, inmediatamente, salta olímpicamente de causa y subraya el dato que en la investigación del robo no le interesa a nadie: "Preguntada por la Fiscalía si no tomó siquiera algo al momento de brindar responde : 'no porque solo le gusta la cerveza (...)' ".
El nivel de alcoholemia de Buzali es determinante en el caso, entre otras cosas porque no le tomaron la muestra hasta 33 horas después del hecho, siendo que fueron asistidos por el intendente provisorio Darío Ganduglia.
La declaración avanza y durante la descripción del robo oscila entre seis y tres ladrones, ya que primero sostiene que eran seis motos, después se corrige y dice que eran tres motos con dos ocupantes cada una, y después solo habla de tres ladrones, de los cuales recuerda a la perfección la campera de uno de ellos, curiosamente la del mismo color que llevaba uno de los atropellados: "Entre los 3 sujetos -declara Píparo- había uno con una campera de color turquesa. Ni azul, ni celeste. Era turquesa."
Llama la atención el grado de certeza de Píparo en un detalle que también forma parte de la otra causa, ya que coincide con el color de la campera que dice haber visto entre los motociclistas que terminaron siendo sus víctimas y que la llevó a perseguirlos, claro está, sin ninguna atribución para hacerlo.
También suena a preparación del estado emocional y la "pesadilla" que la invadió -como declaró Píparo en su primer comunicado- cuando ella describe los objetos que llevaba en su cartera robada: "Además tenía una carta donde escribí una frase a Isidro". Isidro es el nombre que le pensaba poner a su hijo, que perdió al ser baleada en el asalto en 2010. La fiscal una vez más pregunta algo que es innecesario en la investigación por el robo, pero que sirve para situarla a Píparo en una condición de estrés que la bloqueó durante el atropellamiento. Di Lorenzo le pide que diga qué decía la frase y Píparo responde: "decía 'Isidro te amo, 12/09/2010' ".
Ya en la página 7, Píparo empieza a dar detalles sobre la persecución y el atropellamiento. Sostiene que se dirigían a la comisaría 1ª en 53 y 10, que iban en camino y que bajando por la 15 y en cruce con la 47 se topan con motociclistas y ella ve una campera turquesa y le dice al marido "son los que nos afanaron". Y comienza una persecución, "seguimiento tranquilo", "rápido pero frenando en las esquinas" aclara ante una pregunta de la fiscal.
Sostiene además que en algún momento los pierden de vista y después se les aparecen de golpe, aunque se encontraban a las espaldas del grupo de motociclistas, según ella misma aclaró. Y la curiosa perspectiva de que las motos redujeron la velocidad en lugar de que Buzali aceleró, acompañada de una "sensación de encierro" por parte de quienes ni siquiera sabían de la existencia del auto: "(...) fue una sensación de encierro, apenas doblamos. Veníamos a una velocidad que cuando doblamos sentimos como las motos encima, como si hubiesen frenado." Píparo sostiene que asustados ella y Buzali, quisieron escapar y lo hicieron por el costado, "me doy cuenta obviamente que chocamos porque sentí un golpe y le empecé a decir a mi marido que corra, que corra (...)". Al ruido del arrastre de la moto a lo largo de 330 metros, ella asegura que creyó que "se había caído el motor" y que en algún momento se iba a parar el auto. Píparo aseguró que el ruido lo sintió durante "unos segundos", lo que se contradice con las más de tres cuadras que recorrieron con la moto sacando chispas debajo del auto.
Después refirió que fueron perseguidos por los motociclistas que, claro, reclamaban que se detuviera. Al fin lo hicieron en la plaza en la que se encuentran con Ganduglia, intendente provisorio. Luego, en la comisaría 1ª niega la declaración de los policías que testimoniaron que repetidas veces tanto ella como el marido fueron al baño descompuestos y que vomitaron. También contradijo la declaración policial que aseguraba que nunca habían denunciado un atropellamiento.
Durante la declaración sobre temas referidos claramente sobre el atropellamiento, el propio abogado de Píparo realizó preguntas convenientes a su defendida. El que no llegó a preguntar durante toda la noche fue el abogado Martín De Vargas, representante de una de las víctimas, el motociclista atropellado Luis Lavalle. La fiscal nunca lo habilitó a estar presente.