Con críticas a Donald Trump, los líderes de las potencias internacionales salieron a rechazar el asalto al Capitolio de Estados Unidos, fogoneado ayer por el presidente saliente. “Ha generado una atmósfera que hace posible incidentes violentos”, apuntó la canciller alemana Ángela Merkel. Los mandatarios, además, le pidieron al empresario republicano que reconozca a Joe Biden como próximo titular de la Casa Blanca.

En el mismo tono que la canciller ese expresaron el presidente francés Emmanuel Macron, el premier inglés Boris Johnson, el italiano Giuseppe Conte y el de los Países Bajos, Mark Rutte. También el presidente español Pedro Sánchez y el canadiense Justin Trudeau. Lo mismo hicieron voceros del gobierno ruso.

Moscú dejó claro que lo que sucedió en Washington “es un asunto interno de Estados Unidos” pero dirigió las responsabilidades al mecanismo para elegir presidentes en ese país, algo que ya había hecho Vladimir Putin. “Llamamos de nuevo la atención de que el sistema electoral en EEUU es arcaico", dijo ayer María Zajárova, portavoz de Exteriores del Kremlin.

Según Zajárova, ese sistema "no responde a los estándares democráticos modernos" y deja espacio para "innumerables violaciones". Lamentó que los medios de comunicación estadounidenses "se hayan convertido en instrumentos para la lucha política" y deseó “al amigo pueblo americano que supere con dignidad este dramático momento de su historia".

De todos los europeos, Ángela Merkel fue la más enfática. Calificó de “trágico” lo ocurrido en Washington y fue explícita en señalar a un responsable: "El presidente Trump lamentablemente no ha reconocido su derrota desde noviembre y eso ha generado una atmósfera que hace posible incidentes violentos”, dijo.

No obstante reconoció sentirse "muy aliviada" por la confirmación ante el Congreso del triunfo de Joe Biden y de esa manera ratificó su apoyo al próximo presidente demócrata.

Macron también apuntó contra Trump. A través de un video afirmó que "cuando en una de las democracias más antiguas del mundo, los partidarios de un presidente saliente cuestionan, por la fuerza de las armas, los resultados legítimos de una elección, es una idea universal, la de un hombre, un voto, la que se está echando por tierra".

Giuseppe Conte criticó con un poco más de distancia. Dejó claro que Italia cree “en la fuerza y solidez de las instituciones de Estados Unidos” pero subrayó que "la violencia es incompatible con el ejercicio de los derechos y las libertades democráticas".

En cambio, Londres evitó hacerle críticas a su aliado histórico. Boris Johnson dijo que “Estados Unidos defiende la democracia en todo el mundo” y consideró que por ello “es vital que haya una transferencia de poder pacífica y ordenada".

El mensaje del español Pedro Sánchez fue una toma de distancia de Trump. Expresó su "preocupación" por lo ocurrido en el Capitolio pero confió en que "la nueva presidencia de Joe Biden superará la etapa de crispación, uniendo al pueblo estadounidense".

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, fue más formal. "Creo en la fuerza de las instituciones estadounidenses y la democracia. Una transición pacífica es fundamental", dijo.

Finalmente, el premier de los Países Bajos, Mark Rutte, tildó de "horribles" ocurridos en el Congreso estadounidense y le pidió a Trump a "reconocer a Joe Biden como el futuro presidente".

Del lado americano, a las expresiones que ayer vertieron varios mandatarios latinoamericanos, se sumó la del norteamericano Justin Trudeau. Dijo que “los canadienses están profundamente preocupados y tristes por el ataque a la democracia en Estados Unidos, nuestro aliado y vecino más cercano".

El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, sumó también un párrafo: condenó "el atentado contra las instituciones” de ese país, pidió "recuperar la necesaria racionalidad y a cerrar el proceso electoral conforme a la Constitución", pero no se refirió a las responsabilidades de Trump en esos hechos.