Los ansiados y analizados estrenos de las semifinales de la Copa Libertadores pasaron, y dejaron sus conclusiones para los fanáticos de River y de Boca. En el caso del conjunto de la Ribera, no llegó a pasar ni la hoja del calendario para que a lo futbolístico se le sumara un ingrediente más: el reclamo dirigencial basado en los videos y la tecnología del VAR. El que alzó la voz fue el Santos: tras el 0-0, el club brasileño hizo pública su queja puntual por el cruce del defensor xeneize Carlos Izquierdoz al futbolista Marinho, dentro del área, y aseguró que envió un oficio a la Conmebol para reclamar por la actuación del equipo, a cargo del sistema de asistencia técnica.
Al club paulista poco pareció importarle la interpretación que la Conmebol publicó ayer como revisión del VAR, y análisis de las situaciones en las que se utilizó la herramienta. Si el revisionismo futbolero sobre las labores arbitrales siempre existió, el VAR pareció darle soporte técnico y de video al continuado de los partidos. Algo así como que, ahora más que siempre, lo que pasa sobre el verde césped no queda sólo sobre el césped.
Una hora antes de que terminara la jornada de fútbol en la Bombonera, desde la cuenta oficial del Santos el club hizo pública su posición, dejando en claro que se mostró extrañado "por la no verificación del VAR en la jugada en la que fue derribado Marinho dentro del área en el segundo tiempo". El conjunto paulista se queja puntualmente de una jugada en la segunda parte, cuando Izquierdoz cruzó en el área al delantero Marinho, pero el árbitro del encuentro, el chileno Roberto Tobar, no sancionó la falta ni fue a chequear la maniobra ante las cámaras del video arbitraje.
“Fui tocado dentro del área. No sé por qué el árbitro no consultó el video. Podríamos haber vencido pero jugar contra Boca es muy difícil”, se quejó Marinho, uno de las figuras del elenco que orienta el DT Cuca, sobre la polémica del encuentro.