"Fito tiene sida, toma anfetaminas/ Y no hace otra cosa que caerse borracho por ahí, por ahí/ Todas mis vecinas me hablan de lo mismo/ Y yo les digo hazte fama y échate a dormir". Hazte Fama ‑ Tercer Mundo
Éste debe ser el texto número treinta y uno que intentó escribir acerca de Fito Páez. Cuando salía de los recitales, me encerraba en mi cuarto y escribía por horas, tratando de transferir toda la energía acumulada por la música, al papel. Cuando terminaba, acercaba las hojas a mi nariz, y olía mierda. También sentía mierda entre mis dedos. Lo releía y me daba cuenta que era una mierda.
No estoy exagerando, escribí muchos textos que me terminaron frustrando. Hasta intenté con un poema, usando letras o nombres de sus canciones. Me acuerdo que empezaba así:
Yo te conozco de antes, desde mi más tierna edad.
Vos pusiste las canciones en mi walkman.
No recuerdo mucho más, porque el poema era malo, y lo terminé tirando.
Este domingo, 12 de marzo, me tengo fe. Puede que sea el hecho que no fui a ningún recital y que hace tiempo que no escucho un disco de Fito. En los textos anteriores, intentaba responderle a todos aquellos que decían que Fito estaba acabado. Que su época de gloria había terminado. Que desde Circo Beat, no lograba algo como la gente. Los odiaba, pero muy por dentro mío sabía, que tenían algo de razón. Que desde Confía a esta parte, su música había perdido el swing y sus letras no escondían ningún mensaje.
Antes dije que me tengo fe, y la razón es que encontré algo que decir. La respuesta no me la dio Fito. Fue un ex jugador de Central, que estuvo convocado para el seleccionado Juvenil, y que ahora trabaja recolectando basura. Leí el reportaje en el diario, y cuando la periodista le preguntaba si se lamentaban algo del pasado, el exjugador respondía "De nada, todo estuvo bien. La pasé espectacular".
Esa respuesta, que a simple vista parece tonta, encierra un mensaje milenario. Todo se acaba, nada perdura. Como decía Bukowski: "Una noche te puedes acostar siendo un escritor, y levantarte a la mañana siguiente siendo un carnicero. Eso no importa demasiado, porque al fin de cuentas, nada es para siempre. Todo dura lo mismo que un pedo. Esa es la gran verdad, todo es un pedo. Hay diferentes clases de pedos: los que se hacen notar, los olorosos, hay incluso algunos que pueden provocar una evacuación. Pero, no se confundan, todo es gas".
Hoy los críticos se relamen. Hoy Fito está en la boca de todos. Y está bien que sea así, porque él estuvo en la cima, y los que hablan, solo se fijan en eso. No saben que la cresta es la parte más superficial de la ola. No lo saben, porque nunca estuvieron ahí. Lo único importante, es que tan bien atraviesas el fuego.
Podría haberme dado cuenta de esto antes. Facundo Cabral cuenta que un señor se acercó y le dijo: "si Dios fuese justo, usted debería tener más fama que Julio Iglesias. Facundo le contestó: Julio tiene más éxito, solo porque necesita más dinero que yo para vivir".
Antes, cuando escribía mi texto sobre Fito, soñaba con publicarlo y que de alguna manera mágica, llegará a los ojos de Rodolfo. Hoy ya no me preocupa más. Lo más probable, es que nunca salga de este cuaderno. Y eso está bien, como dijo el sabio recolector.
Al fin y al cabo, todo es un pedo.