Una semana después de haber atropellado en forma intencional a dos motociclistas para luego darse a la fuga, fue detenido Juan Ignacio Buzali, el marido de la diputada bonaerense Carolina Píparo, de Juntos por el Cambio. Está imputado por el delito de “doble homicidio en grado de tentativa”. En fuentes cercanas a la investigación, se considera que la detención de Bufali y la declaración como testigo de Píparo, en la misma causa, concuerdan con la estrategia del abogado de la pareja, Fernando Burlando, para dejar fuera de la imputación a la legisladora.
La detención de Buzali, de 47 años, por parte de la Policía Bonaerense, se produjo en el barrio privado Grand Bell, de la localidad de City Bell, donde vive con su esposa, quien lo acompañaba en el Fiat 500L con el que atropellaron y arrastraron cuatro cuadras la moto en la que iban Luis Lavalle, de 23 años, y un adolescente de 17 llamado Iván. Los defensores de ambos consideran que Píparo también debe ser imputada --aunque no estaba al volante--, cuando menos por el “abandono de persona” de los dos jóvenes que quedaron tirados en la calle, con lesiones y heridas por las que tuvieron que ser asistidos. El matrimonio escapó sin tomar en cuenta la gravedad del hecho y las heridas que habían sufrido los dos jóvenes.
Buzali, que fue trasladado a la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de La Plata, será indagado este sábado por la fiscal de la causa, Eugenia Di Lorenzo. La imputación se basa, entre otras pruebas, en la velocidad --unos 100 kilómetros por hora-- que le imprimió al auto en la persecución de los jóvenes, a los que confundió con los que los habían robado, en la madrugada del primer día del 2021.
Las imágenes de las cámaras de seguridad, marcan el contraste con la forma en la que iban los dos chicos en su moto, paseando, porque no estaban escapando, dado que no habían cometido delito alguno.
Allegados a la pareja señalaron que Buzali es “un tipo tranquilo, de perfil bajo, eclipsado por la personalidad de su esposa”. Proviene de una familia de clase media alta, de buen pasar, estudió en escuelas privadas y de joven jugó en equipos del club La Plata Rugby.
Está casado con Píparo desde hace más de diez años. En 2010, luego del robo sufrido entonces por Píparo, que luego le provocó la pérdida del embarazo, él trabajaba en la misma empresa privada de siempre y ella en la administración pública. Luego del hecho, la firma donde trabaja Buzali les pagó durante un tiempo un departamento en Puerto Madero, hasta que se mudaron al barrio privado de City Bell.
La acusación contra el marido de Píparo se basa en registros fílmicos, y en numerosos testimonios de personas que presenciaron la forma en que atropellaron a los dos jóvenes. También se fundamenta en los peritajes realizados sobre el Fiat 500L en el que iba la pareja y en la moto en la que se movilizaban las dos víctimas, que habían ido al centro de La Plata para presenciar la tradicional quema de muñecos que se realiza, año a año, cada primero de enero.
En la causa será fundamental el resultado de los peritajes toxicológicos realizados, con demora, para determinar si el marido de Píparo conducía en estado de ebriedad o bajo los efectos del consumo de drogas. Como se dijo, un policía relató en la causa que tanto Buzali como su mujer estaban visiblemente descompuestos y vomitaron en los baños de la comisaría 1ª, a la que concurrieron para hacer la denuncia del robo que habían sufrido.
En esa causa, que tramita por separado del hecho que se le imputa a Buzali, se hicieron allanamientos en la búsqueda de seis presuntos sospechosos, pero sólo se produjo la identificación precisa de un adolescente de 14 años.
Voceros judiciales señalaron que los resultados de los estudios toxicológicos se conocerán en el curso de esta semana. Lo que se busca establecer es si hay rastros de alcohol en las muestras de sangre y, además, se hará una espectrofotometría gaseosa para determinar la existencia de químicos como drogas o psicoactivos. La extracción de sangre a Buzali se hizo recién el 1º de enero a las 19, es decir por lo menos 16 horas después de lo sucedido.
Martín De Vargas, abogado de uno de los jóvenes heridos, consideró en declaraciones a Página/12 que durante ese período, el ahora imputado “pudo haber tomado abundante agua y haber realizado ejercicios físicos para eliminar los rastros del alcohol mediante la transpiración e incluso haber ingerido algún laxante”.
En este punto, vuelve a aparecer la sospecha sobre la presencia en la Plaza Moreno, minutos después del hecho, de Darío Ganduglia, quien se reunió con la pareja, en circunstancias que no fueron aclaradas hasta el momento. El diputado Guillermo Escudero, del Frente de Todos, pidió al intendente Julio Garro que informe si él envió a Ganduglia, su secretario de Seguridad, a ese lugar para ruenirse con Píparo y su esposa. Pero la duda es más grande todavía, porque no se sabe a ciencia cierta si ese día Ganduglia estaba cumpliendo esas funciones o si era el intendente interino, porque Garro había solicitado y obtenido una licencia, sin fecha establecida.
El abogado de una de las víctimas afirmó, además, que “las drogas permanecen más tiempo en el organismo que el alcohol. El proceso de eliminación de cocaína, algún ácido o psicofármaco es más lento y menos fácil de eliminar como ocurre con el alcohol”.
Este sábado se hicieron siete allanamientos para tratar de encontrar a los seis sospechosos señalados por Píparo como autores del robo que denunció y que tramita por cuerda separada. Por ahora sólo se pudo encontrar a uno de los presuntos autores del asalto, sin que quedara detenido. Los operativos estuvieron a cargo de personal de la DDI de La Plata. Se dijo que los otros cinco bajo sospecha ya están identificados y que siguen siendo buscados.
Sobre la imputación a Buzali, que él hace extensiva a Píparo, el abogado Martín de Vargas reiteró lo dicho a este diario en el sentido de que “los videos incorporados a la causa tomados en la cuadra del choque demuestran que hubo una intención dolosa y manifiesta de embestir y cazar a los dos chicos”.
Recordó también que, al principio, la legisladora provincial aseguró que “había sido perseguida y encerrada por las motos, pero en los videos videos se ve que pasa un grupo de dos motos que no estaban con el grupo de mi cliente, y luego el grupo de siete motos que eran los chicos. Luego, se ve el auto que va a altísima velocidad detrás de los chicos y acelera a fondo para impactarlos”, ratificó el abogado.
Sostuvo que si el matrimonio sentía que “estaba en peligro, podrían haber tenido otra actitud, porque fueron ellos los que se mostraron agresivos y no los chicos, que no tenían nada que ver con el robo que ella denunció”. Subrayó que “las imágenes dan por tierra con todo lo que ella declaró” en la causa y ante los medios de comunicación.