Libia es un país sumido en el caos y la anarquía desde que las potencias occidentales decidieron derrocar a Maummar Gaddafi en 2011. El país del norte de África es ahora el escenario de “mercados de esclavos”, según denunció la Organización Internacional de Migraciones (OIM). Allí se comercia con migrantes africanos que ingresan a Libia.
Othman Belbeisi, jefe de la OIM en Libia, afirmó que se venden personas según sus habilidades. Aquellos que pueden pintar o colocar azulejos se cotizan alto. Los mercados fomentan, además, la esclavitud sexual en los casos de las mujeres. También sirven como anzuelo para pedir rescate a sus familiares.
La OIM documentó, entre otros, el caso de un migrante senegalés, al que se refiere como SC para proteger su identidad. Al llegar a Agadez, unos traficantes le exigieron 320 dólares para dejarlo seguir su camino. Le dieron alojamiento y luego salieron en camión hasta Sabha, en el suroeste de Libia. En ese recorrido han muerto cientos de migrantes abandonados por los traficantes.
En Sabha, SC vio un mercado de esclavos, donde lo vendieron. Vio cómo golpeaban a los prisioneros mientras los hacían llamar a sus hogares pidiendo el pago de un rescate. A SC le exigieron 480 dólares si quería recuperar su libertad. Vuelto a vender, su segundo “propietario” exigió casi mil dólares por su liberación.
En su relato, SC contó que quienes no podían pagar eran asesinados. Él sobrevivió trabajando como intérprete de los trabajadores, mientras su familia reunía el dinero del rescate.
Al parecer, los que no podían pagar eran muertos de hambre. Cuando se generaba algún hueco, por muerte o liberación, los secuestradores volvían al mercado a comprar más migrantes.
"En los últimos días, he hablado sobre estas historias con varios que me contaron cosas horribles. Todos me confirmaron los riesgos de ser vendidos como esclavos en plazas o garajes en Sabha, bien por los conductores o por personas locales que reclutan a los migrantes para que lleven a cabo trabajos, sobre todo en la construcción, y luego en lugar de pagarles, los venden a otros compradores", dijo un enviado de la OIM a Níger.
"Lo que sabemos es que los migrantes que caen en manos de traficantes se enfrentan a una sistemática malnutrición, abusos sexuales e incluso el asesinato", aseguró Mohammed Abdiker, director de Operaciones y Emergencias de la OIM. “La situación es muy grave. Libia es un valle de lágrimas para muchos migrantes”, agregó,
A este drama se suma lo que se vive en el desierto del Sahara. "Nos hablan de la existencia de tumbas masivas en el desierto", afirman en la OIM. "Migrantes y refugiados del Cuerno de África que llegan a Libia, Egipto o Europa indican consistentemente que puede haber más muertos cruzando el Sahara que en el Mediterráneo", aseguraron.