En otoño e invierno los protectores solares quedan guardados en el placard y solo las mujeres con acceso e interés por cosméticos caros y con protección  incluida resguardan su piel de rayos que, fuera del verano, también son nocivos y pueden generar melanomas y cáncer de piel. Solo una de cada dos personas consulta a su dermatóloga/o por los lunares (hay que estar especialmente atentas cuando crecen, cambian de color o de forma y textura) y cuatro de cada diez personas no se protegen del sol fuera de las vacaciones. “Esta es una llamada de atención global. Todavía hay muchas brechas entre las personas que no solo no se monitorean los lunares por cáncer, sino que tampoco la previenen” expresó Adam Friedman, autor de un estudio con 20.000 personas de 23 países y profesor adjunto de Dermatología en la Facultad de Medicina y Ciencias en Salud en la Universidad de George Washington. 

En la Argentina la marca La Roche-Posay lleva adelante la campaña “Salva Tu Piel” con la promoción de la protección diaria (más allá de las estaciones y los climas durante todo el año); la concientización sobre el cáncer de piel y la educación de la población. La médica Mónica Maniotti Riggs aconsejó protegerse de la siguiente manera: “Usar la cantidad suficiente (1 cucharada de té por área) de protector solar.  No proteger más unas zonas del cuerpo que otras (error común). Usar protector solar tanto en invierno como en verano.No disminuir el FPS por estar bronceado. Recordar que el bronceado no es un signo de salud de la piel, sino un intento de la misma de defenderse de la agresión ultravioleta. Proteger los ojos con anteojos adecuados y los labios con protector labial. En niñxs la fotoprotección debe ser completa con protección ultra alta y evitar exponer al sol a menores de un año”.