La carne vacuna aumentó, sólo en diciembre, 19,9 por ciento, y 74 por ciento durante 2020, el doble que la inflación. Por el contrario, el consumo medio tuvo el registro más bajo de los últimos 50 años. Estos datos se dan en un contexto de repunte de la producción y fuerte aumento de las exportaciones, que cerraron el año con un récord que no se observaba desde la década del setenta, según informes privados.
A diferencia de la carne vacuna, las menores subas se dieron en el pollo, que aumentó en 2020 un 57,9 por ciento, mientras el cerdo lo hizo en 59,3 por ciento. En ambos casos, más de 15 puntos por debajo de lo que subió la carne, aunque muy por encima del 35 por ciento que se espera de inflación para todo el año. Los aumentos de la carne ocurrieron mientras los valores internacionales bajaron 4,5 por ciento durante el año, según un informe de Rosgan (mercado ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario y compañías consignatarias).
Los precios subieron pese a que la demanda cayó, y la oferta aumentó. En lo que refiere al consumo medio, la suma de las tres carnes cerró 2020 en 108 kilos por habitante, levemente por debajo de 2019, cuando se ubicó en un promedio de 108,8 kilos. El consumo de carne bovina se ubicó en 49,7 kilos per cápita, el registro más bajo desde hace 50 años, según la Fundación Mediterránea. Por el contrario, el consumo de carne aviar tuvo la cifra más alta de la historia, con 44,1 kilos per cápita.
"Desde mediados de la década de los '70 hasta el presente, nunca habíamos producido ni exportado tanta proteína animal", destacó el documento. La producción de las tres carnes habría llegado a 6,04 millones de toneladas, unos 133,6 kilos promedio por habitante, mientras que las exportaciones a 1,19 millones (26,4 kilos per cápita)", agregó. La industria cerró 2020 con una faena anual de más de 14 millones de animales, “la cifra más elevada de los últimos 11 años, tras la última gran liquidación de 2007 a 2009”, según Rosgan.