El sindicato químico y petroquímico de Zárate convocó a un paro este lunes como medida de protesta ante la situación laboral del sector en el norte de la provincia de Buenos Aires y el sur de Entre Ríos. El rubro químico sufrió el cierre de las plantas de Baradero y Munro por parte de Atanor, junto al de la firma Linde en la localidad de San Martín. Voceros sindicales explican que las empresas que trabajan para las industrias alimenticia y automotriz vienen en baja, mientras que las que venden al sector de agroquímicos y al de insumos para la construcción están en una situación despareja. Sin embargo, se observa en todos los casos que hay un viraje en la estrategia comercial en favor del negocio importador.
“El paro general del lunes en el sector químico es en defensa de las fuentes de trabajo y de la producción nacional. Va a afectar a las empresas ubicadas en la zona de Baradero, Zárate, Campana y Gualeguaychú”, explicó a este diario Néstor Carrizo, tesorero del Sindicato Químico de Zárate. El disparador de la medida sindical es el vencimiento de la conciliación obligatoria en el conflicto de la planta de Baradero de Atanor. “La conciliación obligatoria terminó esta semana e inmediatamente la empresa depositó las indemnizaciones y ratificó que la planta está cerrada, con lo cual 80 personas se quedaron sin trabajo”, indicó Carrizo. Desde Atanor dicen que la decisión “se tomó a nivel global, para hacer foco en la protección de cultivos en detrimento de los negocios azucareros”. La empresa mantiene sus plantas de Río Tercero, San Nicolás y Pilar. Otra química que cerró en la zona norte bonaerense es Quipro SA, que despidió a 4 trabajadores y no quiere pagar las indemnizaciones. Hay varios conflictos más, entre ellos el de Agrofina, que despidió trabajadores y también aplicó suspensiones, mientras que Carboclor redujo los salarios en un 35 por ciento.
“Todas las empresas dicen que están afectadas por las importaciones. En realidad los afectados son los trabajadores, porque las propias empresas admiten que están importando para sustituir producción local. En las audiencias en el Ministerio de Trabajo bonaerense Se justifican diciendo que ‘no estamos haciendo nada que esté fuera de la ley’”, agregó Carrizo.
Según los datos del Indec, en el primer bimestre el sector de sustancias y productos químicos redujo su nivel de actividad en 1,8 por ciento, con caídas en fibras sintéticas y artificiales (-16,7 por ciento), gases industriales (-4,9), materias primas plásticas y caucho sintético (-4,5), productos farmacéuticos (-3,2) y agroquímicos (-2,2 por ciento). Subió en los primeros dos meses la producción de detergentes, jabones y productos personales (1,7 por ciento) y productos químicos básicos (0,4). La utilización de la capacidad instalada se ubicó en el 68 por ciento.
Desde el Sindicato Químico de la Ciudad de Buenos Aires y Adyacencias explicaron a este diario que en la zona “hace tres o cuatro años que la situación no es buena, pero ahora se agudizaron los problemas. En 2016 hubo despidos hormiga, más que nada en las empresas chicas de poco personal. También se han abierto retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas. Pero 2017 viene todavía más complicado, con fuertes conflictos a partir del cierre de empresas. Es el caso de la planta de Atanor en Munro y de Linde en San Martín, con 60 despidos cada uno. También hubo varios cierres de químicas chicas que no tienen pedidos porque está todo muy parado”.
En la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano hay 18 mil trabajadores químicos de los cuales 11 mil están afiliados al gremio. Están distribuidos en 600 fábricas, de las cuales 450 cuentan con menos de 20 trabajadores. “Hace 4 años estaban todas las empresas trabajando a full. Incluso se discutían condiciones de trabajo que estaban bastante por encima del convenio. Ahora estamos tratando de ver cómo zafamos”, agregaron fuentes del gremio. Detallaron que las empresas químicas que trabajan para el sector automotor y para la industria gráfica están en una situación muy complicada, mientras que las firmas que producen para el sector de agroquímicos e insumos de la construcción muestran un desempeño desparejo.