La red social Twitter anunció este lunes que suspendió “de manera permanente” 70.000 cuentas asociadas al movimiento pro-Trump QAnon, con el objetivo de frenar la difusión de mensajes violentos tras el asalto al Capitolio protagonizado la semana pasada por seguidores del saliente presidente republicano.

La plataforma comenzó una purga que comenzó este viernes con la suspensión permanente de la cuenta de Donald Trump, luego de que el mandatario publicara una serie de tuits que alentaban a deslegitimar las elecciones en las que se impuso el demócrata Joe Biden, lo que podría haber significado un “riesgo de una mayor incitación a la violencia”. Facebook y otros servicios como Snapchat o Twitch también decidieron suspender en ese momento la cuenta de Trump por tiempo indeterminado.

“Desde el viernes más de 70.000 cuentas han sido suspendidas”, informó este lunes Twitter en un comunicado. A su vez, explicó que el número de cuentas bloqueadas es alto porque muchos individuos tenían más de una cuenta.

“Estas cuentas compartían contenido nocivo asociado a QAnon de manera masiva y se dedicaban principalmente a la propagación de esta teoría de la conspiración”, agregó.

El movimiento QAnon tomó visibilidad recientemente tras la difusión de las imágenes de la toma del Capitolio, donde se pudo ver a uno de los seguidores de Trump vestido con un sombrero de pieles y un cuerno

QAnon es un movimiento conspirativo de extrema derecha que sostiene que el presidente republicano está librando una guerra secreta contra una secta liberal mundial de pedófilos satánicos.

“Los planes para futuras protestas armadas están proliferando en Twitter y en otros lugares, incluyendo un segundo ataque en el Capitolio el 17 de enero de 2021”, advirtió Twitter este viernes.

Esta red social era la principal herramienta de comunicación de Donald Trump, donde interactuaba con sus 88 millones de suscriptores diarios. En los últimos días, distintos líderes europeos rechazaron la suspensión de la cuenta del mandatario estadounidense, ya que cuestionan que la decisión haya surgido de las compañías y no de un marco regulatorio legal.