Luego de que la automotriz estadounidense Ford anunciara este lunes el cierre de sus fábricas en Brasil, el presidente Jair Bolsonaro afirmó este martes que la compañía "no dijo la verdad" sobre la decisión de dejar de producir en su país y acusó a la empresa de querer recibir incentivos fiscales para quedarse.
"A Ford le faltó decir la verdad. Ellos querían seguir recibiendo subsidios de 20.000 millones de reales (4.000 millones de dólares) como hicieron los últimos años con el dinero de impuestos de ustedes, para seguir fabricando autos", exclamó Bolsonaro a seguidores en la puerta del Palacio de la Alvorada, residencia oficial.
Tras dar a conocer la noticia del cierre, la compañía internacional informó que abastecerá ese mercado con vehículos importados de Argentina, Uruguay y de terceros países, como parte de un proceso de reestructuración global.
La automotriz precisó que en Brasil "la producción cesará inmediatamente en las plantas de Camaçari y Taubaté, continuando con la producción de algunas piezas por pocos meses para dar soporte a inventarios para atender el mercado de reposición".
La empresa mantendrá en el país su Centro de Desarrollo de Producto en Bahía, su Campo de Pruebas en Tatuí, San Pablo, y sus oficinas centrales regionales en San Pablo, y continuará atendiendo a sus clientes con operaciones de ventas, repuestos, servicio y garantía en Brasil y Sudamérica.
Entre los efectos de la medida, se aseguró que en la Argentina y en el resto de la región se comercializarán hasta agotar los stocks los modelos Ka, del que se vendieron 10.217 unidades en 2020 en el país, y la Ecosport, que sumó 7.453 patentamientos el año pasado, que se importaban desde Brasil.
La salida de Brasil implicará cargos extraordinarios por US$ 4.100 millones, es decir unos US$2.500 millones atribuibles a despidos, rescisiones y acuerdos; y otros US$1.600 millones relacionados con la baja de créditos fiscales y con depreciaciones y amortizaciones aceleradas.
Protesta de los trabajadores contra Ford y Bolsonaro
Las y los trabajadores de Ford protestaron este martes contra la retirada y responsabilizaron al Gobierno del presidente Jair Bolsonaro, quien afirmó que la automotriz "desentona" con la supuesta recuperación industrial brasileña.
Las primeras protestas tuvieron lugar en Camaçari, en el interior de Bahía, donde la empresa tiene la primera fábrica de automóviles del Nordeste, abierta en 1997 con una política de incentivos fiscales que el Gobierno de Bolsonaro y su ministro de Economía, el ultraliberal Paulo Guedes, combaten.
"Los propios ejecutivos de Ford nos dijeron que era por la inestabilidad económica y la incertidumbre del Gobierno federal", resaltó el presidente del Sindicato de Metalúrgicos de Bahía, Julio Bomfim.
Bomfim señaló que la decisión de Ford es un "crimen" contra 12.000 empleos directos e indirectos y pidió que se investigue la concesión de créditos estatales y exenciones impositivas otorgados a la empresa.
El máximo mandatario brasilero se quejó porque varios medios y dirigentes acusaron al Gobierno de haber complicado el ambiente de negocios en Brasil, ya que el cierre de las tres plantas provocará el despido de 5.000 trabajadores.
"Hace tres años Ford anunció que no iba a producir más vehículos de paseo en Estados Unidos. La verdad que ellos querían nuestros subsidios como tuvieron a lo largo de muchos años, querían renovar los subsidios para hacer autos para vender", remarcó Bolsonaro, visiblemente irritado.
Por su parte, el gobernador bahiano, Rui Costa, del Partido de los Trabajadores, acusó a los gobiernos de Michel Temer (2016-2018) y de Bolsonaro de haber abandonado las políticas de incentivo a la industria.
"No hay planificación. ¿Qué hemos hecho en los últimos cinco años para aumentar la inversión en tecnología e industrialización? Nada. Estamos satisfechos en convertirnos en una gran estancia", manifestó Costa.
En el oeste del estado de Bahía está enclavada la llamada nueva frontera agrícola de Brasil, con uno de los mayores crecimientos el país, en una región conocida con el acrónimo de Mapitoba, que engloba a partes de los estados de Maranhao, Piauí, Tocantins y Bahía.
Quien también se expresó fue el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, que a modo de crítica compartió un artículo de 2009, año en que Ford anunció una importante inversión durante su mandato.