Los manteros de Flores volvieron a manifestarse este miércoles con un corte en Avellaneda y Nazca, como lo hicieron el martes, contra los operativos policiales que despliega el gobierno porteño para impedir que instalen sus puestos ambulantes. El nuevo reclamo, que arrancó cerca de las diez de la mañana, bajo la consigna "queremos trabajar", duró unas tres horas e incluyó la interrupción del paso a nivel de Nazca y Yerbal, por lo que se interrumpió el paso del Sarmiento, que debió circular con servicio reducido entre las estaciones Moreno y Liniers. El secretario general del Sindicato de Vendedores Ambulantes, Omar Guaraz, dijo que "mientras la Ciudad insista con los desalojos y la prohibición nosotros volveremos todos los días con las mantas y distintas acciones para visibilizar el reclamo, que es simplemente volver a trabajar como lo hicimos siempre".
Por segundo día consecutivo los manteros reclamaron en la zona comercial del barrio de Flores, que se transformó en el centro neurálgico de su actividad tras ser desplazados por sucesivos operativos policiales de otros barrios. La protesta comenzó con un corte en la intersección de las avenidas Avellaneda y Nazca, para luego trasladarse hacia el paso a nivel de Nazca y Yerbal, a la altura de la estación Flores, donde interrumpieron el paso del tren. Tras algo más de una hora, liberaron las vías y volvieron sobre sus pasos hasta Nazca y Avellaneda, desde donde comenzaron a desplazarse por las calles aledañas.
Según explicó Guaraz a Página/12, los reclamos del martes y miércoles son consecuencia del operativo de desalojo que montó el Gobierno de la Ciudad el jueves pasado, cuando la Policía de la Ciudad, junto con agentes de la Agencia Gubernamental de Control (AGC), desalojaron a aproximadamente 2200 vendedores del barrio. Tras lo cual, las autoridades porteñas reforzaron la presencia policial en la zona para evitar que los vendedores armen sus puestos.
"Empezamos el martes con acciones de protesta para que el jefe de Gobierno cese con la represión a los vendedores", dijo Guaraz, y explicó que luego de una asamblea decidieron desplegar este miércoles "las mantas por todo Flores". "La respuesta que tuvimos fue otro fuerte operativo policial, aunque esta vez no hubo violencia", señaló el dirigente gremial, quien adelantó que los vendedores evalúan hacer un acampe en la Avenida Avellaneda.
"Lo que sucedió el martes es muy simple: el gobierno, viendo la medida y la determinación de los vendedores, y sabiendo que esto va a seguir pasando todos los días, nos convocó de forma informal al Ministerio de Espacio Público. Donde una comitiva de vendedores se reunió con ellos, pero no hubo ninguna solución ni ninguna mesa de diálogo, aunque el gobierno haya salido a decir que esa mesa existe", dijo el gremialista.
La otra cara de la moneda la aporta la Federación de Comercio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Fecoba), que viene manifestando su apoyo a los operativos de desalojo porque, sostiene, "la venta ilegal y la ocupación del espacio público... perjudica a los comercios". Al mismo tiempo, advierten que "detrás de un vendedor ilegal que trabaja sobre una manta, hay una organización mafiosa".
Para Guaraz, este discurso va en la misma línea política que sostiene la Ciudad, que insiste en tratar el tema como "un asunto policial, difamando y estigmatizando a los vendedores, e incautando la mercadería, que agrava la precaria situación de los vendedores, cuando lo que queremos es volver a trabajar, que es lo que nos da dignidad a nosotros y a nuestras familias".