Nicolás Caputo, el empresario de la construcción y uno de los amigos más cercanos del presidente Mauricio Macri, obtuvo un cargo diplomático. Pero el puesto no es para representar los intereses de la Argentina, sino los de Singapur. El 10 de marzo pasado, Caputo se convirtió en cónsul general del país asiático y si bien el cargo es ad honorem, el empresario tendrá un lugar en las oficinas de la sede diplomática en Buenos Aires. Quizás por ese motivo, el canciller singapurense, Vivian Balakrishnan, recibió un trato especial al visitar la Argentina la semana pasada: No sólo se reunió con su par Susana Malcorra, como es habitual ante una visita de ese tipo, sino que también se encontró con el Presidente y con los ministros Andrés Ibarra y Nicolás Dujovne. En ese contexto, el canciller expresó su “beneplácito” por la elección y la aceptación de Caputo como amigo de su país y para facilitar el comercio y las inversiones. Allí Macri afirmó “su interés en utilizar Singapur como un centro para fortalecer los vínculos entre América Latina y el Sudeste Asiático”.