Desde el próximo sábado y por dos semanas, Francia extenderá el toque de queda dos horas más en todo el país para proteger a la población de la "frágil" situación epidémica en la que se encuentra, con un promedio de 16 mil casos diarios de Covid-19, y ante el incremento de casos en países vecinos como Reino Unido, Alemania e Italia. Así, la medida entrará en rigor a partir de las 18 horas y no desde las 20 como hasta ahora.
El objetivo del gobierno de Emmanuel Macron es evitar una nuevo confinamiento total, en un país que ya registra 2,83 millones de casos y 69.031 fallecimientos.
El anuncio lo realizó el primer ministro francés, Jean Castex, quien explicó que se busca restringir aún más la circulación en todo el país por el contexto sanitario, ante la circulación de las nuevas cepas de coronavirus, detectadas en Reino Unido y Sudáfrica, que ya ingresaron al país, pero aún tienen una circulación baja.
El toque de queda desde las 18 ya estaba en curso en 25 de los 100 departamentos franceses y este fin de semana se extenderá a todo el país. Castex anunció además que todos los viajeros que lleguen al país procedentes de fuera de la Unión Europea deberá presentar un test negativo antes de viajar a Francia y aislarse durante una semana a su llegada, para realizar después una segunda prueba.
"Los primeros datos de los que disponemos muestran que hemos podido pasar las fiestas de fin de año sin un repunte epidémico", dijo Castex, que consideró que la situación en el país está "controlada" pero sigue siendo "frágil".
Con una media diaria nacional de unos 16.000 nuevos casos, Castex señaló que los contagios siguen siendo altos y que estás medidas buscan en primer lugar frenar el avance de la variante británica, de la que aparecen unos 200 casos cada día en Francia, y de la sudafricana, con menor incidencia.
El primer ministro insistió en que instaurar un tercer confinamiento no está entre las opciones del Gobierno francés en este momento, pero no descartó su aplicación si hay una "degradación fuerte" de la situación sanitaria.
Los estudios científicos apuntan que la variante británica es más contagiosa que la tradicional en menores de edad, por lo que el Ejecutivo francés optó por reforzar el diagnóstico en esta franja etárea realizando unas 300.000 pruebas a la semana en colegios pero evitando suspender las clases.