El empresario Lázaro Báez, detenido hace más de un año en una causa que investiga lavado de dinero, permanece internado en el Hospital Penitenciario Central que funciona en el Penal de Ezeiza, donde cumple su cautiverio, y al que regresó luego de permanecer 24 horas en una clínica privada, tras sufrir una arritmia el martes último. La condición cardíaca de Báez seguirá siendo evaluada en el hospital penitenciario antes de alojarlo en su celda, después de que el miércoles a la noche, en el sanatorio privado Los Arcos del barrio de Palermo, determinaron que su estado general era bueno y que no presentaba ninguna alteración que obligara a mantenerlo internado. El miércoles, miembros del Cuerpo Médico Forense enviados por el juez federal Sebastián Casanello, quien lleva adelante la causa por la que está detenido Báez, informaron que el empresario “no tiene una enfermedad coronaria” y que por lo tanto podía regresar a prisión. El magistrado libró oficios para que se instrumenten las “medidas necesarias para garantizar el estricto cumplimiento de los cuidados de salud” ordenados para Báez. En Los Arcos, Báez había sido sometido a un cateterismo cardíaco y demás estudios médicos, que no dieron ningún signo de alarma en cuanto a su salud coronaria.