Lola Berthet no duerme hace una semana. Es porque está "ansiosa y feliz", y atenta a todos los detalles para la reapertura del Centro Cultural Haroldo Conti. Empezó a trabajar como su directora en enero de 2020, su cargo se plasmó en el Boletín Oficial dos meses después y de pronto... llegó la pandemia. Este sábado la actividad presencial se retoma con un recital de Luciana Jury. "Para les artistas esto significa volver a expresarse. Más allá de eso, es darle la posibilidad al público de acceso gratis a la cultura en el predio de la ex Esma", sintetiza.

Interrumpe en varios momentos la entrevista con Página/12 porque está resolviendo que haya alcohol en gel en todos los sectores. "El espacio estaba cerrado, entonces tuvimos que limpiar, armar toda la prensa nueva, pensar en los próximos meses, en quiénes vienen", cuenta. Hace un tiempo ya que va todos los días al edificio. Con la consigna "Nos seguimos cuidando", durante enero, febrero y marzo estará activo solamente los sábados, con una única función, reserva previa y "estricto protocolo". Para el concierto de Jury -a las 19 en el teatro- se agotaron las entradas. Será para apenas 60 espectadores, en línea con lo establecido por las autoridades (las salas deben operar al 30 por ciento de su capacidad).

Esta es la primera vez que la actriz ocupa un cargo público, aunque ella jamás ocultó su dimensión política. Tiene una conocida militancia en la organización Tupac Amaru y para asumir como directora del Conti debió tomarse licencia en su rol de secretaria general de la Asociación Argentina de Actores, porque había incompatibilidad entre ambas funciones según el estatuto del gremio. El espacio cultural que ahora dirige depende de la Secretaría de Derechos Humanos, a cargo del nieto recuperado Horacio Pietragalla Corti.

-Justo cuando asumiste oficialmente llegó la pandemia. ¿Cómo lo tomaste?

-Yo entré en enero. Ese mes fue más que nada conocer, hablar con les trabajadores, acomodarnos. En febrero hicimos ciclos de clown y en marzo una jornada de diversidad lésbica. Estábamos armando marzo en el predio. Iba a ser especial después de cuatro años en los que fue muy maltratado. Para todos esto fue muy raro, inédito. En el Conti nos fuimos acomodando. Empezamos a trabajar en las redes, tratando de mostrar todo lo que hacíamos presencialmente para seguir construyendo memoria colectiva.

-¿Cómo les fue con el streaming?

-Muy bien. Tuvimos grandes momentos. Por ejemplo, cuando ofrecimos un documental sobre Suárez, cuando se nos fue Rosario Bléfari, o un ciclo de cine con conversatorio que organizamos con el área de salud mental de la Secretaría. Hemos laburado, tratando de reinventarnos, viendo qué servía, si esto, lo otro... fuimos probando. Parte de lo que generó la pandemia llegó para quedarse. La virtualidad logró que mucha gente de las provincias u otros países que no conocía el Conti empezara a conocerlo.

-¿Qué significa para vos dirigir este espacio?

-El resultado de un camino que venía haciendo: siempre estuve cercana a los derechos humanos desde mi militancia. Después, como secretaria general de Actores, un gremio muy cercano a los derechos humanos y que es parte de la cultura. Me interesa la unión entre cultura y derechos humanos, entre arte y memoria; la construcción de memoria colectiva para las nuevas generaciones y para avanzar hacia más derechos. Me emociona estar acá, cierra un camino y abre otro para seguir creciendo. Tenemos un área de diversidad. Ya existía, pero en mi gestión, con todos los derechos adquiridos y con un gobierno que creó el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, tiene un valor y un trabajo más importante a futuro. Me parece que el Conti es el único centro cultural emplazado dentro de un lugar donde hubo terrorismo de Estado; eso le da una importancia que hay que respetar y doblegar. 

-Es tu primer cargo público.

-Sí. Jamás hubiera imaginado el llamado de Horacio. Yo estaba en Actores, en mi segundo año de secretaria general. Mi esencia es la actuación, aunque tengo una militancia muy importante. Cuando miro para atrás veo que empecé en Teatro x la Identidad, en la primera obra, A propósito de la duda. Lo cultural es político. Siempre tuve esa conciencia, esa convicción, pero jamás busqué un puesto así. Ninguno, el de secretaria tampoco: me llamaron les compañeres. Una va caminando, el de afuera capaz ve resultados y una se une a esos caminos. Estoy feliz. Se laburó muchísimo este año. Ahora estamos cerrando los protocolos, que deben ser totalmente estrictos para cuidar tanto al público como a les trabajadores. El acceso libre a la cultura es un derecho maravilloso que tiene que tener el ciudadano. 

-¿Qué vas a hacer con la actuación? ¿La dejás en pausa?

-Terminé una película el año pasado, El apego, de Javier Diment, que estrenaría este año. Un protagónico maravilloso. La verdad es que estoy abocada a esto. No tendría más tiempo si me llaman. Cuando me tocan estos roles quiero ir a fondo. No voy a perder la esencia como actriz. En el macrismo no me llamó nadie para actuar. Salvo Diment y para una serie de la Untref. Pero la esencia no la pierdo. Y si me toca volver a actuar voy a seguir militando; son dos cosas que pueden ir juntas. 

-Durante todo este tiempo se habló de cómo la pandemia expuso la histórica precarización del sector cultural. ¿Cómo ves el panorama general?

-Trato de analizar todo. Nunca nos tocó una pandemia así. Los teatros y los cines fueron los primeros en cerrar. Es una pandemia larga. Agradezco que nos haya tocado con este Estado, no sé qué hubiera pasado si no. Ahora estoy viendo que se reabren teatros. Me dicen que a los independientes les está yendo bastante bien. Más allá de lo económico es una cuestión de expresión. Es maravilloso que esté habiendo estas reaperturas con el cuidado que se necesita, porque ya estaba pasando mucho tiempo. A la vez era entendible. Era difícil encontrar los protocolos. Se juntaron los sindicatos con los ministerios de Cultura y Salud y lo lograron, y esto está generando una movida que da alegría. 

-El Conti venía del abandono del macrismo. ¿Con qué te encontraste al asumir?

-Recibí el espacio con un grupo de trabajadores que resistió. Ya conocía su formidable resistencia, porque Actores la había apoyado y he charlado con elles como secretaria. Estaban contentos con el cambio de gestión. Ocurre en todo el predio; lo vemos todos los directores. En su totalidad estaba abandonado. Lo sostuvieron los trabajadores. Los derechos humanos para los gobiernos neoliberales son un tema clave.

-Mencionaste la diversidad. ¿Qué otros ejes tendrá tu gestión?

-El eje de la Secretaría es la federalización. Queremos que el Conti reciba gente de las provincias. Y también que vuelvan les pibes a habitar este espacio. Que vuelvan los colegios, los micros, en cantidad. 

Agenda y protocolo

La programación de enero continuará con la obra de clown Fritos refritos, de les payases Chacovachi y Fanchulini (sábado 23 a las 19), y con Poesía en la terraza,  espectáculo que reúne lecturas y música (sábado 30 a las 19). Participan la Colectiva No tan Distintas, Gabriel Reches, Milagros Pérez Morales y María Pien. Los requisitos para sumarse son: reserva previa a través de la página del Conti (centroculturalconti.jus.gob.ar) a partir del lunes anterior a la función. Hay que llevar DNI y declaración jurada de salud en la aplicación Cuidar, aparte de usar tapabocas durante todo el espectáculo. A les visitantes se les tomará la fiebre antes de ingresar. El Conti se encuentra ubicado en Avenida del Libertador 8151, donde funcionó la Esma.