Omar Perotti confirmó ayer los tres cambios que había anunciado en su gabinete: Marcos Corach asumirá como ministro de Gestión Pública; Roberto Sukerman se hará cargo del Ministerio de Gobierno y Juan Manuel Pusineri ascenderá como ministro de Trabajo. El acto de juramento será el lunes en la Casa Gris, según adelantó el propio gobernador. La decisión de Perotti de armar un equipo de “perfil alto” -más político y aguerrido que retruque a la oposición- responde a dos cuestiones: ubicar en cargos estratégicos a funcionarios de su confianza y ampliar los espacios en el gabinete con expresiones del peronismo. El bloque de confianza explica los ascensos de Corach y de Pusineri, pero también la ratificación de Rubén Michlig, que hoy está a cargo de dos carteras: Gestión Pública y Gobierno, pero el lunes se convertirá en jefe de asesores del Poder Ejecutivo, lo que significa que atenderá en el despacho de al lado de Perotti. Y el armado político permite interpretar el pase de Sukerman a Gobierno por su pertenencia a la Corriente que lidera el ministro de Defensa Agustín Rossi y el ingreso al gabinete –que se acordó ayer- de uno de los líderes del Movimiento Evita, Eduardo Toniolli, concejal de Rosario y secretario general del Partido Justicialista de la provincia. Toniolli podría asumir como secretario de Gobierno, en el área que conducirá Sukerman.
Perotti anunció los cambios en la conferencia de prensa que ofreció en su despacho oficial en Rosario. “Ya no hay grandes secretos”, dijo al aceptar que las designaciones ya estaban en la escena pública. “Va a haber cambios. Marcos Corach será quien reemplazará a Rubén Michlig en el Ministerio de Gestión Pública. Roberto Sukerman se hará cargo del Ministerio de Gobierno. Y Juan Pusineri asumirá en el Ministerio de Trabajo. El lunes, los vamos a poner en funciones”, explicó el mandatario.
“Cada ministro definirá el armado de sus equipos. En muchos lugares, por lo que ya hemos hablado con ellos, permanecerán los funcionarios y en otros va a haber cambios”, agregó Perotti. Fuentes de la Casa Gris anticiparon que esos movimientos en segunda y terceras líneas, ya no serán por cuestiones estratégicas, sino operativas. En otras palabras, la continuidad de los funcionarios dependerá de su desempeño.
Esta semana, Perotti reveló que quiere un gabinete con “un perfil político alto, eso me gusta”, lo que se convirtió también en otro espaldarazo al ministro de Seguridad Marcelo Sain, quien se definió como “soldado de Perotti”. “Si un ministro no se siente respaldado por el gobernador, está de más que siga en el cargo”, dijo el mandatario al ratificar su apoyo a Sain y deslizar una crítica velada a su ex ministro de Gobierno Esteban Borgonovo, quien renunció hace dos meses porque “sin respaldo no podía trabajar”. El lunes esa vacante la ocupará Sukerman.
Le preguntaron por el destino de Michig. “Rubén no se va, pero cambia de ministerio”, contestó Perotti. Rosario/12 ya informó que Michlig quedará como jefe de asesores del Poder Ejecutivo y atenderá en el despacho de al lado del gobernador. Un ministro sin cartera con amplia experiencia en el funcionamiento del Estado, pero también en el armado político.